Un salvavidas en medio del mar
Como ya lo pueden imaginar las cosas no mejoraron esporádicamente, tan solo estaban un poco mejor, me sentía igual de retraído y no tenia muchos ánimos de nada, para ese entonces estaba combatiendo la adicción que no sabia que tenia con el tabaco y al fin pude darle como una buena explicación a la semana de mierda que había tenido y era que estaba empezando a presentar cuadros de ansiedad, todo estaba mas claro, era mi cuerpo luchando por contrarrestar algo estúpido en lo que me había metido hace un par de años, la cuestión fue que después de una semana, mi cuerpo parecía estar otra vez dispuesto a cooperar y los últimos días de trabajo rutinario en el hotel aunque solos y aburridos, los pude afrontar de una manera un tanto mas llevadera; y lo peor es que tan solo apreciaba como un fin de semana mas, lleno de repugnancia y absoluta soledad se acercaba, resignado a todo esto pensé en viajar a algún pueblo cercano o tan solo quedarme durmiendo todo el fin de semana, al parecer me había vuelto muy bueno para eso pues los cuadros de ansiedad subían de intensidad al pasar los días y cada vez el cansancio, la taquicardia y la presión en el tórax tan solo me hacia querer dormir para olvidar todo este desorden corporal que albergaba, creí que estaba llegando a un tipo de final, un pensamiento algo dramático pero así era yo, un mar de dramas y desconsuelos que tan solo aullaban de madrugada o en le profundo silencio que me mantenían con vida.
Pero ahí estaba ella, una chica guapa, loca y un poco fuera de lo convencional que había conocido no hacia mas de 15 días atrás, no pensábamos tener tanto en común pero fue como algo pasajero pues desde ese primer encuentro no la volví a ver, y nuestras conversaciones era a instantes y por leves momentos pues nos comunicábamos por redes y con intervalos de 3 a 5 horas en cada respuesta, la verdad jamas me espere a que me dijera que saliéramos a tomarnos un par de cafés y conocernos mas a fondo, ese día nuestro margen de respuesta no pasaba los 3 minutos los dos cada vez mas interesados en la vida y en el transcurrir del día del otro, era como si supiéramos que nos queríamos ver o que estábamos libres para hacerlo, la cuestión fue que me invito a un plan de tercero para hablar y reunirnos (ella, una amiga y yo ), ella tenia alrededor de 17 años, pero su alma era vieja, entendía o veía la vida desde otra perspectiva, algo así como vivir 2 o 6 veces un mismo evento in cambiable, tan solo te relajas y disfrutas del paisaje, con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho, una mujer con gran dulzura y de nombre extraño que para no mencionarla directamente la llamaremos may. Quedamos de vernos a las 7, como siempre y como raro, llegue tarde a nuestro encuentro, y no estaba la supuesta amiga con la que íbamos a tomar café y salir un rato, estaba un muchacho, yo como mi cara de poker, salude como si nada pasara, y luego me cambio el plan por completo, fuimos a la casa de una de las mejores amigas y había un combo como de 5 o 7 personas mas, yo era el único desconocido, aduras penas me conocía con may y la sensación de incomodidad subía a cada momento, así que decidí hacer un pequeño gesto de saludo en la entrada de la casa y fingí una llamada mientras llamaba a alguien para sacar un par de excusas y largarme; nadie me contestaba, yo llamando a todo el mundo y nadie aparecía, ahí comprendí aun mas la agonía de no tener a alguien ni para que te salve levemente la vida. salieron todos los demás y yo tan solo fui un boot mas, algo del escenario que tan solo se aseguraba de seguirlos, de no desampararlos, may al percatarse se me acerca lentamente y sin levantar sospecha dice que nos escapemos, que nos vayamos lejos. entonces entra la risa cómplice y los secretos de estado susurrados al oído primero decidimos intentar quedarnos y que yo al menos conociera a mas gente que hiciera mas amigos, pero todo intento fue vano, tenia mas esperanza de socializar un mudo que yo, así que may sin que yo se lo dijera, me tomo de la mano y con un gesto de adiós nos fuimos, todo lo demás fue imprevisto, como habíamos dicho fuimos por un par de cafés y después de un par de charlas amenas los cafés se convirtieron en cervezas y la sensación de hogar, de estar de nuevo en casa crecía sin censura, los dos mas cómplices que desconocidos, encajábamos tan bien que no nos detuvimos en pensar si era raro, tan solo las risas y los pensamientos iban hacia un mismo camino. terminamos enfrente de su casa, poniendo el corazón al descubierto y los secretos de apoco se convertían en nuestros, y así llego el final; el sueño nos domino por completo, y al terminar el día no eramos mas extraños, ni desconocidos, tampoco eramos amigos, eramos acompañantes del otro, eramos inciertos.
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bitácora de un vampiro de cuidad
RandomAnécdotas, historias surrealistas, algunas un tanto insanas y otras un poco menos cuerdas y sobre todo demasiada cotidianidad, tanta que te aburrirás.