Decimoctavo copo

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Hoseok•

Hoy, supe lo que es el amor verdadero.

Por así decirlo nunca experimente el amor verdadero, porque ni siquiera mi propia familia me quería; tuve que pasar por mucho sufrimiento, rechazo y soledad para poder por fin conseguir algo de cariño.

Mi pasado no fue muy cariñoso.

Apenas nací mi padre pensaba que sería una carga, una escoria, un producto defectuoso del ser humano, fui cuidado por niñeras y nunca tuve ese cuidado de madre ni me cargaron en sus brazos para hacerme dormir, sólo me dejaban a la suerte de las cuidadoras, las cuales no eran muy buenas.

Tuve 5 años cuando mi madre por fin se dirigió hacia mi como un hijo por primera vez, para presentarme en su fiesta de cumpleaños, se portó como una madre de verdad hasta que termine el festejo y me dejo encerrado en la habitación.

Tenia 7 años cuando mi padre me vio por primera vez a los ojos, para poder decirme una retahíla de insultos por haber roto su taza favorita.

Nunca tuvieron la decencia de inscribirme a una escuela, hasta que lo supliqué; me volví independiente apenas entré a estudiar.

Todo el mundo se reía de mi por ser el más alto, flaco y tener una cara inusual, y por eso nunca tuve amigos o alguien con quien hablar realmente.

Ellos preferían a mis hermanos que a mi, al ser más guapos y educados; yo con suerte hablaba conmigo mismo.

Era una persona muy inteligente, sacándome las mejores notas de mi grado; cuando tuve 10 años mis padres me empezaron a tomar en cuenta, pero no de la mejor manera.

Me trataron como su esclavo, a pesar de las súplicas de mis hermanos, de que no me hicieran hacer nada ya que sólo era un niño repetían la misma excusa: Hoseok debe aprender a ser útil en esta vida, y no un simple estorbo, si hacia algo mal, si daba un paso en falso o no hacia una actividad ordenada, me golpeaban las manos y la parte trasera de mis muslos con una vara de metal, para luego encerrarme en el sótano, no importara cuantas veces gritara y lloraba.

Tenía 14 años cuando vi por primera vez a mis abuelos, cuando de repente, mis padres decidieron mandarme con ellos para deshacerse de la escoria de la familia para vivir en paz, ese día fue el más feliz de mi vida, compartí muchas cosas con mis abuelos, me aceptaron y me curaron las heridas abiertas que tenía en mi cuerpo con mucho amor, me vieron llorar y me acogieron en sus brazos, me dieron muchos besos y abrazos, por primera vez me sentí querido. Desde ese día cada vez que salía de la escuela, iba hacia casa de mis abuelos que afortunadamente vivían cerca de ahí, compartía con ellos, cocinando galletas, escuchando trot, viendo televisión, haciendo cosas insignificantes que para mi eran simplemente necesarias en mi vida.

Cuando cumplí 17 años recibí mi primer regalo de cumpleaños, para los demás sería algo insignificante, pero para mi era lo más hermoso que alguien pudiera haberme regalado, mi abuela, quien era una gran artista, me regalo una pintura de óleo de mi mismo, hecha por sus propias manos, también era la primera vez que lloraba haber sido lastimado, o por simple tristeza o dolor.

El día de mis 17, mis hermanos, abuelos y yo celebramos juntos, como en familia, sin golpes, sin gritos, y con mucho amor.

Desde ese día, veía a mis hermanos más seguido, sabiendo el porque de su cercanía, desde esa vez, mis hermanos jamás volvieron a apoyar a mis padres; también conocí al novio de mi hermana, lihyun, lo integre como mi familia, recibiendo su total apoyo.

𝘊𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘣𝘰𝘴𝘲𝘶𝘦 | 𝘏𝘰𝘱𝘦𝘎𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora