El recorrido

Helado

Tenía rato que Elías observaba de reojo como Chise movía los pies que colgaban de la silla, le parecía fascinante como un ser humano podía hacer cosas tan simples y que le llenaban de curiosidad y asombro.

3 meses habían pasado desde que la había comprado, habían visitado ya la tierra de los dragones y purificado Ulthar de aquella impureza.

Sin más remedio Elías le estaba enseñando a usar magia, había prometido que protegería a Chise y darle el conocimiento de los Slay Vega, lo mejor era tenerla lejos de la magia. Pero inevitablemente después de su enfrentamiento con Renfred tenía que enseñarle y volverla su aprendiz.

Desde el día que la compro y llevo a casa, sintió como algo en el encajaba y de cierta forma se sentía completo y el frío que habitaba en el poco a poco se volvía tibio, así que le pidió a Angélica que diseñará artefactos para mantenerla a salvo.

Su alma solitaria estaría bien mientras ella estuviese a su lado sana y salva; ese sentimiento lo asusto ya que no pudo diferenciar que era. De igual forma lo pronto que había sucedido, ella casi no hablaba con el y sólo se limitaba a seguirle y sostener su mano con la firme esperanza de pasar más de 10 años juntos, eso era algo que Elías se había prometido... romper la maldición de una Slay Vega.

- Chise... Quieres dar un paseo? - Dijo Elías sacando de sus pensamientos a la joven
- Claro. Sino tienes objeción- Exclamó mientras cerraba el libro de herbolaria que tenía en la mesa
- Vamos- Elías se colocó el abrigo mientras ella hacia lo mismo, caminaron hasta llegar al centro de aquel pequeño poblado, El con su encanto en versión humana veía a las parejas que allí abundaban, Chise detuvo la vista en un carro de helados donde se encontraba una familia.

Observo con detenimiento la cara de la chica, su mirada se perdió ante la escena de la amorosa familia comprando aquel.

- Si alguien me hubiese tratado así... No estaría aquí contigo Elías, no es que no.... aprecie lo que has hecho por mi hasta ahora... pero la idea de pensar en que me gustaría tener una familia llego a mi mente de pronto.... aunque se que no tengo mucho tiempo de vida me hubiese gustado mucho tener algo asi- Señaló Chise

Elías se levantó y fue hacia el carro de helados, regreso con un par de conos  de fresa y chocolate.

- No puedo darte aquello que me dijiste, pero espero sirva de algo un helado y puedes tomarme como tu familia si sirve de algo - Elías recibió un repentino abrazo de Chise.
- Es más de lo que crees Elías y ahora Silky y tu son mi familia

Chise sonrió y comió su helado. Y algo dentro de Elías comenzó a latir satisfecho de obtener esa declaración de la joven.

Regresaron cerca de la cena y Silky tenía todo listo para que dispusiera del servicio que disfrutaron en paz y con una amena charla de magia.

Después de la cena Elías se acomodó en su sillón a leer mientras Chise estaba con la Salamandra recargada en la mesa de centro leyendo un libro de maldiciones, llamo su atención las letras sobresaltado en negro.

"Existen maldiciones que pueden romperse sólo al entregar una vida a cambio sin importar el origen"

- Elías- Chise miro a aquel hombre cerrar su libro y ponerle su atención- Cuales son los límites de la magia? Es decir hay algo que no se pueda hacer? Hay reglas?
- La magia no tiene límites, puedes hacer lo que desees con magia a decir verdad... puedes evitar que las cosechas se sequen... Pero no quiero decir que está bien que lo hagas, los magos nos regimos también por las leyes naturales, no podemos desviar el curso sin una justificación- Elías tomo el libro que Chise tenía leyéndo y lo transformo ramo de flores, hermosas rosas color carmín con adornos de nube violeta le decoraban, Chise lo veía sorprendida por que parecían resplandecer, y calleron delicadamente en manos de la joven que sonrió al tenerlas en sus manos, pudo percibir el delicioso aroma que desprendían mientras Elías la observaba realmente feliz de haberle arrancado un par de sonrisas ese día.

-Silky- Dijo Chise antes de subir a su habitación mientras le entregaba una taza a la rubia que sonreía totalmente alegre- Mañana por favor permíteme preparar el desayuno y tendrás dos tazas de crema!

Silky sonrió y asintió con la cabeza para dirigirse a su habitación. Se puso la pijama y se envolvió en el suave edredón para dormir pronto mientras la noche paso tranquila y apacible.

Elías caminaba en un bosque hermoso, podía escuchar el melodioso sonido de la brisa haciendo bailar las hojas de los árboles, tocaba las flores que a su paso estaban. Se detuvo para refrescarse y al ver su reflejo en el río y no se reconoció, tenía los cuernos exactamente iguales pero su craneo era una cara humana sus ojos expresivos y alegres uno de color rojo acompañado por uno color miel, escuchó el sonido de la cascada que llamo su atención hasta el inicio de esta; entonces allí estaba su Chise con el cabello largo y un hermoso vestido blanco que se ondeaba al paso del viento.

Quiso gritarle pero el ambiente cambio y todo se volvió negro, sentía dolor en su cuerpo y al ver su reflejo en el piso pudo ver su forma salvaje de lo que actualmente era mientras caía al piso.

Abrió los ojos con la respiración agitada y al girar la cabeza vio a Silky a su lado de pie mirándolo de forma que le consolarla.

- Un mal sueño pelo plateado- Dijo mientras se incorporaba, percibió el delicioso aroma de su te favorito así como de su desayuno- Chise....

Silky asintio y salió para dejar que Elías se arreglará, al estar listo bajo y vio la mesa con un par de huevos a la canasta, tocino, puré y tomates.

- Se ve delicioso -Elías se sentó mientras Chise le daba la tasa de té
- Espero te guste- Chise vio a Elías tomar un bocado.
- Delicioso- Dijo Elías y siguió comiendo mientras ambos sentían un calor correr en su pecho, mientras Silky disfrutaba el premio que le había prometido Chise.

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Bueno chicos espero sea de su agrado el capítulo, no tardaré mucho en entrar a una nueva faceta del fic. Si hay algo que les agrade o no sea así por favor avísenme. Mil gracias por leer este fic.