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 Capítulo 3: Banda del garaje y un viernes complicado con Harry.

Hailey:

—Un, dos, tres, cua... —gritó Justin, para luego comenzar a tocar su guitarra. 

Comencé a cantar, Still into you de Paramore. Las notas de mi bajo fluían dandole una sensacional sensación a mis oidos. La hermana de Ethan, Winter nos filmaba.

—Terminamos —murmuré, corriendo algunos mechones de cabello que vagaban en mi cara. La hermana de Ethan terminó el vídeo, y se fue corriendo a su cuarto. 

—¡SUBÍ EL VÍDEO A INTERNET. TIENE MUCHAS VISITAS!

—¿Qué...? Oh, pequeña Winter. Está noche morirás —la castaña me miró aterrada, y se hecho a correr. La chica tenía quince pero parecía de tres, cómo su hermano. Ethan tenía dieciseis y parecía de tres. 

Salí del garage en busca de agua. Tomé una de las botellas de agua del refrigerador, y me despedí de los chicos para irme. Era viernes, y lástimosamente debía estar con Harry en la escuela. 

Caminé las cuatro cuadras de diferencia desde la casa de Ethan hacia la escuela. Al llegar, noté que el lugar estaba vacio, y sucio. <<Hailey, ¿limpiarás todo esto>> Oh, conciencia tonta. ¿Cómo no lo voy a limpiar?

Ya, esfumaté. 

Caminé con cuidado hacia el salón del director. El director se encontraba leyendo un libro, así que golpeé la puerta. El señor White levantó la mirada y asintió para que entrara.

—Señor, ¿y Harry?

—El está aqui hace una hora, ya ha limpiado el gimnasio —asentí. Raro, pensé. Harry nunca, pero NUNCA era castigado. Rara vez lo era.

—Oye —murmuré entrando al gimnasio. Estaba reluciente y ordenado.

—Cariño, te esperé dos horas. 

—Si, si, ya. ¿Vamos a lavar o hablar? —el asintió intimidado. 

Joder, está será una mala tarde. 

{ . . . }

—Harry —chillé. Mi cabello y mi ropa se encontraban mojadas. Harry levaba un balde en sus manos, y había vaciado todo el balde en mi cabeza.

—¿Qué? —preguntó—. Por cierto, te ves linda mojada —exclamó. Me ruboricé, ya que llavaba una sudadera corta blanca, unas medias largas negras y unos shorts; y cómo saben estaban mojados. ¿A qué hombre no le parecería lindo eso?—, también eres linda cuando te ruborizas. 

—Claro, Harry. 

Seguimos limpiando. Miré la hora, ¡las ocho de la tarde! El señor White entró al salón donde estabamos, y avisó que podiamos salir. Sobe mis sienes, no tenía manera de ir a mi casa. 

Revisé mi bolso, desordenandolo para encontrar mi celular. Al hacerlo, llamé a Ethan, quién preocupado, se ofreció a venir.

—¿Con qué Ethan? —murmuró Harry levantando sus cejas.

—Creí que no debiamos de escuchar conversaciones ajenas —levanté mi ceja—. ¿Verdad? 

—En ocasiones especiales, sí. 

—Hey Hailey —murmuró Ethan. Rodeé mis brazos en su hombro. Antes de irnos, guiñé un ojo a Harry. 

Ethan me llevó en su auto hacia mi casa. Al llegar, besé su mejilla y bajé. Busqué mis llaves, y cuando al fin las encontré, abrí la puerta. 

She isn't just another one, Harry. » styles. {actualizaciones lentas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora