Capitulo 6

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- He extrañado esto… - susurró Louis. Se bajó los pantalones. El bóxer terminaría por romperse. Y también se lo bajó. Se quitó la chaqueta de cuero. A Brooke se le formó una sonrisa en los labios al verlo puesto de pie, y con una enorme erección entre sus piernas. – no te rías… - le dijo. Y Brooke miró su pe.ne de nuevo. Moría por tocárselo. Por acariciárselo y sentir como eyaculaba junto a ella.

- Ven… - le dijo ella. La voz ronca de Brooke solo hizo que las cosas empeoraran. O mejor dicho, mejoraran. Se tumbó sobre ella, aunque sin aplastarla. La abrió de piernas suavemente mientras bajaba sus braguitas. Observó su pubis depilado. Y sin pensárselo dos veces bajó para lamérselo completamente. Su lengua se movía rápidamente sobre el interior de su clítoris. 

Brooke le apretó la cabeza, no sabía de que cogerse en ese momento. Y él se introdujo más. Sacando y metiendo la lengua tan a gusto. Saboreando el jugo de su propio cuerpo. Su delicioso elixir. Paseó su húmeda lengua por sus labios vaginales. Y no podía asegurarse en que estado estaba Brooke ahora. Subió la mirada. Ella colocó la cabeza hacia atrás, mordiéndose los labios. – más, más por favor…

- Te daré algo mejor. – le dijo él. Y era momento de llenarla con su durísima erección. Abierta de piernas, la colocó en su entrada, quería gozar un par de segundos al ver su rostro cuando sentía su polla tan cerca a ella. Subió la mirada. – te he extrañado tanto, te lo juro. – le dijo. Brooke susurró un ‘yo también’ casi inaudible. Y eso fue suficiente para él. Suficiente y hasta podía sobrar. Metió su duro pe.ne en ella. Rebosándola de placer. Bombeándola de puro deseo. Brooke contrajo las caderas para luego subirlas, haciendo que Louis se adentrara más ella y con más intensidad. Una pequeña fricción hizo que el pe.ne de Louis saliera de nuevo, ella respiró… sin embargo, él la cogió fuerte del culo de nuevo y se metió con fuerza. Las entrañas de Brooke lo abrazaron con dureza. – jo.der… que bueno es esto, Dios… es… es delicioso… - gimió él. Y salió y volvió a entrar. Con fuerza. Con toda su fuerza. Quería demostrarle cuanto la había extrañado durante ese año. Quería darle en una noche todo lo que no le había dado en varias. 

Saciándola. Brooke gimió una vez más. Y más y más. Y se contrajo. Dándoselo todo. Todo de ella. Ese delicioso jugo que a él tanto le gustaba. Ese que provenía de su feminidad, cuando ambos… habían alcanzado el cielo.

- Ayúdame a salir de aquí… - Brooke le dio un beso en el torso desnudo, mientras él le acariciaba el cabello. Bajó su mirada. Brooke encontró sus labios, se inclinó para besárselos una vez más. 

- ¿Quieres irte conmigo? – le preguntó Louis. Brooke hizo círculos con sus dedos en el remarcado pecho de él, mientras la piel de este se erizaba por completo. Asintió. - ¿qué tanto te ha hecho tu padre para que quieras irte conmigo? – dijo bromeando y soltó una risa. 

- Tú no lo conoces. 

- Y no me iré de aquí sin antes conocerlo. 

Brooke empalideció de un momento para otro. 

- ¿Qué? – se levantó ligeramente. Louis no parecía arrepentirse en cuanto a sus palabras, todo lo que acababa de decir era cierto. – estás loco…

- ¿Por qué? – le preguntó él. Le acomodó un mechón de cabello. Uno que se había quedado atrapado en el espacio entre sus senos. Sus dedos pudieron tocarlo.

- Tú no sabes de lo que sería capaz. - Brooke atrapó su mano y la hizo refugiarse entre su mentón, su cuello y su pecho. 

- Él no sabe de lo que yo sería capaz.

- Louis… - Brooke se puso de pie, y logró encontrar la cazadora de Louis en el suelo, la colocó sobre sus hombros y buscó sus braguitas entre las sábanas para ponérselas también. Se percató de la mirada de Louis apuntando su feminidad. Un pequeño palpitar la invadió por dentro, haciéndola estremecer. 

Entonces él también se puso de pie y buscó su ropa entre el desorden que los dos habían generado. Y Brooke observó. Observó por varios segundos como es que él se colocaba la ropa por sí mismo, incluyendo el bóxer de licra. Y deseó tanto ser ella quién lo hiciera. Y él no era ningún tonto, por supuesto que no, también lo había notado, y al hacerlo… Brooke se dio media vuelta.

- ¿Te molesta? – la jaló del brazo. El frágil cuerpo de Brooke quedó unido al suyo en cuanto la volteó fugazmente. Incluso sus labios chocaron ligeramente. – no puedo creer que actúes como si nunca me hubieras visto así. – le dijo completamente fresco. Brooke enrojeció de un momento a otro. - acabamos de…

- Nunca dejarás de ser tan ordinario. – le dijo incomoda. 

- Y tú nunca dejarás de avergonzarte por todo.

- Vale, ¿y qué? ¿debo mirarte fijamente cada vez que te cambias? – le preguntó ella. Había pasado un año y a pesar de que acababan de estar juntos de nuevo…ella aún no se sentía completamente cómoda.

- No, por que sé que te encantaría hacerme el favor.

- Serás creído…

- Dime que no. - Brooke se quedó callada. ¿Y quién co.ño en el mundo los podía entender? Hacían el amor y a los pocos segundos estaban peleando. Vaya… era tan propio de ellos. – vez…

- Idiota.

- Sínica. 

- ¿Sínica?

- ¿Por qué me tratas como si no me conocieras? – le preguntó él. La cogió del brazo fuertemente y acercó su boca a la de ella, buscando poco a poco su aliento. Brooke se quedó sin respiración. ¿Por qué Louis era tan im.bécil y a la vez tan irresistible con ella? ¿por qué? 

Entonces Louis entendió que sí… se habían vuelto a ver, se habían dicho lo que sentían el uno al otro, pero las cosas parecían a ver retrocedido. Quizá ella necesitaba un tiempo más para acostumbrarse a él de nuevo. Un tiempo más para que las cosas esta vez si fueran como antes. Básicamente no era lo mismo y Louis lo notaba. Necesitaba seducirla de nuevo y así por fin…recuperar su confianza. 

La puerta de la habitación de Brooke se escuchó resonar de pronto. Los dos se sobresaltaron.

- ¿Brooke? – preguntaron tras ella. – ¡la limusina acaba de llegar!

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