Segunda parte de Morket, a ver que os parece ^-^
Votos y comentarios por favor.
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Morket 2
Años después de la increíble historia de Mark, su hija Lia, tuvo un bebé. Ella era una niña preciosa, con unos ojos verdes y brillantes, la piel blanca y pálida como la nieve, algo normal en pueblos del norte como Farvann. La llamaron Jenna, y creció como cualquier otro niño, su padre había muerto antes de que ella naciese, y su madre… su madre no solía estar mucho en casa, a veces eran viajes de negocios, u otras veces visitas a familiares, a los que por supuesto Jenna, no podía ir. Ella solía quedarse con su abuelo, entonces él ya tenía sesenta y muchos años, a ella le encantaba quedarse en su casa las frías tardes de invierno, cuando su madre cogía el tren para hacer uno de los primeros viajes del año. Jenna adoraba los cuentos y leyendas que su abuelo le contaba, le hablaba de hadas, pájaros de fuego y hielo, unicornios, y mil más de historias que a ella le encantaba escuchar.
Una tarde, cuando recién acababa de llegar a la casa de su abuelo, ambos se sentaron en el sofá junto a la chimenea. Ésta crepitaba dando una sensación de tranquilidad y un calor que no había en todas partes. La casa de Mark era como muchas por allí, pero tenía algo especial… por todas partes había pequeñas estatuas, figuras de mil formas y tamaños diferentes, de cristal, madera y mármol, muchas de ellas eran figuras de seres mitológicos y fantásticos, otras, eran solo símbolos. Jenna las observó con tranquilidad esa tarde, antes de que su abuelo llegase para sentarse en su sofá, frente a su nieta de ocho años recién cumplidos, que esperaba sentada en la alfombra del salón, donde solía ponerse para que su abuelo le contara la historia de la tarde.
Jenna, a pesar de ser aún pequeña, era una niña muy inteligente y curiosa, en parte gracias a su abuelo, que tanto le había enseñado. Esa tarde él parecía diferente, Jenna no sabría explicar si le veía de mejor o peor humor, simplemente, diferente.
Mark se sentó entonces en su sofá, y miró a su nieta, esbozando una gran sonrisa, que ella le devolvió acomodándose en su lugar en el centro de la alfombra, junto a la chimenea.
- ¿Preparada, hija? – Preguntó él inclinándose con una mueca hacia delante, a lo que Jenna respondió asintiendo:
- Sí, abuelo. ¿Qué me contarás hoy?
- Hoy… hoy te contaré una historia muy especial, una historia que me ocurrió años atrás, a mi, a tu abuelo – él sonrío, tal vez orgulloso, o tal vez no tanto -. Ya te he contado alguna vez algo sobre las sirenas, ¿cierto?
- Las chicas con cola de pez.
- Exacto – Mark asintió sonriendo, y echó la espalda hacia atrás – y seguramente también te hablé de las Ondinas. Verás, hace años, cuando yo aún era joven, o menos viejo – sonrió a su nieta -, era pescador, salía cada tarde al lago de Jervann, donde pescaba durante horas, y ¡vaya si pescaba! ¡Pescaba peces de tamaños que no te imaginas! – él hizo un gesto con las manos, simulando el tamaño exagerado de un pez – Una tarde, salí como de costumbre, el cielo estaba gris, pues habría tormenta esa noche, aún así, decidí que eso no me arruinaría la tarde, cogí mi caña y me senté a esperar.
>> Pasaron varias horas hasta que el cielo comenzó a ponerse negro, entonces… algo ocurrió, algo que no sabría explicar. Sentí que algo me atraía hacia el lago, hacia en interior de él, como una fuerza que me obligaba a adentrarme en la penumbra esa noche, y no volver de allí jamás. ¿Sabes que vi?
- ¿Qué abuelo? – Jenna sentía una especie de temor en su interior, que luego, al oír la pregunta de su abuelo, se desvaneció dejando lugar únicamente a la curiosidad - ¿Qué viste?
- Vi a una mujer – hizo una pausa – Era una mujer realmente hermosa, con unos largos cabellos dorados y unos ojos azules, azules y preciosos, casi como los tuyos – Jenna sonrió -, y… ¿sabes que más vi? – Ella sacudió la cabeza, le brillaban los ojos, ansiosa por saberlo de una vez – Vi una aleta sobresalir del agua…
- ¿Viste una sirena? – exclamó la pequeña dando un salto de su sitio, luego, al ver que su abuelo negaba con la cabeza, hundió de nuevo los hombros.
- No era una sirena, hija, era una Morket.
Jenna guardó silencio. Su abuelo solía nombrar muchas cosas que ella no conocía, y tenía por seguro que aunque ella no se lo pidiese, él le explicaría que eran. Ella estaba segura de que sería una sirena, según la descripción de su abuelo, se acercaba bastante a lo que él le había contado antes sobre esas mujeres. Pero si su abuelo decía que no, solo tendría que escucharle.
- Las Morket… - él sonrió – Las Morket son… familiares, digamos, de las sirenas, y también de las Ondinas. A diferencia de éstas, las Morket, además de una larga cola de pez, tienen también dos pequeñas alas en la espalda, transparentes, finas como una hoja pero resistentes, muy resistentes. Y no solo eso… ellas son capaces de atraernos, llevarnos hasta ellas para luego hacernos Dios sabe qué, pero mira, tu abuelo consiguió escapar de ellas, para contarte esta historia, años después.
Jenna estaba fascinada, conocía ya tantas especies y seres como estos que no le sorprendió demasiado, pero había algo en las Morket que le parecía diferente, mágico y especial, ansiaba saber más sobre ellas, y se disponía a volver a preguntar a su abuelo, cuando éste dijo:
- Y ahora, a dormir, es tarde y no quiero que tu madre se enfade conmigo, ¿eh? – Mark se levantó del sofá a duras penas, y extendió una mano a su nieta, la cual la cogió sin rechistar y se levantó para irse a la cama.
Pero no pudo quitarse de la cabeza lo que su abuelo le había contado, incluso una vez en la cama, cuando se suponía que debería estar durmiendo, las Morket y la historia de su abuelo seguían rondando por su cabeza. Esa noche le costó más dormirse, y cuando lo hizo, estaba segura de que soñaría con ellas.
Para ella, no eran solo leyendas.
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Relatos.
Short StoryBueno, como sé que, aunque poca, hay gente a la que le gusta lo que escribo, he decidido que haré algunos relatos aquí en Wattpad, porque bueno, aunque no vaya a hacer más novelas, me sigue encantando escribir y es algo que quiero seguir haciendo, p...