Ahí estaba, un chico de cabellera cafe y tez blanca, el cual estaba en busca de 'The Once-Ler' un hombre que le daría la información para conseguir un árbol de verdad -o eso quería creer-.
Se podría decir que estaba cometiendo una locura por amor, ya que en ese entonces lo árboles estaban extintos y tenía que salir afuera de la ciudad en busca de ese hombre misterioso.
Después de merodear un poco a los alrededores miro a lo lejos una casa... o bueno, los restos de esta. Suposo que ese era el lugar que estaba buscando así que se acercó con cautela y una vez frente a la casa, se bajó de su motocicleta.
El lugar se veía de malas condiciones; era perfecto para un película de terror.
El adolescente se posicionó enfrente de la puerta y tocó el timbre que se encontraba al lado de esta. Grave error. Al momento de hacer eso, una trampa fue activada causando que el chico volará por los aires y antes de que cayera al suelo una garra metálica lo atrapó.
--¿¡Quién eres y qué estas haciendo aquí!?--Grito aquel hombre misterioso desde adentro de su casa.
--¡Soy Ted! ¡Soy Ted!--grito aterrado-- dios mío... ¿e-eres The Once-ler?-- hablo jadeando gracias a la adrenalina que tuvo en ese momento.
--¿No leíste los letreros? ¡Nadie debe venir aquí!-- grito molesto al hombre que se hacía llamar The Once-Ler-- ¡Largo!--dejo al chico en el suelo--y cuidado con la bota.
--¿La bota?-- pregunto el menor extrañado, pero al momento una bota salió de la nada y lo golpeó en sus partes traseras. Después de que el menor sacara unos cuantos quejidos por el golpe que recibió, miro firme y molesto al anciano-- ¡E-Escucha! Me dijeron que si conseguía estas cosas tu me hablarías de los arboles.
El menor saco de su bolsillo unos objetos que anteriormente su abuela le había mencionado. Entre esas cosas estaban 15 centavos, un clavo, un periodico (el mas actual) y el caparazón de un caracol muy anciano. Realmente le parecía raro a Ted, pero prefirió no entrar en detalles.
El castaño se asusto al ver como una garra metálica lo tomaba elevándolo hasta estar "cara a cara" con "Once-ler"
--¿Arboles?-- pregunto el anciano confundido.
--Si, arboles reales, esos que crecen desde la tierra-- el chico miro al de vestimenta extrañado al ver como este desviaba la mirada mientras pensaba--eh... ¿Hellou?
--Perdón, es que... creí que a nadie les importaban los arboles ya.
--A mi si. Soy al que le interesa. A eso vine--el mayor saco su mano de la ventana y empujo la garra que tenia al chico llevándolo al suelo, este obviamente casi le da un infarto del susto.
--¿Quieres saber sobre los arboles? ¿Saber lo que les paso? ¿Porque no a quedado ninguno? es por mi culpa-- murmuro el de ojos azules con algo de tristeza en su voz al recordar todo lo que había pasado con anterioridad.
--¿Qué dices?-- exclamo el menor al no escuchar lo que dijo el contrario.
--¡Es por mi culpa!-- exclamo el anciano desde un artefacto el cual parecía un megáfono. El menor solo tocio molesto-- y mi invento, el Thnned-- dijo el de bigote tomando el invento que había mencionado-- era un invento increíble, que tenía mil usos en uno.
-- Si, claro. Suena ridículo, pero buena onda.
--¡Claro que era buena onda!-- el mayor se preparó para lo que iba a decir-- todo comenzó muchísimo tiempo atrás...
--¿Y si le cortamos a la historia algo de tiempo?
--¿Quieres un árbol?
--¡Si!... si...