Valerie (pausada indefinidamente)

Capítulo 16: Smile

Valerie

Me despierto al día siguiente con la luz del sol que se filtra por la ventana. Lo primero que veo es la hora, las 9:39. Noto algo en mi cintura, y veo que es el brazo de Darren. En ese momento me viene a la cabeza lo que pasó anoche, y no puedo evitar sonreir. Estamos estirados, yo con la cabeza apoyada en su hombro, así que decido girarme para verle la cara. Me muevo con cuidado de no despertarlo. Está adorable por la mañana, el pelo revuelto, y cara de niño, con una sonrisita. Al cabo de unos cinco minutos, abre los ojos y me mira, le sonrío y se acerca a darme un ligero beso en los labios.

-Buenos dias princesita. -me dice- ¿Cómo has dormido?

-A tu lado bien. -sonrío, le doy un beso y me acurruco más cerca de él.

-¿Estás... bien?

-Si, claro, ¿por qué no lo estaría?

-No sé, lo que pasó anoche...

-Tranquilo, amor, estoy bien. -le miro.

-¿Te... hice daño?

-No, estoy bien. -sonrío ante su muestra de preocupación.

Nos quedamos casi una hora más abrazados en la cama, hasta que mis tripas suenan.

-¿Quieres bajar a desayunar? -pregunta con una sonrisa burlona en el rostro.

-Si, porfa.

Salimos de la cama y me meto en el baño. Me lavo la cara, me hago un moño y bajo al comedor. Cuando entro a la sala, veo que en la mesa, hay un mantelito, con un jarrón en el que hay un ramo de flores, una jarra con zumo de naranja, un plato con tostadas y otro con embutido. Busco a Darren con la mirada, y lo veo apoyado en el marco de la puerta de la cocina, mírandome, como preguntándose que pienso de lo que ha preparado.

-Es... muy bonito, amor. -se acerca y me rodea con los brazos por la cadera. Paso los brazos por su cuello y me acerca más a él. Apoya su frente en mi frente, nos miramos unos segundos y me da un largo y tierno beso. Nos separamos, me besa en la frente y nos sentamos a desayunar.

Cuando acabamos, voy al baño a lavarme los dientes y vuelvo a bajar al comedor. Nos pasamos las tres horas siguientes viendo la tele, entre risas, besos y más risas.

Hartos de seguir metidos en casa, nos vestimos y salimos a dar una vuelta. Vamos cogidos de la mano, con los dedos entrelazados y, no sé como, acabamos haciendo una guerra de pulgares. Vamos dando un paseo por la zona comercial, llena de tiendas y de librerias. Entramos a una libreria, para cotillear un rato. Voy mirando libros y veo Looking for Alaska, de John Green y, aunque esté en inglés, lo compro. Salimos y seguimos dando una vuelta, hasta que me paro en el escaparate de una tienda que vende pulseritas, collares y cosas de ese tipo. Entramos y veo un collar, uno que llevo tiempo buscando: la Runa Angelical, de Cazadores de Sombras. No lo dudo ni un segundo, compro uno para mi y uno para Denna, que si me lo ve a mi puesto y sabe que no se lo he comprado, me mata. Después de eso y de una hora caminando, vamos a un pequeño restaurante a comer.

Por dentro es acogedor, parece una cabaña de esas rurales, con mantelitos encima de mesas de madera. Nos sentamos en una mesa al lado de la ventana. Viene una camarera a darnos la carta, y yo escojo comer una lasaña de carne y Darren una chuleta de carne con patats fritas. Hombres. Cuando la camarera viene a darnos nuestra comida, se queda mirando a Darren, demasiado tiempo para mi gusto. Decido pasar de eso y empezamos a comer. Hablamos de cosas tontas, como de costumbre. Cuando acabamos, llamo a una camarera para pedir el postre. Mientras esperamos a que venga, escucho una voz detrás mio que me es familiar. Me giro y veo a Evan. Con Penny. Venga ya, parece que nos siguen.

-Cariño.

-Dime, amor.

-¿Podemos irnos? Ya comeremos el postre cuando lleguemos a casa.

-Claro, pero, ¿qué pasa?

-Mira detrás mio. -se gira y su cara cambia; pone una mueca de desagrado.

-Mejor vámonos ya, no quiero verles la cara. Idiotas.

Nos acercamos a la barra y Darren paga. Salimos de allí, sin mirarles ni de reojo, aunque noto la mirada de alguien. Vamos caminando hasta casa, dando un paseo. Se nota que ya estamos en diciembre. Cuando llegamos a casa, me doy una ducha de agua caliente y me pongo unos pantalones cortos y una sudadera de Darren, aunque me vaya grande.

Pasamos la tarde escuchando música, sentados en la cama.

-Cari.

-Dime.

-¿Puedes pintarme las uñas? -digo sonriendo.

-Claro mi vida, ¿de qué color? -dice, sin dejar de sonreir.

-Mmm... Del que quieras.

-¿Cuáles tienes?

Me levanto a por un neceser, en el que los tengo todos. Tengo 3 tonalidades de rojo, 3 de verde, 4 de azul, 2 de lila, marrón, negro, gris, blanco, amarillo, naranja y transparente, todos los he comprado en Kiko.

-Joder, cari, no veas cuantos tienes.

-Si, tendré que hacer algo cuando me aburro.

Escoge azul cielo, y empieza a pintarmelas cuando la canción Don't want to miss a thing, de Aerosmith empieza a sonar. Me encanta esa canción. Darren se queda mirándome y, casi tímidamente, se acerca a besarme. Me encanta besarle, creo que no me cansaré nunca. Se separa, me sonríe, y termina de pintarme las uñas. La verdad es que no lo ha hecho nada mal.

Después, bajamos al comedor y nos sentamos en el sofá a ver una peli que den por la tele. Al final vemos la de Pearl Harbor. Creo que es la tercera vez que la veo. Hacia las nueve, pedimos unas pizzas para cenar. Para mi una de jamón serrano y para él una margarita, aunque las compartiremos. Nos las comemos sentados en la alfombra del comedor, con la luz apagada. Cuando hemos acabado, se acerca a mi y empieza a hacerme cosquillas.

-¡PARA, IDIOTA!

-Ni en sueños. -dice riéndose de mi.

-PARA... JAJAJAJA, CARIÑO, JODER... JAJAJA -digo, casi sin poder hablar.

Cuando para, me tumba en el suelo y me besa, un beso que va aumentando de intensidad, pero paramos. Nos volvemos a sentar y seguimos viendo la tele.

Noto que me muevo, abro los ojos y veo la cara de Darren. Me está llevando en brazos por las escaleras.

-Te has quedado dormida en el sofá, estabas muy mona, pero descansarás mejor en la cama.

Llegamos a la habitación y nos metemos en la cama, abrazados. Me da un beso en el pelo y me duermo recordando el magnífico día que he vivido con el chico al que quiero, con una sonrisa en los labios.