mi padre y yo final

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--"Yo soy su esposa y USTED es mi dueño..." me contestó él abrazándome fuerte, nuestras respiraciones estaban aceleradas y nuestros cuerpos desnudos ardían en las llamaradas de lo más bajo y obsceno.

Nos acomodamos en la cama, yo abajo boca arriba y él  casi se sentó en mi cara. Su trasero estaba a solo centímetros de mi boca, su olor me la puso más dura.

--Quieres que me coma tu panochita, Princesa? le pregunté yo mientras le olfateaba su culito.

--"Si mi amor, cométela toda!!" me contestó él casi en un suplica, se puso mucho mas caliente cuanto me escuchó referirme a su culito como si fuera una vagina de mujer.

Lo llené de lenguetazos y de saliva. Aquel culo era delicioso. Y después de varios minutos, se abria y se cerraba bajo mi boca y mi lengua.

--"Asi...si Papacito, asi comértela toda.... aaaahhhh que rico...me gusta cuando me muerdes las nalgas y tu barba me las raspa todas...... me gusta tu lengua en mi panochita,,,," y se agarro las dos nalgas para abrirse mejor, para restregarme su trasero en mi cara y me lo seguí devorando. "Si... así mi esposo, Usted si sabe comer panocha y complacer a su hembra..."

--"Quieres que te la rompa a vergazos? Quiere mi esposa que le meta la verga adentro de su panochita? le pregunté después de varios minutos de comerle y atragantarme con su culo delicioso, de llenarlo de lengüetazos y mordiscos.

--"Si, mi Papacito... rompemela  a vergazos, metemela toda y préñame con tu leche, esposo mio." me pidió en una suplica entrecortada por el morbo y la lujuria.

--"Me gusta mucho que mi nueva esposa si me da todo lo que le pido y a la hora que yo se lo pido."

--"Este culito es todo tuyo, esposo mio.... yo si sé complacer a mi esposo con lo que a él mas le gusta."

Sus palabras me  detonaban la dinamita que sacaba lo mas bajo y sucio de mi ser. Era un depravado y había descendido a lo mas bajo, y en éste momento nada ni nadie me importaba, solamente mis ganas de hacer nuevamente mío a mi hijastro.

--"Tu panochita es solamente mia y no se la vas a dar a nadie, verdad princesa?

--"Si solo tuya, Papito... méteme tu verga ....no me haga esperar mas..."

--"Mia y solamente mía... ENTENDIDO, Cabrona?" le seguí hablando y tratando como una hembra. Eso me prendía sin que lo pudiera explicar o controlar, mas bien nos prendía a los dos. Nos hacia quemarnos en el mismo juego prohibido y depravado de éste secreto caliente.

--"Entendido, Papacito.... solamente suya mi esposo chulo."

Le di unos últimos lengüetazos a su culito para asegurarme que estuviera bien lubricado y luego le pedí que se acostara en la cama, yo lo tomé de las piernas y me las puse sobre los hombros.
Le sobé su raja de macho antes de metercela... y eso nos hizo perder cualquier remanso de cordura que nos quedaba.

--"Dame esa verga, papito... enzartamela toda.... ya no puedo esperar ni un segundo mas...te necesito adentro de mi..."

--"Aqui te va toda, Cabrona...."

--Metemela...entra con esa vergota que tienes y adueñate de mi... entra Papacito... entra a mi panocha y dámela toda..."

Se la fui metiendo lentamente, se sentia bien rico irme abriendo paso en su estrecho agujero,
agujero de hombre, agujero de lujuria interminable. El placer era enorme y aceleré mi metida, quería llegar hasta el fondo, que mi verga completa estuviera adentro.

--"Ahhhhhh..... me duele, siento que me va a partir en dos..." exclamó tratando de no gritar para que no nos escucharan en los otros cuartos de la casa.

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