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Domingo:

Les enorgullecerá saber que pasamos toda la tarde en el templo, adorando a los sagrados difuntos.

En el templo, hay un vitral muy colorido, con criaturas extrañas como animales fusionados, con cabeza de león, alas y aletas. Pasó todo el rato mirando como vuelve tenue la luz más brillante.

Algún significado tendrá todo, espero saberlo algún día

Pero ya no saltaré de acantilados tratando de probar teorías locas. Ni volveré a correr el riesgo de ahogarme en el mar, o en las lagunas subterráneas.

Hablando de las lagunas subterráneas, hoy fui a enseñarle a nadar a Eliane en ellas. Le encanta el agua, pero no es buena aprendiendo. Esta mañana tenía la intención de pasar el rato antes de meditar con Montse, pero cuando me topé con Eliane en la boca de las cuevas, me encontré diciendo:

-¿Ya has visitado las entrañas del último gigante de fuego, Eliane?

-Solo en mi cabeza

-Pues vamos a que las visite el resto de ti

-¿No está prohibido? ¿No podemos morir dentro?

-Siempre podemos morir fuera, somos transitorios... -y me quedé parloteando en un intento de decirle EL sermón a Eliane mientras la cargaba sobre mi cabeza. Ella estaba sería y callada mientras yo no dejaba de sonreír y hablar.

Andamos por las grutas en silencio. No sé cómo conseguí no caerme, llevándome a Eliane conmigo.

En las lagunas, Eliane refunfuñó -¿No era este un gigante de fuego?

-Y esperemos que lo siga siendo por mucho tiempo...

No lo sé, todo este tema me enfurece. Pase el resto del día tratando de deshacerme de ese sentimiento. No sé si lo logre.

Es que, ¡carajo!, no entiendo nada. No sé si logre escribirlo. Escribir vuelve importantes a las pocas cosas que tienen el honor de ser irrelevantes.

Mmm...

¡En fin! Me voy al bar, que se pone interesante los Domingos en la noche. Ojalá y vea a Montse, que no puede hacerlo en todo el día.

ElíasWhere stories live. Discover now