Número 1: JiHoon.

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El timbre para el receso había sonado hace poco. Los pintorescos alumnos de la escuela salieron para ir a almorzar o hacer otras actividades. En la escuela había de todo: Por un lado estaban los populares, quienes eran los deportistas principalmente. Si bien existían varios clubs, dos destacaban por sobre el resto. 

El equipo de Football americano tenía como entrenador a Kim MinGyu, un destacado ex-alumno reconocido por ganar varios campeonatos y por ser estricto. El equipo iba muy bien para ser inicio de temporada, habían ganado todos los partidos que habían disputado y se venían otros en un par de días. Su capitán, Choi SeungCheol era uno de los chicos más populares de la escuela, uno de los más guapos, rudos y con muchas aventuras de una noche. Siempre solía andar con su mejor amigo, Jeon WonWoo, un chico callado pero no por eso menos problemático. Les gustaba molestar a los chicos de primer año, a los nerds, a todo quien pudiera elevar su ego y su popularidad.

Por otro lado, porristas. Si bien la academia era sólo de chicos eso no les fue impedimento para crear uno. Su líder, Yoon JeongHan, era un chico de aspecto bastante femenino pero era malvado también. Engreído y todo, tenía a sus dos mejores amigos junto a él siempre: Lee SeokMin o "DK" como le decían de cariño era alguien muy efusivo y alegre; Kwon Soonyoung o "Hoshi" era un poco más serio pero igual de alegre que el otro chico. Este trío solía emparejarse con el equipo de football, pero nunca algo serio. Los rumores de quién había estado con quién siempre eran el tema obligado de la semana.

JiHoon suspiró mientras miraba como JeongHan y el otro par pasaban por el pasillo sonriendo y saludando a otros chicos, aunque podría jurar que estaban coqueteando. Lo supo porque cuando pasaron por su lado ni siquiera notaron su existencia.

JiHoon pertenecía al otro grupo: los impopulares. Todos aquellos que tenían notas destacadas, que no les gustaban los deportes, los nuevos... JiHoon nunca se había interesado por un club, no le gustaba estar rodeado de personas, ni el desorden, ni nada parecido. Era perfeccionista, hostil a veces, y no tenía ningún problema con discutir con quien se pusiera en su camino. La última discusión la había tenido hace un rato con unos chicos del equipo de football, a quienes el profesor había "premiado" con más puntos en una calificación por ir a un campeonato, lo cuál a él no le parecía justo con los chicos de los demás clubes que no habían tenido el mismo beneficio. 

Odiaba demasiado la preferencia que tenían los chicos populares sobre los demás, apretó sus puños para relajarse y suspiró luego. Miró el reloj en su muñeca y empezó a contar.

-En 5, 4, 3, 2... 

-¡JIHOONIE~! 

Y una vez más, SeungKwan aparecía tan puntual como siempre caminando hacia él y apoyándose en el casillero contiguo. 

-¿Ya has almorzado, JiHoonie~? -Preguntó Seungkwan con una sonrisa radiante.

-No. Estaba ordenando un poco... 

Seungkwan miró dentro del casillero, todo estaba perfectamente ordenado y frunció el ceño. -Pero si todo está en orden, Hoonie... -Le sonrió y se cruzó de brazos.- Tienes demasiado tiempo libre, deberías usarlo en algo.

-Lo hago. -Respondió JiHoon serio, como siempre.- Ordeno mis cosas, leo un poco, estu...

-Algo productivo, JiHoon. -Arqueó una ceja y comentó.- Podrías hacer un deporte, sería bueno para despejar tu mente y... -Ahora JiHoon le interrumpió.

-Sabes bien que no me gustan los deportes. -Miró a Seungkwan.- Los deportistas son unos cretinos. Sólo piensan en su físico, les importa sólo entrenar su cuerpo pero no su mente. 

-Vamos, no sufres cuando ves al equipo de baloncesto sin polera -JiHoon se sonrojó.- o al de foot... -Y de nuevo Seungkwan fue interrumpido.

-Esos si que no. Esos deben ser el grupo más tonto, desagradable e idiotas. -Sentenció. Su estómago empezó a gruñir, Seungkwan rió.

-¿Ves? Deberías ir a comer.

-Lo haré en un segun...

En menos de un segundo, JiHoon se vio empapado con un líquido cremoso de color amarillo. Seungkwan estaba anonadado viendo como aquel líquido escurría por su amigo y cuando JiHoon se quitó el líquido de los ojos ambos alzaron la mirada. Ahí estaban los chicos con los que había discutido antes junto a su capitán Seungcheol sosteniendo un balde del conserje mientras reían y chocaban sus manos viendo al más bajo desde el segundo piso.

-¡Para el almuerzo, enano! -Gritó uno y se fueron riendo.

Por el olor Seungkwan había notado que aquello era la asquerosa sopa de elote de hace unos días. Algunos chicos que estaban ahí comenzaron a reír y a burlarse del pobre JiHoon que trató de mantenerse quieto, más la sensación de asco le hizo huir mientras se le escapaban pequeñas lágrimas por la vergüenza. Lo último que escuchó antes de encerrarse en el baño fue el intento de Seungkwan llamándole pero fue inútil.


JiHoon estaba encerrado en uno de los cubículos del baño llorando mientras con el papel de baño trataba de limpiar su ropa y su cabello, ambos arruinados por la apestosa sopa. Cubría su boca tratando de evitar sollozar, si bien las clases habían empezado alguien podría entrar y reírse de él. Intentó calmarse empezando a cantar bajo, repitiendo una y otra vez que todo estaría bien, entre hipidos y mordidas de labios.

Joshua no era una persona escandalosa, por lo que cuando entró al baño para lavarse las manos ni siquiera hizo ruido. Se estaba subiendo las mangas cuando escuchó una voz melodiosa pero entrecortada. Volteó y miró a su alrededor, podría haber jurado que estaba sólo, más la voz no era producto de su imaginación. Se acercó a los cubículos y empezó a empujar suavemente la puerta hasta dar con la que estaba cerrada. Dio pequeños golpes en este y habló con la voz más suave que pudo.

-¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?

JiHoon tenía abrazadas sus piernas contra su pecho cuando escuchó aquellos golpeteos y cerró fuerte sus ojos, alguien le había descubierto. Al oír la voz del profesor de música se relajó un poco, más no quería que le viera en un estado tan lamentable como estaba ahora.

-S-Sí estoy bien.

-¿Entonces podrías abrirme la puerta?.

Joshua sabía que JiHoon no iba a abrirle, y a pesar del asqueroso aroma de lo que parecía comida de hace días uso una tarjeta para sacar el seguro de la puerta y la abrió lentamente. Al ver a JiHoon, el chico brillante pero serio de su clase, en ese estado algo dentro de él le hizo acercarse y ponerse de cuclillas. Con un trozo de papel limpió las mejillas de JiHoon con suavidad y le alzó el rostro. JiHoon tenía sus ojos rojos y aún respiraba con dificultad por el llanto.

-¿Qué fue lo que te ocurrió? -Habló casi murmurando mientras le iba limpiando el cabello también, pero el silencio de JiHoon no era muy alentador. Decidió cambiar el tema y comentó con una pequeña sonrisa.- Tu voz es preciosa.

El semblante de JiHoon cambió a uno más relajado, sonrojándose. No esperaba que alguien le escuchara, y menos que le halagara, más no quiso hablar.

-Estoy intentando comenzar un club de canto... -Comentó de pronto el profesor aún sonriendo.- y sería un honor para mí contar con una voz como la tuya. Nadie quiso inscribirse ayer. -Soltó una risita, a JiHoon esa situación le parecía penosa, pero el profesor Hong lo llevaba muy bien.- Por lo que... te dejo la invitación hecha. 

Joshua se levantó y se quitó la chaqueta, colocándola sobre los hombros de JiHoon con una sonrisa.

-Mañana después de clases en el salón de música. 

Y salió del baño justo un segundo antes de que tocaran el timbre que anunciaba el final de las clases. JiHoon pasó saliva y bajó la mirada, la chaqueta del profesor Hong olía muy bien.



Music Club [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora