Mariposa errante

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Mariposa errante te equivocaste de estación, y el frío que congeló tu cuerpo marchito tu corazón...

La noche era nublada, sin embargo, eso no me impedía ver la luna llena con su particular brillo. El invierno se hacía presente mientras se abría paso entre las estrechas calles de mi ciudad, el frío choque del viento enrojecía mis mejillas quitando de ellas cualquier rastro de calor. ¿Cuánto tiempo he vivido aquí?, toda mi vida si mal no recuerdo... recuerdo, es algo que a menudo me gusta hacer y es lo que cada rincón de esta ciudad me trae: mi primer día en el preescolar, mi primer mascota, las travesuras con mi prima, el tiempo que pase con ella; en su mayoría son buenos recuerdos, mi primer día en la secundaria y mi primera mejor amiga...

Tenías miedo de perder el polvo de tus alas, el que le daba color a tu presencia y te mantenía alejada de la muerte y de sus garras...

La primera vez que vi una pintura, cuando descubrí mi amor por los pandas o cuando me percaté de lo maravilloso que es el arte, mi primer beso, mi primer castigo; lo recuerdo claramente, su primera pelea, los gritos, los estruendos, mi miedo y la confusión; era una colonia pequeña y todo el mundo se enteró, sin embargo, nadie dijo nada, pero las miradas lo decían todo, era una niña pero no era tonta, luego vino la separación, no estaba lista para eso, creo que nadie nunca lo está, y entonces todo cambió...

Al surcar veinte nubes y siete cielos descendiste al ras del suelo y caíste en pleno vuelo...

¿Qué fue lo que paso? Donde hubo ruido ahora había silencio, donde había risas ahora no había nada, la jaula fue distinta ahora era mas pequeña y sin nada alrededor; perdí todo, mi familia, mi casa, mis amigos y a mí, pero, Kary no llora, porque Kary es una buena niña que no quiere lastimar a mamá, por ello finge que nada pasa, que no nota el cambio, que no escucha, pero al poco tiempo comienza a ser verdad. Ella deja de prestar atención: descubrió que puede refugiarse en su imaginación y entonces sueña, y lo que antes hacia por diversión ahora lo hace por necesidad...

Tú cuerpo consumido por el agotamiento ...

Y entonces regresó, volvió e ingenuamente creyó en sus palabras tal como mi madre lo hizo, sin pensar, sin ver; me adentré al vació sin siquiera saber. La primera grieta había sido sanada, o al menos eso pensé, pero donde hubo tranquilidad los gritos volvieron a empezar, un día, lo recuerdo bien, mi madre estaba enojada y yo para mi desgracia estaba ahí... no fue la primera vez que pasó, sin embargo fue la que más duró; las marcas circulares en mi piel son algo que no puedo olvidar, él no le hacía bien, pero para ella era todo su querer...

Moría a medida que pasaba el tiempo...

No recuerdo cuando comencé a odiarme, pero sé que antes no me odiaba, yo no me odiaba. ¿Quién me hizo odiarme? ¿Qué fue lo que me hizo verme como un monstruo? ¿En qué momento me dejé engañar? ¿En qué momento me convertí en este pedazo de basura? ¿Por qué dejé que me rompieran? ¿En qué momento comencé a necesitar el dolor para sentirme viva?

Fue entonces cuando alzaste la vista y contemplaste el firmamento.

Lo que pasó después me gusta llamarlo como la última noche y como es costumbre, el último show es memorable, tanto así que no volví a ver a mis padres en un largo tiempo. Esa noche fue la primera vez que sentí que nada de lo que hacían tenía sentido, aún no entiendo por qué no di un paso al frente, ¿qué fue lo que me detuvo? Ahora sería libre pero, esa noche pude ver la hermosa luna brillar más que nunca, no quería dejar de verla...

Con nostalgia observaste el azul del cielo, la pesadez de la vida que se escapaba de tu cuerpo, que te dejaba en el suelo marchita...

Me gustaría decir que ese fue el final de mi historia y que después de eso fui feliz, pero después de eso mi realidad me golpeó sin piedad, dejando a la deriva a alguien que no sabia ni cocinar. Tiempo después la soledad, la melancolía, la ansiedad y la depresión se volvieron parte de mí, destrozando lo poco que quedaba de mi olvidado corazón...

Y ahí en la fría tierra pereciste.

Un día más paso y entonces mi rutina comenzaba, preparaba un café y un sándwich; aún no entiendo por qué me esforzaba, si sabiendo que cuando regresara de la escuela, tú ni siquiera mirabas mi ofrenda. También recuerdo el día que quisiste irte, tomaste un cuchillo e intentaste lastimarte, después de eso tuve que esconderte todo con lo que te pudieras lastimar. Madre, ¿algún día realmente lo superarás?

Preguntándote el por qué habías nacido...

Madre, padre, ahora que soy grande, ahora que comprendo, sigo sin entender el por qué; debieron amarme, pero no lo hicieron, debieron cuidarme, pero me rompieron, y aún así tienen el descaro de preguntar el por qué siendo tan joven soy tan gris, me culpan a mí, pero es qué acaso no ven o es qué no quieren. ¿Por qué? ¿Es que acaso no soy suficiente? ¿O simplemente no quieren verme feliz?

En el lugar erróneo, en la estación equivocada, pagando una injusticia que fue culpa del tiempo.

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