Capítulo 3

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No había podido dejar de pensar en ese beso que fue un error por completo, pero ahora solo me pregunto qué pasará hoy, cuando nos veamos nuevamente en el cole.

- ___?, puedes tomar tu desayuno rápido por favor, has revuelto muchas veces tu café, ya debe estar más que frio.

- Qué?... perdón, ya voy

- Uyuyui! ¿Pensando en alguien?- preguntó chino burlándose.

- Cállate- le tiré un pedazo de pan

- Ya vasta, en la mesa no se juega y menos con la comida.

Estaba en artes escuchando música con mis audífonos y pintando un paisaje que nos pidieron para una tarea. De un momento a otro siento que me sacan los audífonos de golpe.

- Ey! ¿Qué te pasa?

- Lo siento ___ es que me carcome la duda... ¿qué hiciste tan importante ayer? ¿No te acordaste que teníamos que estudiar juntas en mi casa?

- Oh! Lo olvidé por completo, lo siento de verdad, estuve resolviendo un trámite

*suena el timbre del recreo*

- ¿Un trámite? – nos levantamos para ir a nuestros casilleros- ¿y no tuviste tiempo de llamar para avisarme?

- Es que de verdad que estuve muy ocupada, prometo que no volverá a pasar

- Es ese chico verdad?- se puso muy seria

- No es eso- suspiré- es que...

En ese momento por la multitud pasó el junto a sus amigos riéndose como siempre. Me miró, le sonreí y cambió la vista hacia otro lado. No puedo creer que no me saludó, estaba enojada, sabía que no tenía que pensar tanto en él, resultaba ser como pensaba al inicio realmente, no tenía corazón, ese beso no significó nada en realidad. Necesito explicaciones.

- Espera un segundo te cuento más tarde.-caminé rápido

- ¿___? Espera! ¿A dónde vas?

- Oye- lo tomé del brazo y enseguida se giró junto con sus amigos- podemos hablar?

- Si claro- sus amigos lo miraron extrañados y se rieron por lo bajo. Rodee los ojos ante sus estúpidas risas. Nos fuimos a un lugar con la menor gente posible para poder hablar bien sin tanto ruido.

- Solo quería aclarar que lo de ayer no significo nada, fue sólo un beso y ya.-estuvimos en unos segundos en un silencio incomodo

- Está bien, solo un beso- se giró para irse y antes me miró- sin confundirse. Y además no soy de estar en relaciones de ningún tipo-se acercó a mi oreja y me susurró-pero fue uno de los mejores besos de la vida y no dudes que muero por unos más.

En ese momento me sonrojé, y no sabía si estaba así por la rabia o porque le estaba dando importancia a lo que me había dicho realmente.

- Ah! Y me encanta que te sonrojes – se levantó y se fue.

Quedé paralizada, no sabía qué hacer en ese momento si salir corriendo de alegría o salir corriendo de vergüenza. El timbre para entrar interrumpió mis pensamientos.

Entré a clases como de costumbre y no podía dejar de pensar en él. El día siguió normal hasta la hora de salida.

- ___!!- escuché desde el otro extremo del pasillo- vamos por una malteada?

- No puedo, tengo que estudiar matemáticas y me quedaré aquí en la biblioteca tratando de entender por lo menos algo.

- Bueno, después hablamos.

Cuando el caos llegó a mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora