Al día siguiente y de ahí en adelante es normal el que mi madre no esté en casa, como la mayoría de las veces ocasiones busca un trabajo o si tenemos suerte esta trabajando, me encantaría no necesitar del dinero ¡todo sería diferente!
Llego a mi aula y en la banca donde me senté un día antes hay una nota junto a una pequeña flor, esta flor es idéntica a las de los rosales que teníamos junto a casa de Mariano, esta nota dice "¿lo has pensado?"
Mis clases, siempre iguales, desde aquel día no le veo sentido a mis días, todo se volvió monótono, la única diferencia es cada nota acompañada de un detalle en mi butaca, han pasado 3 semanas, estamos a un mes del concurso, es ahora o nunca.
Llegue antes a clases, no había nadie en el aula, así que deje una nota "¿escribimos una historia?" y espero afuera, justo cuando veo a Mariano entrar siento tantos nervios, está cerca de ver esa nota...
MARIANO
Desde hace 3 semanas intento convencer a Mia de participar conmigo, pero no veo respuesta alguna, no sé qué hace con cada detalle que dejo en su lugar, solo sé que su mirada es triste, paso algo, pero no quiere aceptarlo o solo no quiere contarlo, en varias clases la he visto soltar lágrimas, me gustaría volver a ser el chico a quien le cuenta cómo fue su día desde que despertó hasta que durmió.
Si en esta semana no veo respuesta alguna rechazare la oferta de concursar, ya no encuentro sentido para hacerlo, estoy cerca del aula y veo un papel en el lugar de Mia
- ¡Mía! (grita mientras sale en busca de la joven)
¿si? (dice con una sonrisa tan brillante)
- ¿es en serio?
pues... ¡claro!
- (la carga), muchas gracias chaparra, por eso te amo
emmm puedes soltarme ¿por favor?, solo es un concurso, no es para tanto
- oh, s-sí, perdón, vamos a clase
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nunca digas PARA SIEMPRE
Teen FictionMariano y Mía tiene una notable diferencia de edad, y a pesar de esta, gracias al tiempo que tienen de conocerse el uno al otro logran enamorarse para escribir una historia de amor no muy común.
