Capítulo 51

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*PIPIPIPIPIPIP* 

6 am, sonó la alarma. Mierda. Estos fueron mis primeros pensamientos. Hoy era el día, no había vuelta atrás, me desperté más cansada de lo usual, no suelo despertarme de malhumor pero hoy fue la excepción, me desperté maldiciendo el horario del vuelo. Me costó un poco abrir los ojos y acostumbrarme a la poca luz del poco sol que entraba por mi ventana, me levanté de la cama y fui a darme una ducha rápida antes de bajar a desayunar con mi madre que probablemente esté haciendo el desayuno, mi desayuno de despedida... 

Como había tomado un baño anoche, no quise mojar mi cabello de nuevo por lo tanto lo até con una pinza y me metí a la ducha. 15 minutos después terminé y empecé a maquillarme lo necesario para cubrir mis ojeras y tratar de ocultar mi cara de sueño a Harry cuando lo vea en un par de horas.

Ya desde anoche había dejado lista la ropa que me pondría, aunque hoy no me convenciera mucho, me la puse igual. Unos vaqueros azules, una remera a rayas blancas y negras y unas Vans. 

Me dirigí a la cocina y vi el desayuno que preparó mi madre, una tarta de frutilla y crema (mi favorita) pancakes con miel y pedacitos de fruta arriba, pan tostado y una taza de colacao

 -¿Todo esto para mi? qué gentil mamá, gracias, no tenías por qué tomarte tanta molestia.              

- Sí mi niña, claro que debía tomarme la molestia, no puedo creer que estés tan mayor, que te estés yendo de casa. Dijo mi madre con la voz casi quebrada. 

-Bueno bueno, basta de ponernos tristes, vamos a desayunar, ¿Y Roberto? pregunté. 

En ese mismo momento, apareció Roberto con cara de dormido saludándonos a cada una, a mi madre con un beso en la boca y a mi con uno en la frente se sentó en la mesa y nos pusimos a desayunar todos juntos. Debo admitir que ese beso en la frente pareció un poco raro, ya que no acostumbrábamos a darnos esas muestras de cariño pero hoy era un buen día y era el día de mi partida. 

Desayunamos varios minutos en silencio, hasta que mi madre decidió romper el hielo. 

-¿Me prometes que hablaremos por Skye todos los días? ¿Qué me llamarás y podré estar al tanto de tu vida? 

-Skype mamá, dije riendo. Y todavía no sé qué pasará, mañana daré las pruebas, y el resultado lo obtendré unos días después. Tal vez quede o tal vez no y deba volver a casa. 

-Claro que si pasarás, deja de hablar como si no hubieses estudiado. Añadió Roberto con un tono algo parecido a reproche. 

-Sí cielo, Roberto tiene razón, verás que todo irá bien, pasarás las pruebas y podrás estudiar en donde siempre quisiste, y también estar más seguido con ese novio súper famoso tuyo, que aunque no esté tan segura de dejarte ir sola con un chico mayor, sé que tendrás el cuidado suficiente.

-¡MAMÁ! contesté, ya te dije que no viviremos juntos, no podemos vivir en su piso y que alguien nos encuentre saliendo de él, saldría a la luz todo y quién sabe qué pasará. Gemma, su hermana, me ayudará a conseguir algún piso barato donde vivir y después si soy aceptada, buscaré algún empleo, ma,  ya hemos hablado de esto, para por favor. Añadí riendo. 

-Está bien, ____ entiende que eres mi niña, me cuesta mucho dejarte ir... 

-Lo sé madre, pero prometo que hablaremos todos los días por Skye como le dices tú, te mantendré al tanto. Le sonreí mientras cortaba en trozos los pancakes. 

-¿___ a qué hora debes irte? ¿A qué hora sale tu vuelo?. Preguntó Roberto. 

-Mi vuelo sale a las 8 am  y oh dios mío, dije mirando el reloj que había en una pared, ya eran las 7:20 am y a las 7:30 debía estar en el aeropuerto. Me levanté rápido de la mesa, me dirigí al baño, me cepillé los dientes, me puse un poco de perfume y empecé a llevar mis maletas hacía la cocina para después llamar al taxi, que me llevaría al aeropuerto. 

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