CAP 2

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Había transcurrido una semana desde la visita de Adam. Después de recibir clases y almorzar sola me dirigí al laboratorio, no había ido en todos estos días y ya tenía mucha tarea acumulada que dejé pendiente. Las noticias de Adam rondaban por todo el país, estaba en la boca de nuestra gente por los discursos que daba a la prensa, quería mandarnos indirectas ,hablaba sobre mí refiriéndose a qué era una chica inteligente y que era hora de que mis padres dejen de sobreprotegerme tanto para empezar a tomar responsabilidades, relacionarme y conocer a nuestro pueblo. Muchos estaban de acuerdo con él, otros al igual que mis padres no confiaban en Adam, no se dejaban engañar por su encanto fingido. Yo sentía un poco de temor al verlo con sus discursos bien planeados.
—¿Noah?— dijo Percy rompiendo el silencio, no respondí.
Entré al laboratorio, las pantallas de la pared se prendieron.
"Hola, princesa Noah. Tiene un mensaje nuevo"
Dijo Ell-Ell la voz que provenía de la computadora. Fruncí el ceño, rara vez recibía mensajes externos y cuando me llegaba uno me lo informaba Percy y siempre eran de las personas de Palacio, no conocía a mucha gente de afuera.
—Noah— repitió Percy con más fuerza.
—¿Qué pasa?— respondí mientras me acercaba a la pantalla  donde se mostraba un icono rojo que indicaba el mensaje.
—Deberíamos tomarnos un descanso ¿no te parece?
Sonreí y puse los ojos en blanco. Observe el icono en rojo, pulse la pantalla con mi pulgar para que leyera mi huella y así se abriera.
—Es buena idea, me encantaría salir del Castillo.
Las pantallas mostraron un fondo negro, segundos después aparecieron letras verdes, me sobresalté y retrocedí unos pasos. Ell-Ell habló nuevamente mientras varios códigos se desplegaban en las pantallas.
"Huella detectada, princesa Noah. Carga en proceso, enviando archivos, cinco por ciento, resultados de investigación de mutantes, diez por ciento CÓDIGO 1704..."
Me quedé petrificada mientras mi rostro era inundado por las códigos verdes de las pantallas, las luces de la sala titilaron con un color rojo, nunca había pasado esto, estaban robando la información de Palacio.
—¡Noah!— Vociferó Percy.
Las pantallas empezaron a parpadear como si se hubieran descompuesto pero era Percy quien estaba deteniendo el hackeo, para cuando reaccioné tomé aire y negué con rapidez saliendo del trance.
—¡cancelar! ¡cierra ventanas!— dije con fuerza.
"Veinte por ciento...Envío cancelado"
Volvió a decir la voz robótica, las luces se encendieron y las pantallas regresaron a la normalidad, escuché varias voces que se acercaban a la sala, cerré los ojos con fuerza para evitar el mareo que se avecinaba junto con el tic habitual. Me senti relamente tonta, debí imaginar que querían Hackear las redes de Palacio, en estos momentos tendría que estar alerta de todo o por lo menos haber actuado rápido para evitar que Adam robara información. Que torpe. Nadie podría perdonarme por mi incompetencia ni siquiera yo misma podría hacerlo.
—Noah— dijo papá corriendo hacia mi.
No me giré, me daba vergüenza que me viera, le había fallado.
—¿Qué sucedió?— preguntó acercándose a mi.
—Señor— llamó un hombre a papá el cual no identificaba—necesitamos despejar la sala, revisaremos el estado de las máquinas.
—Bien, envíenme los informes. Necesitamos tomar medidas más fuertes para evitar que esto suceda nuevamente.
Me giré hacia donde estaba papá aún sin mirarlo a la cara.
—tranquila. Esto pudo haberle ocurrido a cualquiera— dijo Percy, me quité el auricular, no quería escuchar a nadie. A mí no podía ocurrirme eso, era la princesa y tenia que estar pendiente de todo, fue imperdonable que yo haya dejado que un hombre peligroso robara información.
Sin esperar a que papá me dijera algo salí de la sala tan rápido como los zapatos me permitían. Me dirigí a mi cuarto y me encerré en este. Por varios minutos di vueltas en círculo para tratar de calmarme.
—tranquilízate, tú nivel de presión esta elevado—comentó Percy a través de la pantalla de mi cuarto.
—Me imagino que si— murmuré entre dientes.
—¿quieres calmarte?— soltó él—te dije que no fue tu culpa a cualquiera le hubiera pasado.
—¡no a mi! A mí no podía pasarme esto-solté un gruñido y me quité los zapatos para lanzarlos lejos.
—estás poniéndote paranoica, tienes que sentarte y respirar ¿ok?
—¡no me digas que hacer! No quiero hablar con nadie y menos contigo— le grité.
—bien, espero que pronto dejes de portarte como una loca histérica.
Mis ojos se llenaron de lágrimas pero no dejé que cayeran, debía ser fuerte, yo odiaba llorar porque eso me hacía sentir inútil.

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