Madre

47 2 2
                                    


"Hago tu trabajo y me pesa el doble"

-palabras de un hombre-

siento tus frías manos gastadas,

olor a químico y cansancio,

delantal sucio enclorado.

Mimas a la vez a tu niño

con una sonrisa, ocultando la pena.


Se van tus sueños, se los lleva un ave

que volverá cuando las crías sean hombres.

Años condenada a lo mismo,

aguantando el machismo o ausente de él:

un trapo sucio, limpiar, a trabajar.

Llegando a la noche te ayudan fuerzas sobre humanas,

un espíritu que inspira tu hazaña,

sin descanso, excepto cuando colapsas.

Las crías comienzan a malcriarse,

otro trabajo más a tu curriculum,

otra prueba del cruel destino.


Tus sueños ¿Dónde quedaron tus sueños?

miras arriba a ver si llegan,

cuando llegan piensas que es demasiado tarde

y quedas a manos vacías.

¡Nunca es tarde! te lo digo yo,

mujer que educó a seis niños y seis niñas,

ahora dejan expandir mis alas,

retomando el objetivo,

dándole un sentido a la bruma.

El roce de una pluma me enseñó

que nunca está mal el camino,

una se pierde en él,

buscando una solución fácil acorde al tiempo perdido.

Aguanta madre toda poderosa,

que si fuiste madre, nada puede contigo.

whisky y cajetillasWhere stories live. Discover now