Cuando Jungkook despertó a la mañana siguiente hacía frío.
La cama improvisada del suelo se sentía vacía y muy, demasiado amplia. Él intentó abrir sus ojos, pero la pereza al haber despertado apenas hace unos segundos le dificultaba el trabajo de alzar sus párpados. Bostezó, estirándose sobre el colchón y jaló las mantas para cubrirse aún más del frío. El sonido del televisor llegaba entre frases sin sentido a sus oídos, y pronto fue acompañado por la melodía de un teléfono sonando a la distancia. Gruñó escondiendo su rostro en la almohada e intentó ignorar el sonido, sintiéndose aliviado cuando la melodía cesó.
Pocos segundos ésta regresó a la vez que su paciencia volaba directo por la ventana siendo llevada por la fría brisa de Seúl.
—Jin hyuuung, contesta tú —perezosamente exclamó, rodando sobre su estómago para quedar de espaldas, el rostro en dirección al techo, aunque sin mirar por mantener sus ojos cerrados. No recibió una respuesta, y confundido se forzó a mandar su pereza tras de su paciencia, obligándose a abrir los ojos e incorporarse en su lugar. El vacío en la cama improvisada era innegable. Estaba sólo ahí, en medio de muchas almohadas y mantas desparramadas por doquier sin orden específico. La luz que se filtraba por las ventanas cayó de lleno en sus ojos, obligándolo a entrecerrarlos a la vez que se levantaba, sus piernas temblorosas haciéndolo sentir como Bambi al dar sus primeros pasos—. ¿Jin hyung?—llamó con voz dudosa.
Pasó por sobre el enredo de mantas y dirigió sus pasos cansados a la cocina. El aroma a jugo de naranjas y huevos frescos golpeó sus sentidos haciéndolo sonreír. Pensó que quizás sus hyungs habían querido dejarlo descansar mientras ellos desayunaban, quizás guardarían algo para él, o quizás esperarían que despertase para prepararle algo. Cerró sus ojos e inhaló el agradable aroma. Sus sentidos agradecieron tener el privilegio de poder sentir tal manjar y él, queriendo más de aquello, empujó la puerta de la cocina sólo para ver que ahí dentro no había nada más que un plato de huevos revueltos, tostadas y un vaso de jugo de naranja sobre la mesa. Frunció el ceño, entre confundido y enfadado al pensar que lo habían dejado ahí solo.
—Esto no es divertido —murmuró entre dientes, mordiendo su labio inferior con fuerza antes de dar media vuelta y salir de la cocina. Intentó ignorar la forma en que el ambiente pareció cambiar, las sensaciones de la madrugada anterior apareciendo como una ráfaga que golpeó sus recuerdos. Se abrazó a sí mismo cuando su piel se sintió más fría y un nudo cerró su estómago—. De seguro fueron a la empresa —musitó para tranquilizarse.
Pero ni eso funcionó.
El teléfono sonó una tercera vez desde algún lugar de la sala. Agitó su cabeza, negándose a tener más pensamientos negativos y se tiró sobre la cama improvisada, rebuscando entre el enredo de mantas el aparato que le había despertado. Gruñó con fastidio ante la dificultad, apostando que su celular se encontraba enredado en medio del tumulto y que sacarlo costaría más de lo que pensaba.
Pensó en no contestar la llamada, de seguro la otra persona se cansaría y dejaría de intentar, pero algo le dijo que no debía hacerlo, que era importante y perderla sería un error.
Cuando tuvo el teléfono en sus manos, la llamada ya había acabado sin darle tiempo a contestar. Maldijo por lo bajo, cubriendo su boca al recordar las muchas veces que Jimin lo regañó por estar diciendo malas palabras, y luego miró que el nombre en el identificador de llamadas era nada menos que el de su mánager. Frunció el ceño y con su dedo presionó la opción para devolver la llamada, acomodándose sobre la cama del suelo mientras esperaba que le contestaran.
—...en otras noticias —la voz proveniente de su televisor le dio un punto distractor de los molestos tonos de llamada. Se le hacía extraño que tardara el contestarle cuando el mismo mánager fue quién le había llamado hace apenas unos segundos—. El accidente sufrido ayer por seis de los miembros del famoso grupo conocido a nivel internacional, Bangtan Sonyeondan sigue siendo difícil de digerir para los medios y sobretodo sus fans —una imagen apareció en pantalla. Muchos chicos y chicas jóvenes llorando frente a una reja llena de fotos, dibujos, globos blancos y velas. El nudo que Jungkook sintió en su estómago creció en gran magnitud, cubriendo su pecho y garganta, el aire atascandose en sus pulmones—. Los chicos reconocidos como Hoseok, Seokjin, Namjoon, Yoongi, Jimin y Taehyung viajaban en una camioneta rumbo a su empresa cuando un camión de carga perdió el control colisionando contra el vehículo menor —la imagén cambió, en la pantalla podía verse la reluciente camioneta negra completamente abollada, los vidrios quebrados, todo destrozado. Jungkook no reaccionó al ver las bolsas policiales a un lado envolviendo lo que parecían ser cuerpos—. Cuatro de los miembros fallecieron instantáneamente con el choque, mientras que los dos restantes aguantaron hasta la llegada de los paramédicos, cuando dieron su último aliento —No...—, el chofer del grupo se encuentra internado de gravedad en el hospital, mientras que el conductor del camión ha sido formalizado en lo que se lleva a cabo la investigación. Una pérdida lamentable para la industria de la música, su familia y el mundo —la periodista apareció de nuevo, su mirada lucía triste mientras hablaba—. Siguen sin haber noticias del séptimo integrante, pero al no haber rastros de él en el lugar del accidente podemos asegurarles que se encuentra bien...
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You Never Be Alone➵ Jjk.
Fanfiction天使: JJK©━ Jeon Jungkook nunca había sido un chico malo. Se esforzaba por mejorar cada día y agradar más a sus fans, enorgullecer a sus hyungs y demostrarle al mundo que él era capaz de conseguir todo lo que se propusiera. Era amable, solidario, hum...