1. El regreso del gato

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POV Narrador

Un joven de rubia melena y sonrisa resplandeciente bajó del avión, seguido de su padre con quién había gastado los últimos años recomponiendo la relación rota y deshecha que había provocado el mayor a lo largo su vida.

—La limusina llegará en breve, Señor Agreste —Dijo la asistente del hombre mientras se acercaba a los rubios —Espero que el viaje haya sido de su agrado.

Sin siquiera molestarse en decir algo, el hijo del modista se lanzó a los brazos de la mujer y la abrazó fuertemente.

—¡Vaya manera de decir "Hola"! —Exclamó emocionado.

—Tambien estoy feliz de verte, Adrien —Respondió ella, acariciando su mejilla con una actitud maternal —Mira cuanto has crecido, niño.

—Tu no has envejecido ni un día, Nathalie —El rubio se apartó y miró a su padre, quien seguía con aquel semblante serio —Anda, Papá —Animó con una confianza que la mujer jamás había visto entre ellos.

—Gabriel... —Le tendió una mano con intensión de saludarlo formalmente.

No hay manera de describir la sorpresa que sintió Nathalie cuando el hombre le tomó la mano y la atrajo hacia él para poder darle un abrazo, idéntico al que el chico le había dado minutos atrás.

—Quiero un reporte de los nuevos cambios en la empresa, quiero una reunión con los ejecutivos y conocer a los empleados agregados recientemente —Dijo al separarse, cortado el cálido ambiente que se había formado.

—Ya lo tengo todo listo, Señor —Respondió orgullosa de si misma, ganándose una sonrisa del hombre de lentes.

En cuanto la limusina llegó, padre e hijo regresaron a su abandonada mansión.
Los años habían pasado lentamente mientras el rubio crecía, lo único que podía pensar era en su amada Ladybug o mejor dicho Marinette, de quién se había despedido de la manera equivocada al irse. En cuanto tuviera un poco de tiempo libre pensaba en ir a por ella y aclarar ese día que había confundido ambos corazones.

 —Hogar, dulce hogar —Bromeó con una amplia sonrisa mientras admiraba a su padre que intentaba ocultar una expresión similar a la de él—Iré a desempacar.

 —No te tardes demasiado, debemos ir a la empresa —Advirtió en cuanto captó el brillo sospechoso que se había  posicionado en los ojos verdes del joven—Saluda de mi parte a la señorita Dupain...

Sus mejillas se sonrojaron al ser descubierto, a su padre no se le escapaba nada. Antes de salir, Adrien fue hasta su habitación y, luego de rebuscar entre sus cosas, saco la pequeña cajita donde el había guardado aquel icónico anillo. Se deslizo el accesorio y espero a que el kwami apareciera frente a él.

—Vaya, miren quien regresa con el rabo entre las patas —Dijo ofendido el pseudo-gato —Creí que tenías cosas mas importantes que resolver.  

—¿Que tan resentido puedes llegar a ser, Plagg? —Lo atrapó justo cuando el kwami flotaba frente a su rostro —¡Vamos, gato apestoso!¿No me vas a decir que ya te aburriste de mi?

—El único que se aburrió aquí fuiste tu —Le recrimino con enfado —Y no hablo solo de mi, niño.

El rubio apretó los labios, sabia que fue un patán con todos en ese momento. Casi sentía que había traicionado a su kwami, probablemente le había roto el corazón a su mejor amiga y siquiera se había despedido de sus amigos... Todo por intentar salvar a su padre de si mismo, por tratar de hacerlo ver la realidad y la atrocidad de sus acciones. 

—Y lo siento mucho —Respondió con lentitud —Quiero recomponer todas esas cosas... Quiero que volvamos a ser Chat Noir.

—¿Para que? —Su voz salio cargada de enfado —Después de todo tu padre ya se rindió.

Suplicas Mudas - MariChat/AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora