No puedo dejarte ir [Komahina]

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Al despertar luego de tanto tiempo sentía los párpados considerablemente pesados, por lo que decidió mantenerlos cerrados ¿Cuánto tiempo habrían estado de esta forma? ¿Hace cuánto fue que todo comenzó? No podía dejar de pensar en el hecho de que eran menos de la mitad de cuándo comenzaron con el juego de matanza, era demasiado triste pensar en que tan pocos habían llegado al final, que tan pocos habían logrado lo que todos deseaban desde el principio del juego de matanza, que todo terminara.

Pero debía dejar de pensar en ello, aún tenían una oportunidad, aún tenían la esperanza de que podrían enmendar lo sucedido y podrían ver a sus amigos con la luz de la vida una vez más. Con estos pensamientos abrió sus ojos, al hacerlo se dio cuenta de que estaba sumido en una inmensa oscuridad, que suerte que no era claustrofóbico porque aquel lugar era muy estrecho incluso para alguien tan menudo como él.

Sin poder verlo, levantó sus brazos y empujó con fuerza lo que lo mantenía prisionero. La luz no era mucha, pero luego de estar tanto en la oscuridad le hizo algo de daño a sus ojos.

— ¡Hinata! —escuchó como gritaban su nombre unas voces que reconocía muy bien. Los cuatro amigos que junto con él habían conseguido salir del Neo World Program: Kuzuryuu, Soda, Sonia y Akane.

Todos lucían algo diferentes, tal vez ¿Mayores? Tenía sentido, después de todo había un lapso de tiempo que no lograban recordar, pero eso no importaba demasiado ahora. Lo habían logrado, eran libres y estaban juntos. Hinata se levantó ágilmente de la "cápsula" y fue rápidamente hacia sus amigos, estos, como leyendo sus pensamientos lo recibieron con los brazos abiertos encerrándolo en un cálido y cariñoso abrazo.

Todos ellos tenían ganas de llorar al hacer esto, aunque el único que lo hizo fue Soda.

—No es momento para llorar—dijo Kuzuryuu con una sonrisa en su rostro— Tenemos mucho por hacer ¿No creen chicos?

—Lo sé, pero... ¡Estoy tan feliz! —Soda empezó a sollozar de manera descontrolada mientras decía estas palabras.

La escena ante sus ojos era tan esperanzadora, tal vez solo eran ellos cinco, pero no iban a rendirse, iban a trabajar duro por traer a todos sus amigos de vuelta.

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Tres meses.

Habían pasado tres meses desde el momento en que despertaron. Puede sonar poca cosa, pero es un cuarto de año y Hinata era muy impaciente. Todos sus planes habían ido bien hasta ese momento, con todos los talentos que tenía en él, pero con su manera de ser había logrado muchas cosas. Había conseguido restaurar la psiquis de todos y hasta había sido capaz de crear una IA, él mismo, para terminar con el mundo de sueños de los que seguían "dormidos".

Porque si, todos los que dormían estaban en una especie de mundo de sueños creado por su subconsciente, abreviando; su propio mundo ideal. Sería mentir el decir que no estaban interesados en saber que estarían soñando todos los que seguían dormidos, pero ninguno al despertar parecía querer hablar mucho de ello, salvo por Teruteru, pero ninguno quiso escuchar su historia.

Pero luego de esos extensos tres meses de trabajo duro, Hinata aún no lo lograba. No podía comprender porque, porque justo él era el único que aún no despertaba. No podía negar que estaba un poco preocupado... sí, solo un poco. Cada vez que intentaba deshacerse del mundo de los sueños con el IA algo salía mal o el programa tan solo lo rechazaba.