La prueba contundente

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Díaz: Su señoría, ¿puedo proceder a la acusada con hostilidad?

Juez: Permiso concedido.

Sra. Blanco: Su señoría, no puede permitir que proceda así ante la acusada.

Juez: He dicho, permiso concedido. Abogado Díaz, proceda.

Díaz: Gracias su señoría.- Se dirige al acusado y tras observarla le habla mirando al jurado popular.- Señorita Valera, ¿Puedo llamarla solo Carmen?- Ella asiente mientras llora en silencio.- Usted declaró hace poco que tenía genes de meta en su sangre, sin embargo desde que inició este juicio, su abogada la señor Blanco ha preferido tirar más por lo humano.

Sra. Blanco: Protesto. Ofensa racia, los meta también son humanos, su señoría.

Juez: Propuesta en suspensión, señora Balnco, eso aún está por determinar. Díaz, continúe.

Días: Sí. Veamos, una persona normal como yo o ustedes.- Señala al jurado popular con una sonrisa.- adecuada al modelo natural humano antes de continuar un juicio, que sabemos que perderíamos, nos dentendríamos por un segundo a pensar lo peligrosos que somos ya por naturaleza. Sin embargo, cuando uno posee un poder tal como el de un metahumano, ¿no debe resguardarse o abstenerse de utilizar dicha habilidas para provocar daños? Es decir, Carmen, ¿nunca te has parado a pensar que, tal vez, un día de estos puedas matar a tus padres en una riña en la que pierdas los nervios?

Carmen: Jamás les haría daño, yo...

Díaz: ¡Conteste a mi pregunta!

Carmen: Sí, lo he pensado mucho. Por eso trato de no usar mis habilidades mas que para proteger a las personas, no atacarlas. No soy un monstruo.- Respondió llorando.

Díaz: Ajam... Cuando dices usar tus habilidades para proteger a las personas, ¿te refieres a meterte en sus mentes y espía exactamente todo lo que piensan?

Carmen: No, yo no, nunca...

Díaz: Cállate.

Sra Blanco: Protesto, el abogado no puede hablar así con el acusado su señoría.

Díaz: No, protesto yo. Recuerde que estoy usando el principio de hostilidad, y eso incluye la forma imperativa.

Juez: Protesta de la señora Blanco denegada. Díaz, prosiga.

Díaz: Según una continuidad en cuestión a la utilidad de tus poderes dentro del instituto muchos de tus compañeros afirman que has estado leyendo sus mentes sin que estos te dieran su permiso, Carmen, ¿está usted de acuerdo con estas afirmaciones?

Carmen: Sí, alguna vez traté de ayudar a mis amigos de que les mientan.

Díaz: Poniendo en riesgo una relación. ¿Quién confirma que tú no les has estado mintiendo a ellos?

Sra Blanco: Protesto, pregunta inargumentada.

Juez: Protesta denegada. Señora Blanco, deje de interrumpir constantemente.

Díaz: De igual manera. Meterse en las mentes de los demás es abusar de la intimidad personal de cada uno, es una norma moral, completamente corregible.- Hace una pausa para beber agua.- Esa es ya una regla rota. Volviendo al tema central, usted denunció un intento de violación cerca de las vías del tren después de salir del instituto. Pero comfirma, de nuevo, haber recurrido a proteger su intimidad personal de que otros la invadieran sin su consentimiento.

Juez: Díaz, veo por donde va, absténgase de preguntar algo indebido.

Díaz: Su señoría, me concedió el permiso de hostilidad así que, tengo derecho a hacer la siguiente pregunta y ella tiene el deber de responderlo. Carmen, ¿no les da derecho a invadir tu intimidad física a cuatro muchachos, después de que usted haya invadido, no, extraviado la intimidad de todo el instituto?

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