LUNAS QUE VIENEN Y VAN - Remus Lupin/Nymphadora Tonks [En Proceso]

Capítulo 2

La ropa estaba esparcida por el suelo de la habitación, desde aquella mañana, Remus y Dora no se habían separado por un instante. Y pasaron lo que restó de día susurrando al oído del otro lo mucho que se amaban entre besos y abrazos.

-Dora- dijo la ronca voz del licántropo al oído de la joven -Tenemos que levantarnos, cariño- dijo mientras acariciaba el hombro de la chica con su nariz.

-Un ratito más Remus. -Dora se dio la vuelta y prosiguió durmiendo como si eso fuera el paraíso. Dormir junto a la persona que más ansiaba en la vida, por fin hecho realidad.

-Tenemos que ir a la Madriguera.- Insistió el hombre y la meció suavemente. - En una hora tenemos que estar allí, si no Molly se enfadará.-
-Está bien. - Murmuró la pelirrosa volviéndose a girar para mirar a Remus fijamente a los ojos con una sonrisa.

La distancia entre ellos dos disminuyó cuando Dora se inclinó hacia él para darle un corto beso, pero lo suficientemente largo como para demostrar su amor hacia él.

Remus sonrió ante su beso. Él también la amaba; y por fin, desde menos de un mes, su mente se había puesto de acuerdo con su corazón y se había declarado a la que ahora es su mujer.

- Dora. -Dijo Remus. - ¿Te duchas tú primera?

- Hazlo tú cariño. - Tonks pasaba su dedo por una de las cicatrices del pecho descubierto de Remus.

- Como quieras, no tardaré nada. - El licántropo tuvo la necesidad de devolverle el beso que antes le había dado la metamorfomaga.

Cuando se separaron nuevamente, Remus se levantó de la cama, con la mala suerte de enredarse con las blancas sábanas que eran lo único que les cubría a los dos. Y olvidando, de ambas partes, su desnudez, tanto el uno como el otro pudo ver lo que las sábanas ocultaban.

La reacción de Dora fue más rápida que la de Remus, volvió a estirar de la sábana para cubrirse. Remus por otro lado, se intentó cubrir con sus manos bajo la risa de su esposa.

-Oh, no me digas que ahora te da vergüenza, hace un rato no lo noté así.

El licántropo levantó una ceja y con una sonrisa perversa, se destapó y salió caminando como si nada hacia el baño, dejando a Tonks con la boca abierta. Un segundo después, asomó la cabeza por la puerta y le guiñó un ojo.

La pareja se miraba sonriente esperando que la puerta fuera abierta por uno de los Weasley. Bruscamente la puerta se abrió por la matriarca de la familia.

- ¡Remus, Tonks! Menos mal que estáis bien, no saben lo mucho que nos hemos preocupado por vosotros. - Dijo Molly con un abrazo a ambos mientras pasaban al interior de la casa.

-¡Molly!-dijo Tonks con esa alegría que Remus admiraba siempre. -Lamentamos no haber podido venir antes, es que...-No pudo terminar, su torpeza salió a la luz, tambaleándose con sus propios pies. Hubiera caído de no ser por esos fuertes brazos que la atraparon justo a tiempo.

-Ya me parecía raro que no te hayas tropezado en todo el día. -Dijo Remus divertido, aún sin soltarla.

-Muy gracioso. - Dijo con el ceño fruncido.

-No te enojes amor, sabes que tu torpeza me parece lo más tierno de este mundo.

Tonks se acercó a sus labios para besarle, y lo hubiera hecho de no ser por...

-Oigan tórtolos.- Dijo uno de los gemelos.- Guarden sus muestras de amor para la noche.

- ¡George! -Regañó su madre, que estaba viendo la escena en silencio, al pelirrojo.

- Mamá, no soy George, soy Fred. - Corrigió el joven a su madre con una sonrisa que le delataba.

- Ay Fred lo siento, ve a decir a los demás que Remus y Tonks han llegado. - Mandó Molly a Fred.

- Como si no los conocieras Molly. - Añadió Remus. - No es Fred, es George.

- ¡Oye! - George se quejó por haber sido descubierto. - Eso es imposible, no lo puedes saber, somos iguales.

- No lo sabía, pero ahora sí. - Nymphadora y Molly observaban la escena muy divertidas. El licántropo le guiñó un ojo a George a la vez que éste iba a avisar a sus hermanos.

Molly los dirigió hacia la cocina, donde se encontraban la mayor parte de La Orden. Alrededor de la misma estaban Kingsley, Alastor, Arthur, Mundungus y Bill Weasley.

- Buenas noches. - Dijeron Remus y Tonks. A lo que las personas que había, le contestaron con el mismo saludo.

El licántropo y la metamorfomaga se sentaron juntos, eran las últimas sillas por ocupar.

-Bueno, ya estamos todos. - Gruñó Ojoloco para comenzar la reunión de una vez por todas.

-Mañana mismo sacaremos a Harry de la casa de sus tíos.-  Empezó Ojoloco. - Los mortífagos nos estarán esperando. ¿Ideas?

-Pues...-llamó la atención Tonks- Podríamos usar poción multijugos.

Todos miraron a la metamorfomaga sin comprender.

-Explícate, Nymphadora.

-¡NO ME LLAMES NYMPHADORA!

-Dora- le advirtió Remus.

-Podemos convertirnos en varios Harry's, así no sabrán cuál es el  verdadero. Cada Harry irá con un acompañante que no estará disfrazado.

-Brillante, Nymphadora-Tonks rodó los ojos- Una vez más me dejas sin palabras.

Tonks sonrió satisfecha, mientras Remus acariciaba su muslo por debajo de la mesa.

Ojoloco posó su ojo mecánico en donde estaba oculta, debajo de la mesa, la mano de Remus. Éste al darse cuenta, retiró al instante la mano de la pierna de la joven.

-Bien. - Siguió Ojoloco.- Mañana todos a las 7 aquí.

La reunión ya se había dado por terminada, Remus estaba hablando con Kingsley mientras que Tonks le esperaba en un lado. No fue mucho el tiempo que Remus regresó junto a Tonks y  salieron de la cocina para volver a la sala.

- Tonks. - Dijo Molly. - ¿Os quedaréis a cenar?- Propuso felizmente la mujer, siempre le encantaba que alguien se quedara, nadie era una molestia.

-No lo sé Molly, no queremos molestar. - Tonks miró a Remus, pero éste estaba hablando y saludando a todos los niños que acababan de bajar a saludar a su antiguo profesor.

- Profesor Lupin. - Dijo Hermione muy intusiasmada mirando algo brillar en su dedo anular. - ¿Usted se ha casado?

De repente hubo un silencio en toda la sala, y las miradas se dirigieron al hombre quien se empezaba a sonrojar por la atención que ponían en él.

Remus sonrió a Dora, quien también la miraba sonriendo, y se acercó para cogerla de la mano.

- Sí, hace una semana. - Dijo Remus sintiéndose el hombre más feliz de la tierra, pero esa felicidad se terminó cuando Molly empezó a hablar.

- ¿Y no fueron capaces de decirlo? -Molly frunció el ceño.

- Lo sentimos, no quisimos decir nada para no poneros en peligro, sólo mis padres fueron. - Habló esta vez Tonks.

La mirada maternal de Molly regresó y fue la primera en abrazarlos y agarrar de las mejillas a Remus. Uno a uno fueron a darle la enhorabuena a la pareja. Y entonces Fred se acercó a Dora y le susurró al oído:

-¿Estás embarazada? - Eso fue lo suficiente para que Tonks soltara un "no" muy audible y que Fred fuera enviado a su cuarto por su madre.