Ira

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"La ira también puede ser provocada hasta por los celos"

Los momentos mas divertidos los pasaba junto a su tierno amor, disfrutaba cada segundo aunque fueran pequeños.

Si por él fuera estaría todos los días pegado como chicle a su pareja, para cualquiera podía parecer un desesperado e incluso controlador.

Pero no podía evitar sentir celos de que alguien le robara a su niño.

Y es que nunca pensó que seria así, pero no creía que fuera malo, al contrario pues era su forma de demostrar amor.

Aparte que daba gracias al cielo de que no era como su maldito viejo. Pues el nunca sería capaz de golpear a Izuku, prefería morir antes que lastimarlo.

Más sin embargo, no soportaba en lo mas mínimo ver como su querido futuro esposo era abrazado por uno de sus amigos.

Tenía el impulsó de ir y congelarlos a todos, debían darles las gracias por su autocontrol.

—Te ocurre algo, Todoroki-kun —pregunto una pelinegra, al sentir como el aura del bicolor se tornaba oscura.

—No me ocurre nada, Yaoyorozu —contesto demasiado serio —. ¿Porqué preguntas?

—Es que estas comportandote raro —la chica bajo la mirada, ya que aunque el chico tuviera pareja, le seguía gustando, pero prefería ver feliz al mitad ojiazul —. Si necesitas ayuda de cualquier cosa, yo podría ayudarte.

—Podríamos hablar en la hora de almuerzo —aceptó el mitad albino.

—Okey —respondió la pelinegra sonriendo.

Y sin decir una palabra más terminaron con la charla, sin saber que un peliverde había visto el comportamiento de ambos jóvenes.

Las clases continuaron normal, hasta que Present Mic llego, quien había tomado la costumbre de hacerlos cantar en inglés. Aunque casi nadie le hacia caso.

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Midoriya Izuku, podía ser distraído en algunas ocasiones pero eso no lo hacia tonto.

Y ver como Yaoyorozu le lanzaba miraditas a su novio comenzaba a molestarle mucho, ya que era bien sabido por todos sus compañeros que la pelinegra le gustaba su pareja.

Y en parte tenía cierta curiosidad de saber de que habían hablado horas atrás.

—Deku-kun —llamo Uraraka, pellizcando la mejilla del peliverde.

—Uraraka-san —chillo el chico por el dolor causado a su cachete.

—La campana ya sonó —informó la castaña —. Vamos a comer.

—Todoroki-kun, quieres ir con —no termino de hablar, pues el bicolor ya no estaba.

—Él se fue con Momo-san —comunico la chica de la gravedad —. Parece que tenían que hablar de algo.

El rostro de ojiesmeralda se entristeció, no debía pensar o imaginar que su novio le engañaba. Después de todo ya le había demostrado cuanto lo amaba pero la inseguridad no lo dejaba.

—Tu crees que él ya no me quiera —mencionó preocupado.

—¡Eh! ¿Porqué piensas eso, Deku-kun? —pregunto Ochako —. Todoroki-kun te ama demasiado, acaso no vistes como mataba con la mirada a Iida-kun.

7 Pecados CapitalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora