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14 de febrero 2017

Ahí estaba de nuevo viendo a hurtadillas por la ventana, la temperatura subía más y más conforme pasaban los minutos, pero no podía perder ni un detalle de lo que sucedía frente a mis ojos.
El hijo de puta había traído una vez a un chico a su casa, aun no comprendía el porqué de sus preferencias, pudiendo tener cualquier mujer que él desease, opto por las penetraciones anales. Dios, que no haría yo por sentir aquello rosar mi entre pierna, pagaría cada centavo de este desdichado mundo, pero la vida es cruel, demasiado cruel...

Le vi subir junto a su acompañante cuesta arriba, hasta llegar al segundo piso, la ventana de su habitación quedaba justo delante de la mía y por extraño que fuese, nunca cerraba las cortinas, como si realmente le importar muy poco si lo vieran hacer sus "porquerías" o no, lo cierto, es que casi nadie se encontraban en sus hogares en esta fecha en específico, pero él, exclusivamente él, no es una persona que se preocupe de tal situación, el pagar un hotel era algo que no necesitaba, teniendo semejante caserón para gozar.

Desganada, seguí observando la escena.

Mis pupilas se dilataron un poco cuando ambos chicos comenzaron a tocarse con frenetismo, vi como mi vecino metía su mano por debajo de los pantalones de su joven acompañante y este inclinaba su cabeza hacia tras con gran fascinación.

La temperatura de mis mejillas tomo color y la humedad en mis bragas era evidente, la excitación ya estaba haciendo su acto de presencia. Suspire tratando guardar la compostura e ignorando mis impulsos, seguí observándolos. Cada segundo era más torturador, poco a poco sus prendas se hacían menos y cuando menos pensé, el joven bajo los pantalones de mi vecino esta los tobillos.
Trague con dificultad de nuevo, al ver su enorme erección tan tentadora..

Sin siquiera notarlo, mis manos fueron directamente a mis pechos y comencé a masajearme a mí misma. Sin perder detalle alguno, mi vecino se sentó en una de las sillas que tenía en su habitación y acto seguido el chico se puso de rodillas...

Me estremecí, cuando introdujo el mi**bro a su boca y por un segundo, sentí que mis glándulas salivales comenzaron a fallar...

Apreté mis pe**nes con ligereza y deje que mis pechos salieran sin ningún tabú, mientras mi otra mano poco a poco iba bajando, hasta llegar a mi va**na y haciendo un lado la tela de algodón y le permití a mis dedos jugar un poco. Observe el rostro de mi vecino, el cual cerraba los ojos con gran satisfacción del s*xo oral que está recibiendo.

Dios, era tan desagradable y erótico a la vez, que me hacían sentir extraña, demasiada extraña...

Su guapo amigo se levantó de una y comenzó a besarle con lentitud, desde su marcado abdomen y hasta sus hinchados labios, mi vecino placentero le dejaba sin resistencia alguna, el chico por su cuenta también quito sus bóxer y dejo al aire su grata erección, tal formidable y deliciosa. Le dio la espalda a mi vecino y este se puso de pie...

Mis bragas ya no podían estar más húmedas de lo que ya estaban, me encontraba en mi máximo punto, tan excitada y caliente.

Y como si las cartas estuvieran en mi contra los chicos empezaron con la acción, mi vecino penetraba a su acompañante con grata velocidad, y mientras lo hacía le masturbaba haciendo que los gemidos del chico retumbaran en toda la habitación...

Hasta este punto mis dedos ya no tenían un límite, simplemente abrían paso por mis cavidades vagi**les alimentándome de placer puro.

Ellos siguieron así por un buen rato, mi vecino nunca se dejó penetrar por el otro chico, resulto ser activo en todos los sentidos. Embestidas frenéticas, masturbaciones, besos húmedos y en culminación de un buen se*o oral llegando al clímax total, esa noche ambos chicos habían acabado exhaustos y con ellos yo.

FUCKING OBSESSION 《PARK JIMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora