La esperanza definitiva

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El nombre que apareció en la brillante pantalla de su celular disipó cualquier rastro de duda que pudiera tener sobre quién era el que lo estaba llamando en aquel momento.

Se trataba de aquella persona que había creído en ellos y que no los había abandonado incluso aunque eso significara traicionar a la Fundación del Futuro. Siendo sinceros, Hinata le tenía mucha estima a Makoto Naegi, después de todo, su situación actual se la debian en la mayor parte a él, así que realmente quería encontrar la ocasión en la que pudieran devolverle un poco de todo el apoyo que les había brindado.

Se quedó estupefacto unos segundos, observando la pantalla de su celular. No había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había llamado, así que ¿Cuál era la razón de que llamara tan pronto? A Hinata le fastidiaba un poco no haber logrado despertar a Komaeda antes de la llamada de "La esperanza definitiva".

Estoy seguro que hablar con él lo habría alegrado demasiado, pero no me queda otra que contestar pensó resignado.

Como acto reflejo su dedo se deslizó rápidamente por la pantalla de su celular que aún sonaba, Hinata acercó el celular a su oreja y escuchó como la voz que esperaba lo saludaba con su conocida amabilidad.

— Hola, Hinata — saludó con esa voz que siempre hacía que Hinata pensará en alguien menor, aunque Naegi sí que tenía un año menos que él.

— Hola Naegi ¿Sucede algo? Me sorprende que llames, esperaba que lo hicieras en los próximos días — contestó Hinata mientras caminaba un poco alrededor de la habitación. De vez en cuando lanzaba cortas miradas hacia la cápsula de Komaeda. No había olvidado que se supone que iba a abrirla y se hallaba un poco ansioso por hacerlo.

— No sabes cuánto me gustaría poder hablar con todos y preguntarte como se encuentran, pero en realidad no tengo muy buenas noticias — su tono fue decayendo con cada palabra — La fundación del futuro me ha citado a una reunión, creo que el asunto de la junta será porque los protegí. Probablemente me traten de traidor.

Hinata no sabía que responder a eso. Sabía muy bien que ese tipo de cosas podían suceder, pero ahora que pasaban se sentía realmente impotente. Debía existir algo que ellos pudieran hacer para mejorar la situación.

— ¿Cuándo es la reunión? — cuestionó, intentando sacar información.

— En unos 5 días — respondió inocentemente el castaño.

— Umm, no tenemos demasiado tiempo, entonces — dijo en casi un susurro, pensando en el aún durmiente Komaeda — ¿Y donde es la reunión?

— Se lo que piensas, Hinata. No dejaré que vengas, es muy peligroso.

— No iría solo — refutó.

— Si vienen todos , la fundación del futuro se les va a echar encima a cada uno de ustedes — respondió Naegi. Ciertamente tenía un punto, pero por alguna razón Hinata no podía dejar de sentir que algo iba a salir terriblemente mal en esa junta y su intuición solía estar en lo correcto la mayoría de las veces.

  — Esto me da muy mala espina, Naegi — replicó persistente — Dime donde es y te prometo que no iremos  a menos que tenga un buen plan — insistió, pensando en las diferentes variables de lo que podría suceder.

  — No es que no confié en ti que tienes todos los talentos que se pueden pensar, pero de todas maneras no me siento muy seguro — respondió dubitativo. Se quedó silencioso unos segundos más antes de comenzar a hablar de nuevo — Esta bien, te mandaré un mapa de donde se encuentran las instalaciones, no fue fácil conseguirlo en su momento, creeme.

No puedo dejarte ir [Komahina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora