Batallas vacías

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Y con una sonrisa tan grande como esa lágrima que recorre mi mejilla derecha digo: no sé si soy feliz, pero lucho por ello cada día. Me levanto, sin ganas, sin fuerzas, con la mente bañada en dolor y pesimismo. Mientras mis monstruos me gritan que nada mejorará. Y a pesar de todo, suspiro, corro al espejo, me miro, y susurro que será un gran día. Es por eso que no, no sé si soy feliz, ni si voy por el buen camino. Pero si sé que si alguna vez me preguntan cómo me siento, diré que orgulloso. Porque fui capaz de engañarme a mi mismo con tal de buscar la felicidad. En esta vacía realidad no puedo hacer más que conformarme con la firme creencia de que lo intento con cada fuerza de mi más profundo ser.

Manuscritos De Un Viajero EmocionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora