—Iré a recolectar lavanda —murmuró con calma—. Tendré cuidado.
Seokjin asintió algo distraído, aún tenía ganas de dormir. Despertarse tan temprano no era su especialidad.
—Saluda a Jungkook de mi parte —se burló Seokjin, dejando reposar su rostro en la palma de su mano derecha—.
Taehyung rodó los ojos, en verdad no se sentía de humor ese día.
Había buscado unos libros en su habitación la noche anterior, libros que no había tocado hacia tiempo. Esperaba hallar algo interesante, pero terminó encontrándose entonces con la gran sorpresa de que Hoseok los había roto.No quiso decirle nada en el momento, primero iba a esperar calmarse, sino terminaría por golpearlo.
Salió de su casa sin tardar demasiado, vistiendo nuevamente la túnica del día anterior.
Comenzó a seguir el camino que tomaba habitualmente, pero luego de recordar con quienes se había encontrado antes, decidió ir hasta los prados por las orillas de los arroyos. Así al menos sería capaz de pedirle ayuda a sus amigas si es que Jungkook decidía aparecer y molestarlo.
Conforme avanzaba hacia las aguas calmas bastante próximas de donde vivía, notaba cómo la cantidad de árboles en la zona aumentaba.
Le resultó algo extraño, nunca había notado la excesiva y numerosa presencia de plantas en la región Sur.
—Tal vez crecieron en primavera —dijo, esquivando un árbol—. Ugh...
Cada vez los altos árboles se encontraban más y más cerca unos de otros, como si intentaran bloquear el camino de Taehyung.
Bufó molesto. Si alguien o algo estaba intentando molestarlo, lo estaba logrando.
Caminó un tanto más, quería convencerse de que sólo estaba siendo algo paranoico y que en verdad los árboles no estaban tramando nada malévolo.
Se encogió de hombros después de dar varios pasos. Los árboles le obstruían completamente el camino, sólo le quedaba darse media vuelta y regresar por donde había venido.
Cuando oyó pisadas, su rostro se tornó rojo de furia.
—¡¿Podrías por favor dejarme en paz!? ¡Sólo quiero tomar unas cuantas lavandas sin que me molestes! —gritó, dándose vuelta—.
—Eh...El rostro de Taehyung se suavizó notablemente. Suspiró y bajó la cabeza ligeramente, dejando en evidencia su clara vergüenza por lo sucedido.
—Lo siento, Joohyun. Creí que eras alguien más.
El rostro sorprendido de la bella muchacha se llenó de tenue y natural jovialidad casi automáticamente.
—No hay problema, me han contado lo que sucedió ayer, Taehyung —sonrió divertida—. Jungkook puede ser muy infantil, no tienes porqué preocuparte realmente.
—Eso es cierto —agregó una voz amable—. Es fácil intimidarlo, asi que no respondas de manera tan brusca con él. Se pondría a llorar, es muy sensible.
—Hola, Seungwan —dijo al reconocer el tono de la chica—, ¿qué hacen dos ninfas por aquí? Que yo sepa sus árboles quedan en el Norte.Taehyung caminó hacia ellas, que se encontraban a unos escasos metros.
—Jihyo y Momo nos habían dicho unos días atrás que las plantas cerca del arroyo estaban creciendo de manera excesiva —explicó Joohyun—, vinimos a echar un vistazo.
—Entonces por eso hay tantos árboles... —murmuró Taehyung—. Me parecía extraño.Continuó caminando, con la idea de llegar a las plantaciones de lavanda.
—¿Por qué crecen repentinamente? —cuestionó a ambas jóvenes, quienes caminaban a su par—.
—No lo sabemos. Vinimos a ver cómo estaban las ninfas de agua, y aprovechamos la oportunidad para buscar a Jungkook. Él debería saber porqué —contestó Seungwan—, ¿a dónde vamos?
—Tengo que recolectar unas flores, ya sabes... —dijo con una agradable sonrisa en el rostro. La presencia de las contrarias lograba tranquilizarlo—.
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