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Cada segundo que pasaba con la mirada fija en el espejo, Minhyuk sentía que el nudo de su pecho se tensaba y cada nervio le gritaba que lo que hacía estaba mal. Comenzó a caminar temeroso por el baño revisando cada una de las casetas, lo cual no tenía sentido pues nada más entrar se había cerciorado de que estuvieran vacías.

-¿Hyung? – La delgada figura de Hyungwon se asomaba lentamente por la puerta provocándole un estremesimiento.

- ¡Entra, entra! – Minhyuk se apresuró a cerrar la puerta tras él, puso el pestillo y se volvió para mirarlo. Hubo un pequeño silencio incómodo, interrumpido por la garganta del rubio al aclararse. – Sé que es raro, pero necesito que me hagas un favor, te lo pido porque confío en la amistad que tenemos, ¿me escucharás? – Hyungwon mantuvo sus labios cerrados, sus ojos iban de arriba abajo en la nerviosa figura frente a él. Tenía dudas.

- ¿Por qué estamos hablando en un baño y no en la sala con los demás? Todos somos amigos al final de cuentas. – No es que tuviera motivos para desconfiar de Minhyuk, pero la forma en la que todo se había dado era demasiado extraña; Minhyuk quejándose de incomodidad estomacal, un mensaje pidiéndole ir al baño del primer piso sin decirle a nadie y ahora un chantaje como éste.

- No... es algo que le pueda pedir a todos – Minhyuk miraba el suelo avergonzado mientras cubría su boca con las largas mangas de su suéter a rayas.

No era algo que pudiera pedirle siquiera a Hyungwon pues lo metería en muchísimos problemas. Sabía que estaba siendo egoísta, pero de igual manera iba a intentarlo. A veces la vida es así.

Luego de unos minutos que parecieron eternidades Minhyuk abrió la boca. – No puedo prometer mi ayuda, no en esta situación, pero puedo escuchar. – Con un suspiro Minhyuk ancló sus ojos en los del pelinegro. – Necesito robar un auto.

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Gracias por leer, ten  un bonito día/noche.

Stars rainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora