-¡Oye, Amigo! ¡Creo que deberías quitar ese timbre!- exclamo el menor de cabellera castaña una vez que sobrevivió al "ataque" de la puerta de Once-ler.
-Oh, me extrañaste- el anciano se asomo por la ventana con una sonrisa al tener algo de compañía de nuevo.
-¿Qué?
-Volviste a venir, así que me extrañaste un poquito... ¿Verdad?- Ted quedo sorprendido por lo que dijo su "amigo"
-NO. No lo hice, solo vine a oír el final de la historia.
-¿Porque te interesan tanto los arboles? ¿Porque no eres como otros muchachos bailando break dance, con pantalones acompañadas y jugando videojuegos?- cuestiono Once-ler con curiosidad y algo de molestia.
-Si... claro. No lo se- respondió Ted algo extrañado, ya que hacer ese tipo de cosas se consideraba... viejo para la época -Solo me pareció genial tener uno.
Once-ler lo miro unos cuantos segundos en silencio. No pudo evitar recordar a cuando el era mas joven y las estupideces que hacia para impresionar a su novia.
Bingo.
-Es por una chica, ¿no?
-¿Que? ¡No!-- Ted se sonrojo ligeramente.
-¿En serio? Porque cuando un tipo hace una estupidez una vez, es porque es un tipo. Pero si hace la misma estupidez dos veces, suele ser para impresionar a alguna chica.- Once-ler sonrió, el era un experto en ese tema.
-¡Ella no es cualquier chica! Es una mujer, de secundaria- Hablo el castaño ofendido. -Ella adora los arboles, y yo le voy a conseguir uno.
- Aww, que lindo es ver a alguien tan inmune a cosas como la realidad- Once-ler se mostró serio.
-Gracias- Ted prefirió tomar eso como un cumplido, aunque sabia que era lo contrario.
-Me recuerdas mucho a mi... solo espero que no cometas el mismo error que yo alguna vez cometí...
-¿Que?- Ted se miro algo curioso y extrañado ante tal comentario. ¿Error? ¿Que error cometió?
-Bien, ¿Donde nos quedamos..?
-¡No, espera!- Once-ler miro al menor extrañado por la interrupción-¿Que error cometiste?
-¿Que qué error cometí?- once-ler desvió la mirada hacia esos pedazos de periódicos pegados a la pared. No importaba cuantos años hayan pasado, aun se lamentaba por la forma en la que le hablo a la que alguna vez fue el amor de su vida- Eso no importa ahora, ¿quieres seguir escuchando la historia o no?
-si, pero quiero saber a que-
-Entonces no quieres oír la historia- Once-ler se alejo molesto de la ventana. Obviamente Ted se puso nervioso.
-¡No! ¡Si quiero!- Ted miro hacia la ventana esperando que Once-ler saliera, pero parecía que se molesto- ¡Oh vamos, Once-ler!
Ted estuvo un rato esperando que Once-ler se asomara por la ventana y le contara lo que queda de la historia, pero se rindió al ver como la luz de la habitación del mayor se apago. Todo lo que tuvo que hacer para que al final no le contaran nada.
-¡Esta bien, ya entendí! No me quieres contar lo que queda de la historia hoy, esta bien- suspiro con algo de molestia y se puso el casco para subirse a su motocicleta- ¡Volveré mañana y te traire algunos bombones!
El chico de fue algo frustrado, ¿realmente le molesto el que haya preguntando el error que alguna vez cometió? De cualquier forma, el hombre con barba decidió irse a dormir, ya que realmente nunca tiene nada que hacer en esa casa abandonada.