Capítulo 3

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(En multimedia, los padres de las chicas: Los Flynn arriba y los Walken abajo)

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Pov Katherine:

Me despierto con el sonido de la alarma del despertador, después de apagarlo me incorporo y me siento en el borde de la cama mientras me restriego los ojos.

—Kat, despier... Oh, ya estás despierta. Genial porque acabo de terminar de hacer el desayuno —Me dijo Rachel asomando la cabeza por la puerta de mi habitación.

Tras asentir a sus palabras me levanté y me fui directa al baño, después de terminar mi rutina mañanera me vestí. Como hoy iba a estar liada con la restauración de una estatua de bronce, me puse algo cómodo: Una camiseta blanca, una camisa gris oscura, una rebeca beige oscuro, un chándal gris que me llegaba por debajo de la rodilla y por último unas cuñas no muy altas que eran increíblemente cómodas.

 Como hoy iba a estar liada con la restauración de una estatua de bronce, me puse algo cómodo: Una camiseta blanca, una camisa gris oscura, una rebeca beige oscuro, un chándal gris que me llegaba por debajo de la rodilla y por último unas cuñas no...

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—Buenos días, perdona si te he hecho esperar mucho —Le dije con una sonrisa mientras observaba a Rachel sujetarse la frente con una mueca de dolor.

—No pasa nada. Dios mío me siento fatal, como si estuvieran haciendo obras en mi cabeza —Se quejó Rachel mientras se sentaba a mi lado.

De repente a nuestra espalda, escuchamos pasos salir de la habitación de Rachel. Cuando ambas nos giramos, vimos al chico de anoche, Matt... Creo.

—Buenos días —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja antes de caminar hasta Rachel y darle un corto beso

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—Buenos días —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja antes de caminar hasta Rachel y darle un corto beso.

Yo miré a Rachel con los ojos abiertos de par en par, igual que la boca. Ella al parecer estaba peor que yo porque tenía el rostro pálido y miraba a Matt con desconfianza.

— ¿Te has acostado con él? —Le susurré cerca de su cara para que Matt no pudiese oírme.

—No lo sé, sí, no... No lo recuerdo, Kat —Me respondió Rachel, antes de erguirse con rapidez para recibir el café que le estaba ofreciendo Matt.

—Oye Matt, tengo una duda o mejor dicho, Rachel y yo tenemos una pequeña duda... Verás, nos gustaría saber si tú y ella, bueno, ya sabes... ¿Os acostasteis? —Le pregunté yo mientras hacía una mueca.

Mi hermosa caperucitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora