capitulo 15

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Mikey se sentía morir... tener al chico de tus sueños en la misma cama que tú, y no poder si quiera tomar su mano. No había sensación más desesperante que eso.

Y la tortura aumentaba cada vez que Frank tenía una pesadilla nuevamente, y le pedía que se quedara con él.

Durante esas noches, Mikey casi no dormía... Prefería contemplar a su imposible.

Frank era tan guapo, tan perfecto, y tan inalcanzable. Tan doloroso...

La puerta de Mikey se abrió lentamente.

- Frank... - dijo Mikey un tanto sobresaltado, es decir, Frank nunca había estado en su habitación - ¿Estas bien, pasa algo? -

- Yo... - comenzó nuestro chico mientras jugueteaba con la manga de su pijama - me preguntaba si podría dormir contigo esta noche... no quiero estar solo -

El de lentes se movió para hacerle un lugar a Frank en su cama.

- Gracias - respondió Frank mientras se recostaba a su lado - Me siento como un tonto... pero cuando duermo contigo no tengo pesadillas - comentó en un tono melancólico -

- No te preocupes -

Mikey estaba nervioso. No sabía que hacer.

- Frank... no- no tienes que estar tan a la orilla - dijo el castaño, tratando de hacer que nuestro chico se acercara más a él -

Frank, sin dudarlo, se recostó sobre el pecho de Mikey. Haciendo que este se sonrojara.

El corazón del castaño estaba tan agitado. Y Frank lo escuchaba, le relajaba, haciendo que se quedara dormido.

Al notar esto, Mikey comenzó a acariciar el rostro de Frank, lo hacía tan suavemente, para no despertarlo.

- Frank... - susurró el de lentes - ... ¿Por qué no te das cuenta de que te amo? -

Mikey estaba al borde del llanto. Él se las arregló para quedar frente a frente con nuestro chico, y plantarle un beso en la labios.

- Te amo - le susurró nuevamente, rindiéndose ante la derrota, y el sueño -

*

Mikey se despertó lentamente...

- Justamente así los quería encontrar - le dijo Gerard que estaba sentado frente a la cama -

- ¡Gerard! - dijo Mikey, mientras se sentaba rápidamente, al igual que Frank - ¿Qué diablos haces aquí? -

El pelinegro se revolvió incomodo en su asiento.

- Tranquilo hermanito - respondió en un tono tan arrogante - Es solo que surgió algo muy importante y necesito comentarlo contigo -

- ¿Y no podías esperar a que te llamara desde el antro o algo? - preguntó Mikey algo molesto -

Gerard solo rió estrepitosamente.

- Oh Mikey no era mi intención molestarte después de una noche en vela con mi Frankie -

Las mejillas de Mikey se encendieron se rojo.

- ¿Por qué no me dices que quieres y te largas ya? -

- Necesito que Frank se vaya - contestó el pelinegro en un tono sombrío -

Frank miró al de lentes. Estaba seguro de que su sueño, o mejor dicho pesadilla se cumpliría en cuanto saliera de la habitación.

- Tranquilo Frank - le dijo Mikey - esta bien... te buscaré en cuanto terminemos de hablar -

Frank asintió no del todo convencido, y salió, no solo de la habitación, sino también de la casa.

<< Dios... soy un imbécil ¿Cómo pude dejar solo a Mikey? Si le pasara algo jamás me lo perdonaría>>

La campanita de la puerta tintineó cuando la Frank entró a la cafetería. El olor era tan agradable, y el ambiente muy cálido.

Frank aún estaba en pijama, y ni siquiera tenía un centavo, pero esos eran los menores de sus problemas. Él tomó asiento en una de las mesas del fondo.

<< Por el amor de dios Mikey, no hagas nada estúpido... no quiero que nada te pase... >>

- ¿Ordenará algo señor? - le preguntó una chica rubia, que vestía una falda y una camisa de vestir color café y sobre esta llevaba un mandil blanco -

- ¿Ah? - preguntó Frank sin captar la pregunta -

La chica sonrió.

- Que si va a pedir algo - repitió -

- Claro, un café por favor -

- Esta bien... - dijo mientras lo apuntaba en su libreta - ... en un momento se lo traigo -

La chica se fue sin decir más.

Al cabo de unos cinco minutos la chica volvió con el café de Frank, y lo puso en la mesa.

- Oye sé que no me incumbe pero... ¿Estas bien? - le preguntó la mesera -

- Si - contestó Frank melancólicamente - es solo que espero a alguien que probablemente no llegue -

La chica le dio una palmadas en el hombro y se fue.

Frank tomó su taza entre ambas manos, tratando de calentarlas.

Nuestro chico trataba de mantenerse tranquilo, ero no dejaba de ver el reloj cada dos segundos. La espera parecía interminable.

Al cabo de un media hora, y unos cinco cafés, se escuchó el tintineo de la campanilla de la entrada.

- Eres un imbécil Gerard - se escuchó desde lejos - ¿Por qué eres así? -

Era Mikey que por lo visto estaba jugando con su hermano.

- Mikey yo no te digo nada malo... eres un mojigato - respondió Gerard entre risas -

No cabía ni la más minima duda de que esos dos eran hermanos. Muy diferentes, pero al fin y al cabo hermanos.

- Hola Frankie - saludó el pelinegro mientras de sentaba a pocos centímetros de él -

- Ammm... hola Gerard - saludó Frank -

- Llamame Gee, por favor, así me siento más cómodo - insistió Gerard acercándose a los labios de Frank -

- Gerard... - dijo Mikey en tono cansado - podría de dejar de insinuártele a Frank -

El chico volteó y sonrió maliciosamente.

- ¿Por qué, mi pequeño mojigato... es que te pones celoso? - le preguntó al castaño entornando los ojos -

- Púdrete Gerard -

- ¿Por qué hermanito? Yo solo vengo a hacerle una respetuosa invitación a Frank -

- Tu haces que hasta lo respetuoso suene vulgar - el teléfono de Mikey comenzó a sonar - Un segundo - le dijo a Frank haciéndole un guiño y alejándose del lugar -

Ahora Frank estaba solo con este demente.

- Muy bien Frankie - comenzó Gee acercándose más a nuestro chico - Esta noche haré una gran fiesta en el Desolation Row (es el nombre del antro de Gerard) celebraremos su quinceavo aniversario... - Gerard puso su mano en el muslo de Frank - y tu serás mi invitado de honor... - la mano del pelinegro comenzó a subir más y más - ¿Verdad? -

Frank parecía un tomate, jamás se había sonrojado tanto en su vida. Su corazón estaba a punto de estallar.

- Cl- claro - dijo -

- Ese es mi chico - exclamó, para luego plantarle un beso en los labios a Frank -

Aquello no duró mucho, ya que Mikey estaba regresando, así que se separaron y Gerard se fue sin decir nada.

Frank paso su dedo índice suavemente por sus labios...

<< Él... >>>

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