FUCKING OBSESSION 《PARK JIMIN》

Realidad...

Los días pasaron tan rápido que no los sentí del todo. El doctor se había extendido toda la semana para realizarme todos los análisis posibles, después de todo había estado tres meses en completo "reposo".

Mi madre me conto los hechos de principio a final o por lo menos los que Jimin le había dicho... Los cuales consistían en que yo me había "caído por accidente" desde el segundo piso pero que gracias a dios no había caído del todo a suelo solido si no en unos arbustos, aun así la fuerte caída me formo una grave contusión, y que según informes del hospital tardaría unos días en despertar, días que se convirtieron en meses al parecer.

Durante su relato no me detuve a preguntar nada, solo en mi cabeza se formulaban mil una escenas de Jimin...

¿Cómo se le ocurrió decir tal mentira y no acusarme para hacerme pagar como es debido, que es lo que realmente planea?

—es hora de irnos —llega de pronto y su simple presencia me provoco ligeros escalofríos.

—perfecto —dijo mi madre y se levanto a tomar las cosas que Jimin trae en manos, mismas que noté hasta este momento.

—no se preocupe.

—no que va, tu ayuda a Elizabeth después todo eres el fuerte aquí. —le dice, y las tomo sin más.

Escuche un ligero suspiro salir de su parte y se encamino a mí. Una enfermera entro casi detrás de él con una silla de ruedas.

—dame tu mano —me ordeno...

No proteste, simplemente obedecí como un vil sirviente mientras me cargaba por los aires y me postro en la silla de ruedas, inevitable no oler aquel olor que emana de su maldito ser, ese olor tan delicioso.

¡Maldita conciencia para, para de una vez!

El doctor me indico un par de cosas antes de salir del hospital y encaminarnos a su camioneta.
Tal como me subió a la silla, hizo lo mismo con en su auto.

Extrañamente durante el todo el camino no hablo y me atrevo a decir que ni siquiera dirigió su mirada a mí, la única que se encontró parloteando todo el trayecto fue  mi madre.

Me irritó por un momento que fuera tan amable y comprensiva, nunca en su patética vida se había comportado conmigo de tal manera, ya saben, como una mama de verdad.

Siempre fue una sumisa de lo peor, mi padre siempre se encargó de hacerla menos antes los demás e intento hacer lo mismo conmigo pero para su desgracia yo no era como mi madre

Aún recuerdo cuando decidí salir de mi casa en contra de las protestas de mi padre, aquel día nunca lo olvidaré.

"Si te vas de mi casa, no volverás jamás"

Mi madre no objeto dándome la espalada por completo ante las palabras de mi padre, y fue ahí en ese momento que tomé la iniciativa. Mudarme a los Estados Unidos, dónde no he vuelto a pisar tierras sudamericanas durante 4 años, mismos en los que me he dado a la tarea de salir de mi zona de confort y nunca más volver a ella.
Según mi padre, las metas son "banalidad" y los sueños "inexistentes", para su mala suerte, eso es mi pan de cada día, y es muy poco probable que vaya a cambiar mi mente de soñadora para poder satisfacerle.

Y con esto, como era de esperarse no me llamo ni una sola vez y siendo sincera no es que me importe mucho, de hecho, no me afecto en lo absoluto. Estaba tan acostumbrada a los desprecios de mi padre que ya no se me hacía algo nuevo.

Él es un hombre de palabra y yo también.

Ahora entiendo porque soy una mierda de persona, aprendí del mejor...