Melting ❀ NamJin

Parte 1

Nam Joon no siempre había ignorado a Seok Jin como si él simplemente no existiera, no como ahora.

Tenían las mismas edades, aunque Joon siempre hablaba como una persona bastante madura y con experiencia a pesar de que él solo tuviera ocho años.
Jin no se preocupaba por la ropa sucia tanto como Nam Joon lo hacia, su actitud era como la de un niño de su edad, pero más dulce.

En esa época Seok Jin solía ganarle a Nam Joon por unos cuantos centímetros y podía ser motivo suficiente para burlarse de él, pero nunca lo hizo, Nam Joon si que lo notaba y se sentía de una forma que no conocía pero sabía que no era buena.

Seok Jin podía recordar la pelota roja de Nam Joon. La podía recordar porque él sonreía tan ampliamente cuando la tenía en sus manos, mostrando los dos hoyitos que se formaban en sus mejillas y el sol pegando a su cara distraída. Siempre distraída y tan linda.
Se preguntaba si él siempre lo miraba cuando estaba distraído o Nam Joon nunca estaba concentrado, pero le gustaba de esa manera, se veía tan hermoso y ni siquiera se daba cuenta.

Si bien ahora no podría llamarsele lindo a Nam Joon si estaría bien llamarle guapo.

Nam Joon nunca le había dicho un cumplido cuando eran pequeños, no estaba en su naturaleza incluso si Seok Jin le hartaba de alagos muy empalagosos.
Él nunca entendía porque lo hacia, solo suponía que eso hacian los amigos. Ellos eran amigos.

•

Esa vez estaban en la casa de Seok Jin, su madre les había comprado helado a cada uno, los dos amaban el helado como todo niño y el tiempo de calor lo hacia sentir delicioso en sus lenguas.

- Nam Joonie escucha. ¿Crees que podría mantener una familia si trabajara en una heladería?- Apartó la mirada de lo que comía y ahora miraba a Nam, como si esperara a que el le diera permiso.

Al principio lo había dicho de broma, pero si lo pensaba mejor era una buena idea, demasiado buena.

- No lo sé. Mamá siempre dice que puedes hacer lo que quieres si te lo propones.- Nam respondió sin dejar de comer, en las orillas de sus labios había restos de su helado de vainilla, pero él no lo sabía.

Nam Joon no se podría ver más bonito ¿o sí? Pensaba Jin, seguro sí.

- Podría comprar mi propia Heladería y comer todo el helado que quiera a la hora que quiera. Eso estaría tan bien.- Su voz había salido como un suspiro lo que hizo llamar la atención de Nam Joon.

En serio Seok Jin se imaginaba una vida de esa manera y como se le haría imposible cansarse de ella.

Nam Joon solo asintió en respuesta, siempre era tan callado pero le gustaba la compañía del otro niño, raramente también le gustaba todo lo que Jin decía, podías hablar un día sobre una bolsa plástica y Jin te haría reír acerca de eso mismo.

- No tienes porque enojarte conmigo Nam Joonie.- golpeó el brazo de Nam con su codo asegurándose de no causar dolor, solo contacto. - También te dejaré comer todo el helado que quieras. Siempre y cuando no sea el de fresa porque tú ya sabes cuánto me gusta el sabor a fresa.

Nam Joon río bajito, pero su sonrisa era enorme, no mostrando su dientes pero sus labios visiblemente alzados directamente mirando a Jin y los hoyitos estaban ahí, adornando su cara adorablemente

El corazón de Jin brincaba fuertemente en su interior, su respiración era trabajosa, está era la primera vez que ésto le ocurría y su poca edad no le permitirá saber qué eran esas emociones tan repentinas y no pudo sonreír, más tarde pensaría que estaba enfermo. Sentía calidad en el estómago, como si algo se deshiciera lentamente, pero de verdad tan agradable que no quería que eso se detuviera. Tampoco pudo abrazar al otro aunque su cuerpo se lo suplicará, sólo se quedó sin moverse. Sintiendo una dulce guerra interna dentro de su tórax y el vientre.

Hasta que por fin pudo respirar con normalidad y sus mejillas se sintieron menos calientes. Las gotas del helado que se derretía en su mano estaban tan avanzadas que se tendría que limpiar el suelo también, estaba más confundido que despierto ¿Cuánto tiempo habría estado como un bobo?
No lo sabía, alomejor demasiado, ya que Nam Joon había parado de sonreír, Jin frunció el ceño.

- Nam Jonnie me derrito como un helado cuando sonríes. - Dijo sin pestañear.