Desconcierto
Han transcurrido un par de días, la verdad es que ni los he notado, básicamente son lo mismo. Despertar es algo muy frustrante y cansado, estoy empezando a odiar mi vida, pero con la poca paz que tengo me conformo, se que todo esto no es mas que un velo negro que pronto se retirará de mis ojos, o al menos eso espero... no había escrito por que las palabras no salen con tanta fluidez como ante, siento un gran impedimento en pensar y en conectar ideas, es como estar e irse, todo al mismo tiempo; sin darme cuenta hoy ya es fin de mes, y me encontraba en la madrugada del primero, sintiendo como casi todo los inicios de mes, que tan solo había desperdiciado un poco mas mi vida que tan solo había botado un poco mas de tiempo; Pues era otro mes al que dejaba ir, en el que solo miraba por la ventana a los demás vivir su vida o su miseria, dependía a quien mirase, pero por estos tiempos eran mas las personas felices que los miserables, así que ese también es uno de los motivos por los cuales no hice aparición en estos días.
Las cosas en el hotel fueron de lo mas rutinarias posibles aunque con algo que había cambiado, mi semblante, no soy el mismo y no puedo explicarlo, tengo la mente en otro lugar, pienso demasiado en la soledad y es absurdo ponerse a pensar en este tipo de cuestiones cuando ya llevas mucho tiempo inmerso en este tipo de empleo. La soledad es algo habitual, pero por esta época se sentía diferente, la cuestión del tiempo fue algo duro, y creo que a mi parecer lo que mas me afecto, darme cuenta que hoy ya es otro mes y que todo empieza lentamente a tornase en el oscuro amanecer de la cotidianidad, me mata muy lentamente. Dejando todo lo anterior atrás mis pequeños juegos o rituales en el trabajo cesaron dramáticamente a cero, no había personas, ni tan siquiera una a la cual observar, las noches eran mas frías que de costumbre, y las calles completamente vacías, hicieron de mi un cascaron vació, implantado detrás de un escritorio a esperar el alba, y así poder desaparecer, hasta que la oscuridad hiciera su magia. Sumando todo este tipo de eventualidades que me llevarían a la desgracia, he de agregar que las pocas y escasas personas que me hacían sentir fielmente humano se esfumaron, todos se estaban tornando evanescentes, tan solo presentándose frecuentemente y con la rapidez de un rayo dejaban en mi una sensación que tan solo es comparada con el quebranto, así este pobre escritor, que mas que todo es vagabundo, queriendo hallar hogar, queriéndose encontrar en este mundo, poco a poco la locura iba a cobijando y dudo mucho que pueda seguir por mas tiempo, todos se cansan de nadar contra-corriente.
Pero sin quererlo yo mismo me estaba dando la respuesta, mi salvación, mi pequeño vergel, estaba en encontrar una persona o un misterio decente que me invitara a irme lejos de mi, a cualquier otra parte su mente. Pero la salvación estaba mas difícil de encontrar, que la desdicha de no poder hacer nada contra tu cuerpo , aquel que caía en coma una vez al día y despertaba con ganas de no continuar, de tan solo seguir en la odisea de morir sin darse cuenta.
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bitácora de un vampiro de cuidad
RandomAnécdotas, historias surrealistas, algunas un tanto insanas y otras un poco menos cuerdas y sobre todo demasiada cotidianidad, tanta que te aburrirás.