CAPÍTULO 8

19 1 0
                                    

Entramos cautelosamente a la casa, era extraño que la puerta estuviera abierta ya que mi madre jamás se le pasaría algo como eso.

-Cam, dejame ir a mi primero - lo ví caminar hasta que lo perdí, la casa estaba demasiado oscura y apenas se podía observar con la poca luz que iluminaban las ventanas.

-¡Corre Camila! - escuche decir, la voz era demasiado grave. Sabía que era Sebastián, pero no me quería ir sin él. Corrí lo más rápido que pude y me metí al sótano.

-¡Sebastián! - grite para que me escuchara y supiera en donde me encontraba.

Alguien estaba abriendo lentamente la puerta del sótano, me dió tanto miedo que me escondí debajo de las escaleras.
Camila... creías que te librerías de mi, no te voy a dejar. Ya podremos estar juntos, ya me encargué de Sebastián - dijo mientras sus pasos se acercaban más a mi escondite. Maldición que hago, si huyó posiblemente me atraparia y no quiero eso. De repente no se escuchaba nada ni siquiera sus pasos y mucho menos su voz...

Sentí unas enormes manos tomando mi cintura, trate de soltarme de su agarre pero era demasiado fuerte. Logre darle un golpe en las costillas, pero me agarró con más fuerza y me tapo la boca con sus manos. Me dió la vuelta para quedar frente él. Tenía la esperanza de que fuera Sebastián y que todo lo que dijo de él fuera mentira.

-Ay Camila, espere tanto tiempo para tenerte así y que seas mía - su voz era cálida pero me repugnaba tanto.

-Yo no - dije escupiendole en la cara, solo sonrió y me atrajo más hacia él.

-No importa, algún día me amarás como yo te amo - eso nunca pasará, al único que podría amar sería a Sebastián. Me limité a responderle, no quería que me hiciera daño. Me vendo los ojos y sentí un pequeño piquete en mi abrazo, creo que era una jeringa porque al poco tiempo perdí el conocimiento.

Desperté, no sabía en que lugar me encontraba ni siquiera me podía mover ya que estaba atada y mucho menos si estaba lejos de mi casa.Quisiera que alguien me dijera si Sebastián estaba vivo o muerto, no podía seguir con la incertidumbre.

-Hola Camila, te voy a soltar pero necesito que no hagas ninguna tontería o vas a conocer de lo que soy capaz - dijo mientras me desataba las manos, su voz se escuchaba sincera. Aunque no podía confiar en él, por último me quitó la venda de los ojos.

-Gracias - no se porque eso salió de mi boca, Carlos no se merece que le de las gracias por nada. Es un maldito que me esta destrozando la vida.

-Nececito que te cambies, vamos a salir y espero que no hagas ninguna tontería, si te portas bien tal vez tendré algunas consideraciones contigo - dijo mientras dejaba ropa limpia en la cama, por lo que pude observar estaba en una habitación con baño incluído y todo lo necesario.

-Esta bien - le di la espalda tome la ropa y me dirigí al baño. Me estaba quitando la ropa, pero alguien estaba abriendo la puerta. Tome una toalla y la coloque alrededor de mi cuerpo.

-Quiero que seas mía - dijo mientras se acercaba a mi y acortaba la poca distancia que teníamos.

-Salte de aquí, no me hagas daño - estaba temblando, sabía que intentaría hacerme algo.

-Seria incapaz de hacerte daño, tu eres mi vida. Lo que quiero es que me ames como yo te amo, que me desees - estaba demasiado cerca de mi, yo intenté alejarme pero él me tomo de la cintura y acercó sus labios a los míos. Me beso, me beso como si yo fuera tan frágil y me pudiera romper al tacto de una persona.
Se separó de mi, me miro fijamente a y tomo mi barbilla.

-Camila, no quiero que me tengas miedo yo haría cualquier cosa por ti - agaché mi cabeza, era lindas sus palabras pero eso no quita que me haya secuestrado.

-Por favor salte de aquí para poder bañarme - dije quitándole sus manos de mi cintura y empujándolo hacia la puerta.

-Esta bien, no tardes - salió del baño. Abrí la regadera, me quite la toalla y me metí dentro. Terminé de bañarme, me arreglé y salí del baño.

-Ya termine - dije acercándome a él.

-Te ves hermosa, vámonos - la verdad es que hace mucho tiempo no me ponía vestido. Pero era lindo, me llegaba a la rodilla color blanco y un poco holgado.

-Gracias - nos dirigimos a la puerta de la habitación, salí primero y enseguida Carlos. No sabia adonde iríamos, el estaba vestido de traje, me imagino que iremos a comer o algo así.

Subimos al carro, llegamos a un restaurante. Ordenamos algo para comer, me contó muchas cosas de su vida, no le puse mucha atención a lo que decía. Seguia pensando en Sebastián y en que podríamos estar haciendo en estos momentos.

-Camila me estás poniendo atención, estas como en otro mundo - me saco de mis pensamientos. Pero cuando levante la cabeza para contestarle ví algo que jamás podré olvidar.

-Si te estoy poniendo atención - le dije mirando hacia otro lado. Carlos volteo y lo vio.

¿Porqué a mi? ¿Cómo pudo hacerme esto? La pregunta es ¿Cómo pudieron hacerme esto? Soy una ingenua, creí que me quería, pero que estúpida fui.


COMENTA SI TE GUSTA  Y VOTA, ME AYUDARÍAS EN MUCHO. ✨

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

TU ADMIRADOR SECRETO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora