mi padre y yo 2 parte

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Al siguiente dia me levanté temprano, tratando de no hacer ruido, me bañé, me arreglé y salí de la casa. Era Domingo y descansaba, pero no quería quedarme ahí, no quería ver a mi hijo, porque aunque no lo fuera de sangre, lo era de crianza.
Traia una cruda fisica por la cervezas que me había tomado anoche y moral por lo que había sucedido también anoche.
En qué momento se me había ocurrido jugar ése maldito juego de Los Esposos?

Anduve dando varias vueltas por ahí, sin un rumbo fijo, fui a hacer algunas compras de material que necesitaba para mi trabajo de construcción, por unas horas logré distraerme; era después de mediodía cuando mi teléfono celular sonø, era mi hijastro, me dolió no contestarle, pero era mejor así.
Insistió solamente una vez mas. Era muy inteligente y obviamente intuía que no quería hablar con él.
No sé ni como se me fue el tiempo, pero ya casi era de noche cuando regresé a la casa. No estaba su carro y sentí un alivio.

Mientras caminaba por el pasillo que me llevaba a mi cuarto, no pude evitar recordar algunos momentos de la noche anterior, contra mi voluntad mi verga se me alborotó, yo era un hombre bien caliente y eso siempre había sido un punto de choque entre mi esposa y yo, porque decía que yo nunca llenaba, que lo único en que pensaba era en sexo, sexo y mas sexo. Y era verdad, pero esa era mi naturaleza.
Me metí a bañar, necesitaba relajarme y el agua tibia me iba a ayudar. Cuando salí de bañarme escuché ruidos en la sala, seguramente era mi hijo. Al terminar de ponerme mi shorts, lo vi entrar a mi cuarto. Nos quedamos mirando por unos segundos, yo no sabia que decir.

--"Apá Dónde andaba? Vinieron mis abuelos a visitarnos" me dijo él como si nada. Eso ayudó a que yo me relajara un poco mas.

Sus abuelos, eran mi padres y lo querían como si fuera su nieto de verdad. Me sentí mas culpable por lo de anoche.

--"Fui a comprar un material que necesito para mañana." le contesté mientras me ponía una camisa vieja para dormir. Su mirada seguía cada uno de mis movimientos. Yo lo miraba de reojo porque no quería verlo fijamente.

--"Dejaron la invitación para la Quinceañera de Susi. Le están ayudando a mis tíos a repartir las invitaciones"

El resto de la conversación fue trivial y sin importancia. Me dejé caer sobre la cama mas calmado porque mi hijo no tenia ningún reclamo para mi y porque tampoco quería seguir con el juego de anoche.
Pero muy en el fondo de mi, yo estaba seguro que sus palabras y frases de anoche eran mas que un juego. Al parecer me había equivocado.

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Como todos los dias cuando iba a trabajar, me levanté temprano, me di un baño y fui a la cocina a preparar algo para desayunar, al pasar por el cuarto de mi hijo escuché ruidos y sin poderlo evitar me acerqué, la puerta estaba semi cerrada y pude ver que se estaba arreglando para ir a la Universidad. Estaba de espalda y traía puesto solamente su calzoncillos color blanco que le acentuaban su tremendo trasero. Quise seguir expiandolo, pero haciendo un gran esfuerzo me fui a la cocina; mi verga estaba poniéndose dura al recordar lo delicioso que había sido cogerme a mi hijastro. Lo delicioso que había sido jugar a Los Esposos. Sacudí mi cabeza como si con eso pudiera borrar lo sucedido.
Decidi desayunar fuera y salí de la casa. No podía permitir que mi morbo me superará. No podía ni debía pensar en mi hijastro de manera sexual.

Sin embargo una cosa es lo que uno quiere y otra muy distinta lo que termina haciendo. Conforme fueron pasando los días, fue difícil concentrarme en mi trabajo porque no podía dejar de pensar en él. De verdad necesitaba conseguirme una hembra por ahí para coger y que me quitara las ganas, porque todos los días que llegaba a mi casa tenia que hacer un esfuerzo brutal para no ceder a mi deseo prohibido. Mi hijastro facilitaba las cosas para que todo volviera a la normalidad, pero sin embargo yo podía ver en su mirada que la situación también había cambiado para él. También tenia el mismo conflicto que yo.

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