14.

527 44 2
                                    


Llegamos a la torre Eiffel, una de las más grandes maravillas del mundo.

Una oportunidad que pocas veces se conseguían, pero no sentía emoción alguna.

No hasta que me dí la vuelta.

Y lo ví.

Estaba con mi guitarra, comenzó a tocarla, a tocar nuestra canción.

Las lágrimas cayeron de mis mejillas deseando que no fuese un sueño.

Mi padre me miro sonriendo y yo solo lo miré a él.

Se acercó a mí, me pidió que lo perdonara.

Que en ese momento solo fue un impacto, él no podía creer que la chica popular se haya enamorado de él.

Sonreí ante sus lindas palabras.

Lo abracé diciéndole que no había nada que perdonar.

Entendía sus razones, entendía sus sentimientos, en parte fue mi error por acceder a tal apuesta.

Pero eso ya no importa pues todo está mejor.

Enamorando al chico feoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora