II

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...Saca tus males...
...No tapes tus ojos a la realidad...
...Tú único enemigo eres tú mismo ...

...

Izuku, estás bien? — Yusuke miraba al peliverde algo preocupado puesto que su amigo últimamente se veía muy despistado, con la mirada perdida mientras se sumía en sus pensamientos o fantasías, al mismo tiempo que murmuraba cosas que no lograba llegar a descifrar.

Al no obtener respuesta decidió acercarse más a él y tocarle la mejilla con el dedo índice repetidas veces mientras decía su nombre en sílabas —"I-zu-ku"— pero nada, el menor seguía mirando a algún punto fijo de la habitación de su amigo.

Hasta que decidió darse por vencido y dejar que su peliverde compañero perdiese la cabeza él solo. No es que le estuviera juzgando, está claro que todo el mundo tiene el derecho de perderse en su mundo de fantasía en algún momento, aunque sea para escapar de la realidad. Es solo que Izuku llevaba haciendo eso muy seguido desde hace un par de semanas. Y no solo eso, estaba distraído en clase, en la calle.   —de hecho Yusuke ha tenido que salvarlo de ser atropellado en varias ocasiones—, cuando están viendo alguna película o leyendo algún libro parece no prestar atención, y, en definitiva, esto cansaba y preocupaba al mayor.

...

Y ahí estaban, era una de esas situaciones anteriormente mencionadas, se encontraban en la casa de Yusuke, en realidad no es que hubieran "quedado" oficialmente, puesto que cuando este le dijo de venir a su casa, Izuku solo hizo un murmullo sustituto de alguna frase o palabra, no se sabía si era un sí o un no —o siquiera si le había prestado atención y sabía a lo que había contestado— . Pero aún así es como si no estuviera allí.

— Oye, me preguntaba si tu recientemente comportamiento de pasar de mí y de todo lo que hay a tu alrededor se debe a esos sueños o premoniciones tuyos, a decir verdad nunca supe bien como debería llamarlos — Yusuke estaba tirando en el suelo de su habitación con los brazos en cruz tras la cabeza y una pierna encima de la otra, tenía un libro sobre la cara y balanceaba la pierna al son del "tic-tac" del reloj de su habitación, estaba todo prácticamente en silencio... la mayoría del tiempo.. —o lo estaría siempre de no ser por los murmullos de su amigo—.

Si no lo conociera bien, el mayor de seguro hubiera pensado que su amigo se había vuelto loco o habría desarrollado paranoia, pero no, sabía que simplemente era un niño con una imaginación inmensa y que cuando se concentraba muy a fondo, llegaba a ser siniestro. Pero le gustaba eso de él, según Yusuke, esos pequeños rasgos característicos que solo una persona puede poseer, son los que te dan personalidad.

Pero de repente, como si de un milagro se tratase, Izuku volvió a la realidad y actuó como si solo hubiera estado ausente un par de minutos.

— ¿Decías algo? Lo siento, no estaba prestándote atención —Dicho esto le dirigió una confundida mirada a su amigo, y este se quitó el libro de la cara y le devolvió la mirada al desconcertado peliverde, solo que él se la mando llena de ironía, y digamos que no hicieron falta palabras para saber lo que quiso decir.

Izuku entonces comprendió que igual se había pasado, pero es que últimamente estaba exhausto. Ahora la vocecita que escuchaba en sus sueños que le decía cosas sin sentido e incoherentes, no solo aparecía en sus sueños. A veces, de la nada, ya fuese yendo por la calle o estando tan tranquilamente en su casa, escuchaba aquella voz que pareciese tratar de comunicarse con él... muy en la lejanía.

Through Dreams [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora