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— Hemos llegado al final, no hay nada de nuestra historia que no sepas.

— Me hubiese encantado conocer a Seungkwan... — La chica de cabello rojizo y gorro de lana gris sobre las dos trenzas tenía una sonrisa nostálgica en su rostro.

— La verdad, él está en Jeju ahora con sus hijos y nietos, aunque la depresión aún le tiene muy mal, o al menos eso nos ha contado Hansol en las cartas. — Mingyu se atrevió a hablar.

— Aún no puedo creer que Seokmin haya muerto tan joven. Alguien con treinta y siete años no puede morir de la manera que él lo hizo. — Sus ojos estaban aguados, al borde de las lágrimas, aun cuando jamás conoció al nombrado.

— Pero pasó, y estoy seguro de que Seungkwan no lo superará hasta el final de sus días. — Wonwoo cortó el tema. — Bueno, terminamos la canasta, pero eso no significa que no puedas venir de todas formas.

— Lo sé, haraboji. Por eso no dejaré de venir, ¿Les agrada mi compañía?

— Claro, pequeña

— Entraría a dudar...

— ¡Wonwoo! — Así continuaron los reproches, las risas, los llantos y todo lo que podía traer el término de una etapa y el comienzo de otra. Solo les quedaba vivir juntos su adultez mayor hasta que la vida se encargara de separarlos, porque si de ellos dependía, jamás se volverían a separar.

Elderly | MEANIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora