La herencia de mis padres

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- Siempre tengo ese extraño sueño en el que mis papás están discutiendo- me pregunto si algún día dejare de tenerlo. Ese día me levanté temprano para ir a la escuela, papá ha despertado antes que todos, al parecer su jefe le pidió que madrugara un poco más, debido a un compañero que se encuentra en mal estado de salud, o bueno, eso es lo que dice. Mi mamá aún está dormida, he escuchado que hablaba con mi papá hasta tarde, parece que discuten por algo, espero que no sea por mi culpa y aunque no fuera el caso, no puedo evitar sentir que tengo algo que ver con el asunto.

En las mañanas acostumbro tomar la aguapanela que prepara mamá, antes de irme a estudiar, mamá dice que es la única forma de tener energía todo el día. Saliendo de casa no pude evitar mirar los grandes charcos que se formaron en el transcurso de la noche, me resultó extraño, ya que los únicos sonidos que escuché en la noche fueron las voces de mis padres desde el otro extremo de la casa, al parecer llovió en algún momento de la noche o la madrugada y no me enteré en lo más mínimo. Quizás he soñado todo lo que ha ocurrido en la noche y por eso no me di cuenta de la lluvia.

Para salir de mi barrio he tenido que esquivar muchos charcos, mi mamá dice que todo es culpa de la mala administración de la ciudad, algo de razón debe de tener y los charcos son la mejor prueba de ello. No he logrado sacar de mi cabeza aquellas voces que escuché en la noche, por más que lo intento solo consigo recordar algunos gritos y llantos; pero puede que sea solo mi imaginación, o por qué no escucharía la lluvia, pareciera que todo se tratara de un sueño o por lo menos uno de los dos sucesos. Un débil grito desde el otro lado de la calle me ha hecho despertar del estado de pensamiento profundo en que me encontraba, -Orianna, espérame por favor, estos estúpidos charcos no me dejan pasar la calle – Se trata de Pascal, un compañero de clases, usualmente caminamos juntos a la escuela. A pesar de que Pascal vive un poco más lejos, casi llegando al jarillón, siempre se levanta un poco más temprano para alcanzarme, dice que las calles de este barrio no son para que las niñas bobas anden solas, de pronto pasa un recogebobos y puede que me lleve-.

A mi papá no le gusta mucho Pascal, dice que es un muchacho grosero, además, dice que lo ha escuchado decirme boba en más de una ocasión, no creo que sea cierto, más bien, debe ser el carácter sobreprotector de mi papá que sale a flote cada vez que un niño se me acerca, creo que es una de las desventajas de ser hija única. De camino a la escuela no pude evitar preguntarle a Pascal si había escuchado la lluvia, con cara de burla y casi soltando una carcajada, Pascal respondió –Debes de estar sorda, llovió toda la noche, además sonaron unos truenos que daban miedo– En vista de su respuesta, he contestado de manera casi inmediata –He caído profunda en la noche, ya que no recuerdo haber escuchado ese estruendo del que hablas– Tal parece que todo se trató de un mal sueño.

Una vez llegamos al colegio, el profesor Mathias, un muchacho larguirucho y un poco cómico, nos recibió en la puerta, tiene la costumbre de preguntarnos las tablas de multiplicar, siempre que alguien se equivoca le pone algún castigo, algo así como cantar música de esa que ponen las señoras para planchar, pero aullando como perro, cosas bastantes descabelladas como su personalidad. Después de subir las escaleras y ocupar mi asiento en una de las esquinas del salón no pude evitar distraerme, no suelo hacer esto en clases, pero por alguna razón no podía entender una sola palabra, estaba tan concentrada en todo lo demás que no me había dado cuenta que estábamos en descanso si no hubiese sido por Pascal, -¡Hey! Orianna, ya quita esa cara de concentración que la clase ya terminó, guarda tus cosas y ve donde Mathias– Sin pensar el motivo por el que me llamaba, guarde todo y salí del salón de clases.

Cuando llegué a la sala de profesores, el profe Mathias se puso de pie y con tono de caballero dijo –Por favor pasa y toma asiento– Siempre me ha resultado gracioso la su forma de expresarse, me resulta muy extraña -Orianna he notado que traes parte de una laguna debajo de los ojos, ¿De pura casualidad te has dado cuenta que traes un gran charco debajo de cada uno?- El profe siempre tiene una manera cómica de decir las cosas, a pesar de que su cara siempre trae grabada una expresión de seriedad. Un poco sorprendida por la pregunta, respondí –No he dormido muy bien en la noche, además, he tenido un terrible sueño en el que mis padres discutían, me hace sentir mal que mis papás puedan llegar a pelear por mi culpa, esos sueños no me dejan dormir bien- El profe, con una pequeña sonrisa, se arrodilló quedando a mi altura, me miró a los ojos y dijo -Orianna, eres una buena niña, dudo mucho que tus padres puedan llegar a discutir por tu culpa, además de eso eres bastante atenta y respetuosa, no creo que puedas provocar algún problema en tu casa- De alguna manera esto me hacía sentir mejor, además, siempre trato de llevarle la idea a mis papás, no tienen motivos porque discutir. Aunque no podía evitar sentir cierta preocupación por los sueños, el profe, al notar que estaba un poco preocupada, continuó diciendo –Respecto a tus sueños, no te preocupes, son solo eso, sueños tontos que surgen de la preocupación de cosas que posiblemente nunca pasarán, solo son sueños-

La herencia de mis padresWhere stories live. Discover now