Capítulo 4

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Jane

Estúpido.

Idiota. 

Bueno para nada.

Tarado.

Engreído.

Señor sabelotodo.

Y la lista seguía con los apodos que le había dado a Harry. Llegué al estúpido árbol y volví de nuevo al punto de partida.

No me molesté en lo mas mínimo si estaba bien en el tiempo, solo quería irme a mi casa y no verle la cara al idiota.

— Por no llegar a tiempo — miró su reloj — harás treinta sentadillas — se cruzó de brazos.

— ¡¿Qué?! — grité.

— Serán cuarenta — sonrió desafiante.

Apreté los labios para no decirle las groserías que tenía en mi cabeza.

Me agaché hasta que mis manos tocaron las puntas de mis pies y luego di un pequeño salto...tenía que repetir esto cuarenta veces.

No podía más... solo llevaba... unas treinta y ya sentía mi cuerpo pesado.

Vamos son solo diez... tú puedes.

Miré a Harry de reojo y él estaba sentado justo frente a mi, bajo la protección de un enorme árbol que le proporcionaba sombra, mientras que a mi me llegaba todo el maldito sol.

— Cuarenta — finalicé — listo idiota — dije molesta.

— Bien — dijo Harry quitando su sonrisa burlesca que no la había sacado en todo el maldito rato que estuve saltando — ahora mi parte favorita — se levantó de donde estaba para quedar frente a mi — veamos que tan buenos reflejos tienes...

Hizo como que me iba a golpear en el estómago, rápidamente tomé su mano.

— Muy bien — dijo un poco sorprendido.

Alcé una ceja mientras sonreía de lado.

— Pero no tan bien — su otra mano se dirigió a mi cuello haciendo que me volteara y mi espalda se pegara a su pecho, su otro brazo rodeo mi cintura al igual que mis brazos...dejándome inmóvil y casi sin respirar — nunca... escucha bien, nunca bajes la guardia — susurró en mi oído.

Mierda...

— Ya... entendí — dije con dificultad.

Me soltó mientras me daba un leve empujón.

Llevé ambas manos a mi cuello mientras intentaba recuperar mi respiración.

— Hemos terminado por hoy — me miró frunciendo el ceño — mañana estaré a la misma hora — avisó mientras se iba trotando a quién diablos sabe dónde. 

Le saqué la lengua mientras se iba.

Idiota.  

En cuanto llegué a mi departamento lo primero que hice fue darme una ducha refrescante...todo mi cuerpo estaba empapado de sudor y algo salado. 

Iugh.

Al salir del baño me sentí una mujer renovada, me puse algo para estar en casa, no tenia planeado salir a ningún lado. Mis planes en un viernes por la noche consistían en ver películas de acción o ciencia ficción.

Sip, no soy como el prototipo de chicas que gustan de esas películas en donde los protagonistas se comen en la parte del beso... me dan asco esas escenas. Además de considerarlas un engaño a la gente, todos los finales son felices... vaya mentira. La realidad es otra Hollywood.

Fui hasta mi mochila y de ella saqué a mi bebé, si mi Macbook.

En casi todo un día no la he usado y eso me desesperaba, necesitaba que mis dedos teclearan algo, necesitaba esa sensación de estar haciendo algo ilegal pero que al fin de cuentas beneficiaba a otras personas.

Pero entonces recordé que ya no podía hacer ese tipo de cosas. Porque todo eso era mi propia condena, mi vía fácil hacia la cárcel.

Suspiré frustrada y lo único que hice fue bajar algunos programas para tener mas vidas en Candy Crush. De algo que sirva ser una hacker.

A eso de las tres de la tarde me dio hambre...no tenía que cocinar, así que opté por ir a un local de comida rápida y comer una deliciosa hamburguesa.

Tomé mi abrigo gris desaliñado, una bufanda negra y mi gorro de lana negro, no me molesté en cambiarme por algo decente... el local solo quedaba a una cuadra.

Salí con pasos rápidos hacia la calle, en donde un mar de gente se avecinó a mi encuentro, chocaba con algunas personas mientras me disponía a caminar hacia el local. Lo único malo de Londres, es que hay mucho espacio para los vehículos y poco para las personas que caminamos.

Algún día tendré un puto auto.

El olor a fritura invadió mis fosas nasales al entrar al local de MacDonald's. Rápidamente me puse en la fila, lo bueno era que la atención estaba bastante rápida y no tardé en tener entre mis manos esa deliciosa hamburguesa de pollo. 

Al darle el primer mordisco, mi estomago lo agradeció. 

Ahora que lo recordaba no había tomado un desayuno decente porque el estúpido de Styles me sacó temprano para ir a "entrenar".

Un nudo se formó en mi estómago... si no conseguía estar lista en un mes pasaría mis días en una horrible cárcel. Di otro mordisco para quitar ese pensamiento.

No iría a prisión, pondría de mi parte en este estúpido entrenamiento. Aún cuando no me agrade el rulos andantes. 

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The Hacker - (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora