CAPÍTULO 2
Harry.
- Y salí caminando, a la vez sintiéndome como un idiota al cien por ciento, esa chica tan hermosa y se llevó un gran golpetazo de mi parte, fue sin querer, pero aún así, me siento avergonzado, seguramente no la vuelva a ver, es lo más posible, pero me encantaría conocerla mejor, sin golpes, ni caídas, aunque me daba la impresión de haberla visto antes, no sé por qué.
- Me encantaba ir a clases, es raro decir esto, pero las amo, soy una especie rara de nerd, creo, pero casi siempre recibo una llamada de mi madre porque necesita ayuda, así que tuve que pedirle permiso a mi profesor de historia y firmar algo en coordinación para que me dejaran salir. Llegué con los pulmones en la boca por tanto correr.
-Mamá?! –Dije, no la veía, ella siempre estaba en la sala viendo sus programas fingidos de cortes y cosa así.
-Oh, Harry! Has llegado, ven, necesito que me ayudes acá un poco. –Dijo con su hermosa sonrisa que quisiera ver por el resto de mi vida.-
-Mamá, deberás aprender a conectarte tú misma a tu cosa de oxígeno portátil, no puedo saltarme las clases y llegar con mis pulmones por las nubes por venir corriendo hasta casa sólo para conectarte a esto. –Dije en un tono burlón, pero lo decía enserio.-
-Hazza, algún día no será sólo por conectarme a “mi cosa de oxígeno portátil”. -Dijo, sabiendo que odiaba que dijera tal tipo de cosas.-
-Mamá! Cuantas veces tendré que regañarte por decir estupideces en vez de tú a mí! –dije en un tono algo alto- Mamá, que tengas cáncer no significa que necesariamente vayas a morir, tienes posibilidades de vivir, así que vive cada día al máximo en vez de decir cosas negativas. –Dije con un tono esta vez más bajo, pero estaba enojado-.
-Hazza. Mi Hazza. Yo te amo, eres mi ángel pero, no puedo mentirte, cada día pienso en sólo con quién te quedarás el día en que me vaya. –Dijo con una leve sonrisa, mientras la ayudaba a sentarse en el sofá de la estancia.-
-Como sea.. –dije con mi voz temblorosa- Adiós, veré de que me perdí. –me despedí besándole su frente.-
-Cerré la puerta detrás de mí, con lágrimas en los ojos, no me gustaba estar en la calle y llorar, por la cantidad de gente que te podría mirar, eso te quitaría la “reputación” de chico fuerte que mucha gente me da pero, a veces, quisiera tener a alguien a quien abrazar y con quién descargarme cuando me sienta mal, en realidad, nunca he tenido muchos amigos, porque no me ha dado tiempo, ya que durante mis 16 años de vida he tenido que estar al lado de mi mamá, quien se quedó sola conmigo después de tres días de mi nacimiento, ya que mi padre murió en un accidente automovilístico. Nunca lo conocí más que por fotos. No quiero quedarme sólo, no conozco a mi familia, mi padre no está, y mi única protectora que ha podido sacarme adelante, mi madre, sigue con negatividad hacia su estado de salud, eso…para mí es muy pesado.
- Llegué apagado a la secundaria, viendo el piso, con mis cosas en las manos, entré a clase de geografía, ya que justo acabábamos de entrar con ésta.
-Bien. Saquen su libro de geografía en la página 240, hoy hablaremos de la población a escala mundial. –Dijo la profesora de geografía, con una sonrisa, claro, ella no escribiría una biblia sobre la población mundial y todos esos puntos, ella ya pasó por eso, jamás volverá a pasar.