Capítulo 3

11 1 0
                                    

Caleb y yo pasamos toda la tarde viendo televisión. Comimos, peleamos, lo normal. Él, luego de esperar a papá y saludarlo, se tuvo que ir para su hospedaje.

—Papi, mami. Me voy a dormir estoy muerta–les digo dándoles un beso a cada uno.

—Que sueñes con los angelitos, princesa–dice mi papá.

—Claro que si papi, soñaré con Patch–digo abrazándolo.

—¿Con Patchi? ¿Quiéne es ese?–me mira confundido.

—Con Patch papi, un ángel, un ángel muy rico–digo alargando la "u".

Él me mira confundido pero no pregunta más. Me doy la vuelta y subo las escaleras. Una vez ya en mi habitación me baño y me pongo mi hermosa pijama de My Little Pony. No, no soy infantil. ¿Cómo pueden pensar eso? Luego me acuesto y quedo dormida en un dos por tres.

Si dijera que me levanté delicadamente y de buen humor mentiría. Mi madre me acaba de levantar de una manera muy, pero muy especial. Entró a mi habitación con sartén en mano y comenzó a cantar.

—¡Levántate hijita mía y lávese esa boquita, que está linda la mañana y aún mejor estará el día! ¡Levántate hijita mía y lá...!

—¡Mamá por favor, cállate la boca!–grito interrumpiendo su estúpida canción y tapo mis oidos con la almohada.

—Ni modo que me calle la rodilla–dice burlona.

—Ja, ja. Chitosa–me enderezo y me siento en la cama– Además estás cantando y bien me dijiste ayer en la mañana que...

—Ay ya cállate, tienes una peste en esa boca niña– dice interrumpiéndome y tapándose la nariz.

—¡Mamá!– hago un puchero y la miro mal.

—Arréglate que ya mismo nos vamos, ratita de posomuro– da la vuelta y sale de mi habitación.

Mi propia madre me hace bullying. IN. CRE. Í. BLE. Luego de arreglarme y desayunar mamá me dejó en la escuela y ahora voy camino a la primera clase. Veo a Julissa caminando de espaldas a mi y salgo corriendo para treparme en su espalda. Como era de esperarse ambas caímos al piso.

—¡Ly, contrólate, mujer!– grita mi mejor amiga levantándose del piso, la imito.

Varios estudiantes se nos quedaron mirando y no los culpo. En esta escuela no pasa nunca nada divertido o vergonzoso. Todo es muy correcto y aburrido.

—Ya, ya. Perdone señorita Nieves, no fue mi intención. No puedo controlar mis impulsos– digo finjiendo una voz de arrepentimiento.

—Estúpida– me da en el brazo y ríe.

Al llegar a clase la maestra nos informa que vamos a tener una orientación de una universidad. Súper entretenido, ¿no? Yo ni sé que voy a estudiar y ellos hablando baba. Me giro para hablarle a Issa.

—Esta hora va a ser horrible– digo haciendo un puchero.

—Claro que no, esta es la universidad que me interesa– dice emocionada– Dan Química y eso es lo que quiero estudiar.

La miro divertida.

—Pues si dan el bachillerato de "No sé que rayos estudiar" también me interesa esta universidad– digo riéndome mientras Issa pone mala cara

—Dijiste que querías estudiar Comunicaciones, ¿qué pasó con eso?

—Nah, no sé. No estoy muy convencida– digo restándole importancia.

—Pues piénsalo. Sólo tienes cuatro meses para elegir, luego cierran las admisiones– me regaña

—Vale, mamá. Lo pensaré– digo y me giro en el pupitre para mirar a la nada. Esta hora será eterna.

Luego de las cinco clases de la mañana ahora me dirijo al comedor, pero como yo, Mía Ly Ríos Villa, soy tan especial no veo el cartel que dice "Piso mojado" y caigo de frente en el piso. Todo se volvió negro y sentí que una eternidad después comencé a abrir mis ojos nuevamente pero había una luz cegadora. ¿Cuánto tiempo pasó?

—¿Estoy el cielo?– pregunto susurrando

—¿Ly?– una voz desconocida llama mi atención pero no puedo ver nada, esa luz molesta mucho mi vista.

—¿Jesús, eres tú?– vaya morirse no es tan malo, se siente relajante.

—¿Ly, estás bien? ¿Cómo sabes que soy Jesús? Nunca me haz visto ni haz hablado conmigo.

—He ido a la iglesia Jesús, he oido de ti. Sí he hablado contigo, te he orado. Con razón nunca se cumplía nada, nunca me escuchaste. Me pasa por pecadora– poco a poco recupero la vista y enfoco a un chico.

El chico es alto, blanco, musculoso y de ojos azules. Pelo estilo militar.

—¿De qué hablas?-me mira con confusión, alzando una ceja.

—¿Qué te paso Jesús? Tu pelo largo y la túnica, ¿dónde están?– digo confundida

—Creo que el golpe fue más fuerte de lo que parece– dice mirándome extrañado

—¿Eres Jesucristo o no?– ya me cansé de este farsante.

Me mira y se comienza a reír a carcajadas. Se tira al suelo y sigue riendo. Yo cruzo mis brazos sobre mi pecho y espero a que termine. Cuando se le quita la risa se levanta, se seca una lágrima y me extiende una mano.

—Hola Ly. Me llamo Jesús Daniel Gerena Brador alias "Jesucristo" según tú y tu tonta cabecita– dice con una sonrisa en su rostro.

QUE. VERGÜENZA.

Locura Natural©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora