El instituto de los triunfitos organiza una versión de High School Musical. La dirección quiere que Alfred y Amaia sean Troy y Gabriella, pero los alumnos tienen otra opinión... Lástima que Raoul y Agoney se lleven tan mal. Taaaan mal. O eso quieren...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ese sábado, Agoney estaba viendo La Llamada, con Bambi acurrucada entre sus piernas. Aunque eran deberes de clase de los Javis, no estaba prestando mucha atención, ya que cada dos minutos consultaba Whatsapp para comprobar si Raoul le había contestado.
Hasta donde habíamos llegado.
Y es que Agoney había tenido razón todo este tiempo. El rubio de los cojones llegaba a ser tan, pero tan irritante que era experto en hacer lo que más sacaba de quicio al canario: que le dejasen en leído.
Era algo que le enervaba y a la vez tiraba de él como un hilo. Cuando le dejaban en visto no podía parar hasta que le hicieran caso. Un bucle sin fin, que acababa con él sintiéndose como una mierda, como...
Cogió a su perrita y miró fijamente esos profundos ojos negros que se iban a caer en cualquier momento.
–Me siento como...
–Como su puto perro fiel. –Sentenció Bambi, con voz grave y rasgada. –Dilo, Agoney.
–Como su puto perro fiel.
Espera.
¿Su chihuahua acababa de hablarle?
Al tener esa revelación la soltó sin querer. Bambi cayó en su regazo y dio un ladrido tan agudo que le perforó los tímpanos. Qué.
La perrita decidió que su trabajo, es decir, hundir emocionalmente a su dueño, había acabado, saltó al suelo y se marchó. No sin antes tirar el móvil de Agoney con ella.
El canario borró de su mente los últimos cinco minutos de su vida y se preparó una tila.
***
El resto del fin de semana pasó sin pena ni gloria, y el lunes ya estaba ahí. Por fin había llegado el día del gran ensayo, y aunque se suponía que uno de los protagonistas se había dado de baja, Miriam no había suspendido nada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
