Granada

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-usad las ropas más elegantes que tengas- mencionó Castilla mientras veía fijamente al joven Antonio.

-Pero- mencionó con miedo.

-No intentes contradecirme- añadió la castellana,-Es tu deber estar presente en tal acuerdo-.

El de ojos verdes asintió con la cabeza al no poder hacer nada contra su madre.

La castellana al ver como su pequeño Antonio tomaba las prendas y salía de su habitación dejo salir un pequeño suspiro, estaba orgullosa de aquel muchacho. Tanto fue su sumergir en el mundo de los pensamientos que nula fue su atención a la entrada del aragonés a su recinto.

-¿que sucede contigo?- cuestionó cuando vio al de cabellos rubios acostarse sobre su cama.

-Nada en especial, solamente estoy agotado de la guerra- dramatizó.
La castellana al escuchar sus plegarias del contrario solamente prosiguió a sonreír, puesto que aunque sabía que ahora el se quejaba, la guerra y el campo de batalla era algo que realmente le gustaba.

-También deberías irte alistando- dijo aún sin perder la sonrisa-Doña Isabel nos esta esperando para poder partir-

El aragonés dio un largo suspiro al levantarse de la cama.

-Vuelvo dentro de unos minutos- respondió antes de también abandonar su habitación.

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Antonio se encontraba impresionado por la escena que tenía enfrente, podía ver como frente a el se suscitaba una gran hazaña, sus reyes estaban recibiendo la llave de la ciudad, después de tantos años en guerra finalmente en Granada se predicaría la verdadera aunque no podía evitar sentir algo de tristeza por aquel hombre llamado Boabdil.

-No muestres compasión por el enemigo- le susurró Aragón en el oído al ver como su expresión había cambiado.

Su caballo prosiguió caminando seguido de aragonés y la castellana que igualmente iban sobre sus monturas.

-A partir de ahora Granda es cristiana-  proclamó la reina Isabel-Pido que se hagan los preparativos necesarios-.

-este lugar es hermoso- dijo Antonio mientras observaba cada uno de los rincones de la Alhambra.

-Pero no lo será como aquello que veras más haya del mar-dijo la reina haciendo que el de ojos verdes de sobresaltara.

-Sucede algo mi señora- respondió apenado de su comportamiento, la reina simplemente le sonrió.

-Antonio, te informo que en el menor tiempo posible Colon y tu partirán más allá del mar- sus ojos rapidamente chocaron con los contrarios- tu que opinas de ello.

-Por supuesto que acepto la empresa encomendada- contestó Antonio.

-Me alegra oir aquello- tras decir esas últimas palabras la reina de retiro de ahí, mientras que en una de las entradas la castellana y el aragonés veían orgullosos a su pequeño castaño.

Por ahora eso seria todo.
Pero bueno que se le va a hacer, espero les haya gustado, por ahora voy a tardar un poco en actualizar por esto de final de parcial o casas de la escuela, en fin.
Nos vemos.
michel_ale.
Pd: soy mujer, porque luego andan confundiéndose  XD

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