❝¿Sigo siendo Phosphophylite?
La pregunta respecto a mi identidad no puede ser menos indiferente para mí... por lo menos ahora. Hay varias cosas que atacan todas al mismo tiempo mi mente y juegan a gusto con mis recuerdos.
La más importante de todas...
Lo mismo de siempre, el impacto con el suelo me hizo añicos.
Recuerdo como los demás dicen que la sensación de romperse y volverse a unir les parece extraña, no es extraño pensar que tienen un nivel de dureza que sobrepasa el mío con creces. Yo en cambio veo esto como algo normal; el solo hecho de reír me podía astillar, una única onda de impacto de Sensei podía romperme en pedazos, un golpe de cualquier Lunario podía y aún puede, de forma literal, pulverizarme... o almenos pulverizar lo que queda de mí hecho de Fosfofilita.
Perdí el conocimiento, todo se tornó de un profundo tono negro. Ni Lapislázuli, ni los recuerdos de Antarc y Ghost me acompañaron en ese extraño letargo.
Solo podía escuchar el sonido del mar haciendo eco, eso y una presión acompañada de una sensación extraña cubriendo mi cuerpo.
Para cuando recobré la conciencia me sorprendió en demasía lo que mis ojos podían vislumbrar a mí alrededor.
— ¿Pero qué...
Una enorme aglomeración de plantas gigantes forraba de un raro color verde la isla entera. Lo curioso era que estas plantas, muy a diferencia de las que se encuentran en el campo de flores, tenían estructuras rígidas y variadas en cuanto a tamaño; unas retorcidas, otras que parecían ramificarse, otras simplemente tenían largos tallos marrón en cuya punta brotaban hojas cubiertas por algo. Un espectáculo que nunca había visto, ni siquiera bajo la superficie del mar.
Tan absorto en mis pensamientos estaba que no me había percatado que estaba de pie... ¿cómo podía hacerlo si se suponía que mi cuerpo debía estar hecho trizas?
Al notarlo finalmente dirigí la mirada a mi cuerpo, inspeccionando. De forma inexplicable estaba en una sola pieza, pero muy sucio; estaba lleno de un tipo de baba que me resultaba familiar, también habían residuos de un fino polvo blanco, el mismo que llovía encima mío, mecido por el viento salado y acumulado en las hojas de aquellas gigantescas plantas.
A un costado, la caja de aleación seguía intacta y conectada a mis brazos en un delgado hilo.
— ¿Será que el lunario todavía está dentro? —me pregunté, lleno de curiosidad.
Buscando averiguarlo, con brillo en la mirada me asomé por una de las tres ranuras que daban entrada a la luz. En un principio no podía ver nada, pero luego el ruido que hizo la lanza del lunario al chocar con el metal me hizo respingar, provocando que cayera sentado.
Fue en ese instante que noté algo más en el ambiente.
— ¿Eh? ¿Tan pronto se hizo de noche? —fue mi monólogo al ser cubierto por una sombra oscura, interrumpido por el rugido de una bestia.
No tuve más remedio que usar la fuerza de mis piernas para saltar lo más lejos que mis brazos permitieran expandirse, pues estaba atado a la caja estancada en la arena.
Estaba al borde de una situación comprometedora: ahora un gigantesco caracol con tentáculos amenazaba con aplastarme, para variar, estaba limitado a un espacio de apenas unos metros... mi plan de ir a la luna se veía cada vez mas lejano.
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¿Los dejo con más preguntas que respuestas? Comenten que les pareció el capítulo, no sean tímidos ;) Tengo infinita curiosidad por saber que opinan de esta historia. Agradezco también a las lindas personas que comentaron con anterioridad. Lamento la ausencia, el trabajo y algunas enfermedades me dejaron K.O y en hiatus con todas mis historias *llora* espero retomar las actualizaciones con más regularidad de ahora en adelante.
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¡Tengan un lindo día!
¡Los dejo con un Bye Bye Dango... nos leemos pronto!
"Murano" ムラーノ By: VarelaDCampbell ウァレラ・デェー・キァンベル。
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