Encuentro Desagradable

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Estaba recién graduada de diseño grafico y amaba dibujar cada uno de mis personajes de las historias que diariamente escribía. Mi mejor amiga Lola me dijo para tomar algunas clases de Ninjutsu y defensa personal, me negué rotundamente puesto no quería nada de violencia en mi vida. Tanto dio que al final acepté ir solo a verla al dojo, me dijo que el entrenador era precioso. Un mestizo ruso-japones criado en el país nipón y entrenado en los mejores dojos como espadachín y maestro en las artes ninjas.

-¿Qué edad tiene tu amor imposible?- Sentencié riéndome mientras caminábamos.

-Tiene 30 años pero se conserva en una forma tan deliciosa, debes ver el tatuaje tan bello que tiene en la espalda-

-Quizás lo utilice como inspiración para crear un personaje y dibujarlo-

-Te lo estoy describiendo y tu pensando en dibujar- Me eché a reír y ella me haló del cabello mientras nos introducíamos en el Dojo donde se encontraba los senseis que le darían clases.

Caminamos un poco hasta que nos recibió un chico japonés muy guapo llamado Takamasa. Nos llevó hasta la sala de espera donde el amor de Lola nos recibiría y le haría la inscripción para que empezara lo más pronto posible sus clases. Esperamos un poco hasta que salió un hombre bastante peculiar en cuanto a rasgos físicos se menciona, sin duda alguna era japonés por sus característicos ojos y cabello negro largo hasta la mitad de su espalda pero su cuerpo no era de asiático sino de extranjero. Mis ojos se abrieron como platos al verlo muy de cerca, era bellísimo como decía Lola con sus rasgos mezclados por su rostro de japonés y su piel tan blanca como la nieve, luego estaba su estatura que fácilmente llegaba a los 1.90 y su cuerpo delgado y atlético con brazos bien tonificados. Vaya, sería el espécimen perfecto para mis dibujos.

-Buenos días ¿En qué puedo ayudarlas?- Su tono era sumamente serio y frío.

-Queremos inscribirnos en las clases de defensa personal sino es mucha molestia- Mi amiga le dedico una suave sonrisa que ignoró por completo.

-Inscribirnos me suena a poliedro Lola, yo solo te vengo a acompañar- Giré mis ojos mientras sacaba mi teléfono.

-Entonces debería retirarse señorita, no es necesaria su presencia-

-Yo le pedí que entrara conmigo, más respeto por favor-

-Déjalo Lola que de tanto entrenar quedó sin cerebro, te espero afuera- Me levanté acomodando mi vestido para buscar la puerta viendo como mi amiga aguantaba la risa y el caballero me miraba como serpiente llena de ira.

Busqué la salida para sentarme en los bancos y observar a las mujeres y hombres entrenando pasos de Ninjutsu y otros en el manejo de katanas y demás armas niponas. Saqué mi tabla y comencé a dibujar una escena de dos guerreros inspirándome en lo que mis ojos veían. Al rato salió mi amiga aun aguantando la risa y el hombre que luego me enteraría que se llama Ishihara Vladimir. Mi amiga empezaría sus clases mañana pero quería ver como era el ambiente por lo que me tomó del brazo desligándome de mi dibujo. Caminamos un rato viendo como tomaban clases de manejo de Espadas, Ishihara dio un verdadero espectáculo al partir en dos una pastilla con los ojos vendados ¿Qué clase de ser humano era? Quedé perpleja viéndolo para luego darme cuenta que me miraba aún enfadado por aquello que dije. Me encogí de hombros sosteniendo su mirada y solté la carcajada para buscar la salida, ese de seguro me lanzaría una daga si pudiera. Me reí como nunca junto a Lola mientras caminábamos de vuelta a casa, a veces tenía formas muy peculiares de contestarle a la gente y este fue uno de esos casos. Me despedí de mi amiga que tomó el bus a su casa mientras que yo caminé a mi departamento que quedaba a unas cuadras de la parada. Luego de llegar y ponerme cómoda me di cuenta que había olvidado mi tabla y como toda artista corrí cual atleta a la meta hasta llegar al dojo donde Ishihara ya estaba cerrando.

-¡Espera! Dejé mi tabla allí dentro por favor- Respiraba acelerada y trataba de recobrar el aliento.

-Pasa mañana, por ahora ya cerramos- Continuó caminando como si no existiera.

-Lo siento pero debo terminar unos trabajos que están allí dentro-

-No es de mi incumbencia señorita, lo que pasa es quede sin cerebro y no me acuerdo de las llaves-

-Tú me corriste de tu estudio solo por decirle a mi amiga que no iba a participar- Me acerqué y le arrebaté las llaves para buscar la correcta pero pronto fui recostada de la pared con brusquedad. Me miraba con odio, puede notar su mano empuñada mientras me sostenía del hombro.

-No tengo tiempo para lidiar con niñas estúpidas y groseras. Te dije pasa mañana que ahora me voy-

-Tampoco tengo tiempo para lidiar con hombres imbéciles como tú, simplemente abre y saco mi tabla y se acabó nuestro desagradable encuentro-

-Empiezo a dudar si mi castellano es el correcto, te dije que ya no voy abrir porque simple y sencillamente no quiero darte la tabla ¿Me explico?-

-Con que es eso ¿Aún te duele que te haya hecho pasar vergüenza? Tú me ofendiste primero para tu información. En ese forcejeo me dí cuenta que mi tabla iba en su bolso, la forma más sencilla de derribar un hombre es golpeando sus pelotitas ¿No? Aproveché el acercamiento para tomar impulso y encestarle un rodillazo en sus partes baja cuando cayó quejándose metí mi mano en su bolso y rápidamente tomé mi tabla echando a correr del lugar –Ahora me debe de odiar el doble- Dije en voz alta mientras corría a mi casa. Al llegar le mandé mensajes a Lola que moría de la risa.

-Ahora el profesor me va a sacar a patadas mañana de su dojo por ti mujer-

-Lo siento fue la única manera que vi de obtener mi tabla, además si vieras el moretón que me dejó en el hombro por el agarre tan duro-

-¿Estás bien no? Así será de fuerte que tan solo te agarró y te dejo el brazo morado.

-Estoy bien tranquila solo está algo adolorido. Ve a descansar que mañana tienes clases-

-Te veo luego de clases, te quiero mucho. Toma algo para el dolor-

-También te quiero, descansa y suerte-

Eres un Salvaje (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora