El Escritor

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Dedicado a :Sarelighlp y a Nick ♡


Sareli llego a su casa después de largo día en la empresa, se sentía cansada, las largas horas frente a la computadora le dejaban un dolor de espaldas terrible.
Lo único que le consolaba era saber que trabajaba de lo que amaba.
Esperó encontrar a su marido perdido por alguna de las habitaciones de la casa pero no fue así, él no estaba, le tocaría esperarlo.

Decidió tomarse un buen baño para matar las horas. Y es que no tenía ni idea del horario en el que regresaría, no tenía forma de contactarse con él. Nicolás Villanueva era de esos hombres que aborrecían la tecnología por ende no utilizaba móvil. Se negaba rotundamente a caer preso de un aparato que según él era el culpable de que el diálogo, el romance y los encuentros casuales se estén perdiendo en el tiempo.

Como escritor, añora los días en el que debía escribirle una carta a la mujer que intentaba conquistar. Extraña hacerse el distraído y pasearse por el frente de la casa de su amada esperando verla en el jardín. Es por toda la nostalgia que esto le causaba que decidió empezar a escribir novelas de época dejando atrás las novelas de ciencia ficción que lo convirtieron en alguien con renombre en su país.

A sus 33 años se había vuelto alguien ermitaño. Solo dejaba entrar a su mundo a Sareli, la mujer que amaba con locura y a la que le dedicaba absolutamente todos sus libros.




Después de un baño relajante, Sareli seguía preocupada por Nicolás, eran un poco más de las 22hs y este jamás se ausentaba por tanto tiempo, no al menos sin dejarle una nota diciéndole a qué hora regresaría a la casa. Así fue que ella comenzó a buscar por las distintas habitaciones ese papel que le diría el horario de llegada de su amado.
Rebusco en los lugares posibles pero no hallo nada.
Se estaba dando por vencida cuando ve que por debajo de la puerta del despacho donde Nicolás trabajaba salía un hilo de luz.
Dio dos golpes a la puerta como era de costumbre, pero al no recibir respuestas abrió y asomo la cabeza.
Lo que se colaba por debajo de la puerta no era luz artificial si no la luz de unas cuantas velas encendidas en los rincones de la habitación. Anonadada se adentro completamente a la habitación cerrando la puerta detrás de ella por inercia.

Con voz suave dijo

- ¿Mi amor?- pero no recibió respuestas- Nick, no es gracioso, sal de donde te hayas escondido que ya me estoy asustando.

Pero no hubo respuesta alguna, sin embargo un sobre de color rojo sobre el escritorio llamo su atención. Se acerco hasta la mesa de algarrobo y al ver que tenía su nombre escrito en letras cursivas y con lapicera de pluma no dudo en abrirla.

Contuvo la respiración al leer lo que en ella decía

<Sareli, musa de mil historias. Mujer que hace que un hombre quiera morir en tu interior.
Ladrona de mi aliento, mi razón, y mi cordura; concédeme esta noche para venerarte como se merece una verdadera diosa. La noche será testigo de la entrega de tu discípulo.
Desnúdate y haz que las protagonistas de los libros que nos rodean se mueran de envidia. Haz que el señor Darcy quiera abandonar a Elisabeth Bennet por ti, haz que Dante anhele que seas tú quien lo rescate del infierno y no Beatriz. Haz que Narciso deje de contemplase para admírate.
Hazme volver al mundo, a tus pies, que es donde verdaderamente pertenezco por qué soy tuyo en cuerpo y alma aunque a veces me pierda entre las líneas de mis escritos. Recuérdame por qué prefiero vivir a tu lado que perdido entre las hojas de un libro.
Tuyo, Nicolás Villanueva>

Se le llenaron los ojos de lágrimas pero no derramo ninguna. Nicolás era de esos hombre que ya no había y ella era una afortunada al haberlo encontrado.
Sin dejar de perder más tiempo dejo la carta en su sitio. Se saco la bata que cubría su cuerpo y de golpe sintió timidez.

Los pezones se les endurecieron por el cambio de temperatura y la piel se le erizo al escuchar los pasos del hombre que hizo que ella se hallara desnuda rodeada de velas y libros. Cerró los ojos para centrase en las sensaciones, largo el aire que contenía al sentir las manos de Nicolás recorrerle la espalda

- Eres perfecta Sareli. Que me perdone Dios si existe por robarle su más bello ángel- corrió el cabello castaño de ella hacia un lado y comenzó a besarle el cuello. Recorriendo desde el lóbulo de la oreja hasta la clavícula.

Sareli se retorcía de placer y de vez en cuando un gemido tímido salía de ella. La barba de días de Nick, le hacia escocer la piel pero aún así disfrutaba de sus besos.
Apoyo todo su cuerpo contra el pecho de su marido y noto la erección de él chocando en su espalda baja. Estaba desnudo, no había barrera que los separara. Sin poder contenerse comenzó a refregar su trasero contra el miembro endurecido de su hombre haciendo que él respirara de manera pesada.
Como si de una pluma se tratara la acuno entre sus brazos y la llevo hasta el sillón de cuero negro que estaba en la esquina de la habitación junto al ventanal. Al dejarla allí abrió las cortinas dejando entrar la luz de la luna.

- Túmbate de espalda- ordeno y ella obedeció sin más. Cuando la tuvo como pidió fue en busca de la pluma y el tintero. Se coloco de rodillas ante ella, beso sus labios rojos y a regañadientes se separo de ella- voy a escribir sobre tu espalda el poema más hermoso que nadie jamás va a poder leer, porque soy egoísta y solo yo contemplare esa obra...

Comenzó a mojar la pluma y a dibujar sobre su espalda letras en cursiva. Sareli trataba de reconocer algunas palabras pero no podía concentrarse del todo. Ver el movimiento de su marido al mojar la pluma en la tinta, ver sus brazos tensarse, sentir de vez en cuando un beso en la espalda la distraían fácilmente. Estaba totalmente excitada y aún no la había tocado íntimamente.
Cuando Nicolás estaba llegando a su espalda baja sintió como un orgasmo estaba generándose en su interior. Era lo más erótico que había vivido con alguien, porque no se trataba de sexo, por fin entendió que era más que hacer el amor, era tocar el cielo con las manos.

Cerró los ojos y apretó los muslos para evitar explotar en un clímax abrazador, pero Nicolás que la conocía a la perfección abandono la pluma y con la mano que escribía le abrió las piernas. Metió dos dedos en su interior y sintió como el coño de su mujer se apretaba alrededor de sus dedos. El gemido que salió de ella hizo que la polla le palpitara de anticipación. La ayudo a ponerse de pie, y al ver que las piernas le fallaban la abrazo con fuerza. Se sentó en el sillón haciendo que ella ponga una pierna a cada lado de su cintura.
Paseo su polla por el coño de su amada para juntar su humedad y lubricarse más, quería entrar en ella sin lastimarla.
Esta vez no quería follarle el coño, quería follarse su cola. Y así lo hizo. Intento entrar pero no podía por más que pujo con fuerza. Sareli respiro profundo, era la primera vez que lo harían de esa forma pero confía en Nicolás, se dejo manejar al antojo de él.
Cuando estuvo dentro de ella. El dolor que sintió al principio se disipo y dio paso al placer al sentirse llena.
Su marido se movía lentamente hasta que les gano el deseo y los movimientos pasaron a ser más bruscos.
Nick al sentir que su orgasmo ya estaba por llegar apuro el de su mujer. Dejo de tomarla por las caderas y con una de las manos comenzó a acariciarle el clítoris mientras que con la otra la obligaba a mantener el ritmo.

Los sonidos, los olores, la transpiración de esos dos que se amaban con locura fueron observados como único testigo por la luna, que brillaba en lo alto dándole el cierre perfecto a la noche donde una diosa era venerada en la tierra.

Amor, Pasión y SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora