Capítulo 4: ¿Puedes dormir por las noches?.

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Es de noche, me desperté debido a un mal sueño que tuve, sinceramente no recuerdo de que trataba, solo desperté agitado y sudando. Supongo que era alguna pesadilla con papá, hace un par de años tenia esas pesadillas y eran muy recurrentes. Todas trataban de lo mismo, papá golpeando a mamá o a mi, pero dejaron de aparecer.

No sé porque pero siento que algo malo va a pasar, como si el mundo fuera a acabar. Siento como si los cielos y la tierra fueran a arder, todo es muy confuso para mi... De hecho... Ahora que lo pienso, estoy solo, estoy muy solo, no tengo a nadie de confianza, no tengo a alguien que pueda contarle secretos o charlar hasta altas horas de la noche.

Bueno si tengo a alguien en quien confió, pero mamá no es alguien con quien pueda hacer esas cosas. ¿Qué es esto? ¿Qué es esta extraña sensación? Siento como si algo presionara mi pecho fuertemente, siento que me falta el aliento, me arden intensamente los ojos...
Lo lamento, las hojas se han arrugado y manchado levemente, no sé porque sentí la intensa necesidad de soltar mis sollozos. Es la primera vez que me pasa algo así, nunca había sentido esta soledad en la que me encuentro ¿Qué me esta pasando? Estoy confundido...

Tratare de dormir ya que mañana debo ir a la escuela. Volveré a escribir en la mañana.


Son las 08:30 de la mañana, no pude conciliar bien el sueño, así que me siento cansado.
Para mi buena suerte la profesora de esta clase no vendrá hoy, pero para mi mala suerte mis compañeros no me dejan dormir, todos están gritando como simios mientras hacen tonterías, obviamente ignorando mi existencia.
Ahora que lo recuerdo, no ha llegado Sofia, debe estar enferma o algo así.

Al parecer me equivoque en eso último, ya que en ese instante ella entro al salón con sus audífonos puestos, ignorando a todo el salón, desde esta perspectiva ella es como las tierras de Rusia ya que son frías, intimidantes y difíciles de conquistar.

Mientras le observaba como el acosador que soy, ella buscaba algo con la mirada... O mejor dicho, a alguien.

-¡Jack!.- Grito felizmente, corriendo hacia mi llamando la atención de todos.

-¿S-sofia?.- Confundido, me levante al ver que se acercaba tan rápido a mi.

Ella se detuvo frente a mi felizmente mientras reía -Buenos días.- Dijo mientras sonreía.

-¿Q-qué haces?.- Dije nervioso, ya que todos nos veían sorprendidos.

-¿Ah? No estoy haciendo nada.- Me miro con una sonrisa inocente.

No sé los demás pero... Yo creo que si una chica tan retraída y fría como ella, llega y se pone feliz al verte... Todos creerán que es extraño ¿no?

-No importa (Total, no es que vayan a decir algo los demás) buenos días.- Dije mientras me sentaba en mi pupitre.

-¿Qué tal tu fin de semana?.- Decía mientras se sentaba frente a mi.

-Pues... Bien, supongo.- No creía que fuera buena idea decirle mis problemas.

-¿Seguro? Te ves algo cansado.- Ella sujeto mis mejillas y las estiro levemente.

-¿Qué haces?.- Tenia demasiado sueño como para exaltarme por la acción que ella estaba haciendo.

-Despierta dormilón.- Saco su lengua en señal de burla.

-No estoy dormido.- Solté un leve suspiro.

Obviamente todos nos veían y decían cosas, nadie se atrevía a dirigirnos la palabra (más que nada porque era extraño que yo hablara con alguien así).

-¿Ustedes dos son novios?.- Dijo una de nuestras compañeras acercándose a nosotros.

-Pues la verdad.- Ella iba a decir algo pero como se que sera una tontería respondí rápidamente.

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