La última guerra.

2. Rayos ultravioleta.

2092, punto inexacto de España.

Hacíamos cola para tatuarnos la insignia, como dirían en épocas pasadas es "supermegaguay", yo estaba emocionado, era realmente bonita, todos se asombraron al verla, bueno, casi todos.

—¡Qué no, coño! Que no me voy a tatuar una cosa tan hortera, antes me expongo a los rayos ultravioleta de la capa de ozono en tetas—Oh, esta chica cada día era más dulce, notese la gran ironía que enfundan mis palabras. Me paso, lo se. Pero de verdad que la insignia no era fea, ni hortera, ni nada por el estilo, es más a mi me llenaba de orgullo llevarla, era como para el gran jefe de la industria llevar una corbata, era su razón de ser y este, el peor ejemplo para explicarlo. No importa, era nuestro símbolo de guerra.

—Soldado Talbi, venga ha ayudarme con este demonio, solo a ti te hace caso.

Me acerqué con paso lento, me gustaba desesperar al Teniente, se ponía mas rojo que un tomatito. Tomate, tomate, que parezco marica.

—Alejandra, no seas miedica, si tampoco duele tanto—sonrei de lado, al instante, cuando entró tan decidida a la cabina supe que mi propósito fue cumplido.

—El domador de fieras, de verdad me creo eso de que eres la piedra de la colina, ¿cómo lo haces?—me encogí de hombros cuando el Teniente preguntó, aunque claro que sabia la respuesta, conocía demasiado a Ale, tanto como para saber que si la llamaba gallina era capaz hasta de saltar por un quinto piso, una vez lo hizo. Pero eso es otra historia.

Fuimos a cenar, como siempre hacíamos después de entrenar, solo que hoy no entrenamos.

—Duns, Duns, Duns, estoy casi segura de que los rayos ultravioletas acabarían con la nueva pandemia, ¿por qué nunca me hacen caso? El otro día probé tres virus nuevos y... ¡Ah, joder!—sabia el punto exacto de su tatuaje, en el hueso de la cadera derecha, como todas las mujeres y no dude un segundo en presionar el punto para que se callase, siempre que hablaba de los rayos ultravioleta no callaba, incluso la llamaban Rayo o Violeta o no se, pero era muy pesada y claro como no, la muy burra golpeo sin piedad mi brazo izquierdo, entre el antebrazo y el hombro, en el punto exacto de mi tatuaje. Era de esperar, pero mejor eso que sus teorías.

—Mañana es noche de caza, Ale. Iremos juntos—levantó una ceja, no la gustaba que la mandase pero jamás la dejaría ir sola a una caza, una vez la dejé y apareció con ocho virus en los pies, ¡en los pies! No literal, pero casi, eran ocho jeringuillas más grandes que mi mano. Además que viniendo conmigo se lo iba a pasar mejor.

—Eres un coñazo. Ya se cuidarme solita y mas te vale que lo entiendas, Talbi—me dedicó una de sus dulces sonrisas de duende de la noche y desapareció por el pasillo.

Siempre aprovecho mis únicos momentos de soledad sin la loca esa pensando en que pasará en el futuro. Antes pensaba en mi familia, hace tiempo que dejé de hacerlo, los quiero, pero no puedo pensar en el pasado y en el futuro a la vez, lo que importa es el futuro. Vale, puede que la guerra no haya empezado para el resto del mundo y que no se nos permita hablar de ello, pero yo hace un mes que estoy en guerra y así será durante once mas. Y esto es solo la preparación. Pero al mal tiempo buena cara, Duns. Al menos en once meses volverás a tu vida de siempre y harás lo de siempre solo que en un momento inadecuado, en el lugar inadecuado, con la persona más inadecuada y en la acción inadecuada, pasará. La guerra estallará y los preparados serviremos al mundo.

Mientras tanto tenia que preparar la caza de mañana y de paso dejar de hablar conmigo mismo de forma tan profunda.

Querido diario (voz afeminada del florecilla del campo):

He decidido dejarte con la intriga de la caza.

Mañana, mañana...

PD: aclaro que aunque parezca idiota, en esta etapa de mi vida aun conservaba todo mi cerebro intacto.

Dunstano, 21 Enero 2127.

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Hooooolita! Sé que es un capitulo muy corto, pero ya irán a más :)

Espero que os guste y comentéis y votéis y preguntéis y todo lo que queráis :D

Besos y ¡¡muchisimas gracias por leer!!